La mejora del incentivo al cine coloca a Canarias a la vanguardia de Europa

El Clúster Audiovisual considera que tras la deslimitación de la deducción fiscal no habrá un territorio en el continente con mejores condiciones para la industria

Un instante del rodaje en Canarias de la serie ‘Las noches de Tefía’.

Un instante del rodaje en Canarias de la serie ‘Las noches de Tefía’. / María Pisaca

La deslimitación del incentivo fiscal a las producciones audiovisuales –películas, series, documentales– situará a Canarias a la vanguardia del sector en Europa. No habrá en el continente un territorio con un marco tributario tan favorable para la industria audiovisual. En definitiva, «ya no habrá barreras para que las Islas sean el mejor lugar de Europa» para el desarrollo de una actividad que ha crecido de forma exponencial en los últimos años en el Archipiélago. «Ahora, el cielo es el límite», resumía este martes Rubén Zarauza, presidente del Clúster Audiovisual de Canarias (CLAC), donde llevaban tiempo insistiendo en que el límite de 50 millones de euros de rebaja fiscal para el conjunto del sector impedía sacarle al incentivo todo el jugo posible. La inminente supresión de ese tope sectorial de 50 millones anuales, que avanzó este martes la Secretaría de Estado de Hacienda, es así la particular guinda del pastel para la industria audiovisual de la región, que confía en que los trámites administrativos vayan lo más rápido posible y en que la medida se aplique con efectos retroactivos desde el pasado 1 de enero, algo a lo que está dispuesto, al menos en principio, el Ministerio de Hacienda.

‘Destopar’ el incentivo permitirá destrabar y aligerar muchas inversiones que están en espera

Desde este año, la deducción por inversiones en producciones audiovisuales en Canarias puede llegar a la friolera de 36 millones de euros por película, y en el caso de las series, hasta 18 millones por capítulo, con lo que para una serie de diez episodios podría alcanzar los 180 millones de euros. No obstante, aparte de ese límite individual, es decir, de esas cuantías máximas que puede desgravarse una determinada producción, hay un segundo techo o tope colectivo, ya que la suma de las rebajas fiscales a las que se acojan los distintos proyectos que se lleven a cabo en las Islas no podrá rebasar los 50 millones al año. En consecuencia, si una superproducción de Hollywood cumpliese los requisitos para beneficiarse al máximo de la deducción –36 millones de euros–, apenas quedarían 14 millones para el resto de películas o series, toda vez que no puede superarse ese límite sectorial de 50 millones de euros. Pues bien, ese último tope es el que va a suprimirse en cuanto el Ministerio tenga lista su propuesta legislativa, de la que dará cumplida cuenta al Gobierno canario y al propio sector antes de remitirla al Parlamento autonómico para que este evacue el preceptivo informe ante cualquier modificación del REF.

El presidente del CLAC explicó que el límite sectorial de 50 millones, al que en la industria han bautizado como la bolsa, daba o da lugar a una especie de «lotería». Proyectos e inversores deben estar pendientes de «si hay bolsa o no», esto es, de si quedan o no quedan fondos en ese saco común de 50 millones. No extraña así, tal como agrega la abogada Carmen Aguado, especializada en el sector audiovisual, que muchas inversiones se empantanen a la espera de poder acogerse al incentivo, y eso en el mejor de los casos, ya que, en el peor, la inversión se va a otro destino. Se pierde. La letrada expone que una vez se suprima la bolsa, las inversiones se ejecutarán a mayor velocidad, amén de reducirse el coste que soportan los promotores, con lo que el beneficio irá más allá de la industria audiovisual para revertir, en forma de actividad y de puestos de trabajo, en la economía canaria en su conjunