Los isleños subsanan los ‘despistes’ de los Reyes en el primer día de rebajas

La temporada de descuentos arranca con cambios y devoluciones de regalos navideños 

La calle mayor de Triana ayer repleta de compradores.

La calle mayor de Triana ayer repleta de compradores. / Juan Carlos Castro

Néstor Santana

Néstor Santana

Pistoletazo de salida a las rebajas de enero. Después de abrir ayer los regalos de los Reyes Magos, hoy los canarios se lanzaron a la calle para subsanar en los comercios los ‘fallos de cálculo’ de sus majestades. Y es que, a pesar de que Melchor, Gaspar y Baltasar lo saben todo, a veces con tanto presente que envolver se despistan, y acaban dejando bajo el árbol de Navidad tallas incorrectas de zapatos o prendas que se escapan al gusto del destinatario. Unos cambios y devoluciones que han coincidido con la bajada de precios generalizada tras las fiestas en pleno domingo de apertura, lo que ha convertido al día del señor, normalmente de descanso, en un frenesí de bolsas y agobios.

En la calle mayor de Triana de la capital grancanaria, el bullicio comenzó desde primera hora de la mañana. Bajo el sol de las 11.00 horas, todos los consumidores que inundaban la vía tenían el mismo objetivo: conseguir buenas gangas y el número o la ropa deseada.

Maribel Suárez, una vecina de la zona, fue una de las afortunadas que completó la misión con éxito. Le regaló a su pareja, Julio Media, una chaqueta con cremallera que no causó la satisfacción que ella esperaba. Así que, ante ese pinchazo de expectativas, ambos salieron en busca de un ‘trueque’ –un cambio en la tienda en la que compró el abrigo– que se ajustara al estilo del hombre. «Al final se quedó con una parecida, pero sin cremallera», apuntó Suárez, quien destacó que, entre ellos, siempre se regalan tres cosas, «una por cada Rey Mago». Y para que no haya disparidades en el desembolso que realizan, ambos acuerdan un gasto tope, que en esta ocasión ha sido de 70 euros. No obstante, este límite de cuantía no se aplica a su hija, que «siempre es la que sale ganando» el seis de enero, bromeó la mujer.

Unos escaparates más allá, andaban cargadas de bolsas Yamile Díaz y su madre, Amalia Pulido. «Este año en Reyes ha habido menos regalos, pero porque ya tenemos de todo, solo hemos comprado cosas que hacen falta y algún caprichito», aseguró Díaz. Ambas se regalaron entre sí, pero no acertaron ni en la talla, ni en el gusto. Díaz tuvo que cambiar el número de una playera, comprada por Pulido, que le había quedado «muy justa». Por su parte, la hija regaló a su madre un vestido, que a esta «no le hizo gracia». «Es que ella es mucho más moderna que yo», argumentó Pulido sobre el conjunto. Hoy seleccionó otro traje, uno que realmente le fascinaba, aunque ante la falta de stock, tuvo que conformarse con pedirlo vía web y sentarse a esperar la notificación de que por fin había aterrizado en el establecimiento, y no fue la única que se quedó ‘rascada’.

El presidente de la asociación de comerciantes Zona Triana, Carlos Betancourt, indicó esta semana que, desde el confinamiento, las existencias sobrantes se han reducido considerablemente tras la Navidad. Y es que, como ha caído la compra de productos en físico debido al auge de las adquisiciones vía web, los comercios son más cautelosos a la hora de invertir en existencias durante las campañas de mayor consumo, por lo que luego queda menos para ofrecer en la época de rebajas. En consecuencia, los almacenes vacíos son signo de que, o la campaña festiva ha ido muy bien, o los compradores más madrugadores se lo llevaron todo tras la apertura de puertas.

«Vinimos a cambiar ropa y zapatos, pero en la tienda no había casi nada, y eso que vinimos temprano. Ahora tenemos que esperar a que repongan», lamentó hoy Suso Medina, que activó el plan ‘despiste’ de sus majestades sin éxito. Lo acompañaban su pareja, Cynthia Santana, y su hija, Mía, que andaba jugando con su patinete nuevo, eso sí, ya un poco cansada del traqueteo de la mañana. «Venía también a mirar rebajas, pero me da que tendré que volver cuando traigan más cosas», recalcó Santana. A casa, además de las prendas que no consiguieron intercambiar, esta familia solo se pudo llevar unos zapatos nuevos para la pequeña, que encontraron a buen precio entre la marea de promociones.

Descuentos del 50%

En los días previos al 6 de enero, las tiendas ya comenzaron con los descuentos, que rondaban el 30%, menos en los comercios especializados en ropa, que arriesgaron con bajadas «agresivas» de hasta el 50% antes del comienzo oficial de las rebajas –que es cuando normalmente se sube el porcentaje a este punto– a costa de reducir los márgenes de beneficio, según el presidente de la Federación de Comercio de Las Palmas (Fedeco), Raju Daswani. ¿Motivo? El pinchazo en las ventas de la temporada de invierno por las altas temperaturas que se han registrado en noviembre, diciembre y en este mes que está arrancando. El calor ha provocado que esta Navidad los isleños cambien la prendas de abrigo por el bañador y las cholas, lo que ha provocado una distorsión de los hábitos de consumo y el nerviosismo entre los empresarios, que hoy subieron en algunos productos los descuentos al 70%.

«La moda es muy sensible ante cambios climatológicos», explicó esta semana el secretario general de la Asociación de Medianas y Grandes Empresas de Distribución Comercial en Canarias (Asodiscan), Alfredo Medina. Añadió que en el Archipiélago se venden en esta época prendas de entretiempo, pero las altas temperaturas lo han «impedido».

Adelaida Amaya fue una de las que aprovechó esas promociones anticipadas para hacerse con los últimos regalos de sus dos hijos, sobre todo los que tenían que ver con sus vestimentas. «Esperé para comprarlos para que me saliera más barato», explicó la mujer, que fue hoy a cambiar la talla de una prenda que regaló a su hermana. Uno de sus retoños, Gaddiel Alonso, que iba junto a ella, aprovechó las bajadas generalizadas del 50% para hacerse con un pantalón y un jersey que sumar a los presentes de Melchor, Gaspar y Baltasar, que esta Navidad «se han portado muy bien». «Los conseguí muy baratos, me he ahorrado 15 euros más o menos», recalcó Alonso.

«Vengo a vigilar»

 Unos salieron a gastar, y otros a fiscalizar. «Vengo a vigilar, a ver cuánto me van a sacar de la cartera», bromeaba Orlando Sánchez, que acompañó a su mujer, Teresa Quintana, y a su hija, Yesira Sánchez, a recorrer las tiendas. Fueron a hacerse con la talla ‘buena’ de unos zapatos tras uno de esos ‘fallos de cálculo’ de los Reyes. «Es que depende de la bota lleva un número diferente», argumentó Sánchez ante su madre –que era la que había recibido las botas– para excusar el error de sus majestades. Pero no fue el único cometido ayer. Y es que, si bien la hija afirmó que no iba a comprar durante las rebajas porque ya tiene «de todo», Quintana aprovechó el paseo para localizar sus próximas adquisiciones. Localizar a secas, porque se «enamora de lo que no hay», entonces pasar la tarjeta lo ha pospuesto hasta la llegada de nuevo cargamento, cuestión que alegra a su esposo. En especial, busca medias y calcetines, que siempre hacen falta, pero no descarta que caiga algún capricho.

En rebajas, los establecimientos especializados en moda y calzado son los que más triunfan, señaló esta semana el secretario general en Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Fauca), Abbas Moujir. Por eso, los comerciantes se han marcado esta semana y la próxima, que son las más fuertes de la temporada de bajada de precios, vender todas las chaquetas, botas y gabardinas que han quedado en los almacenes.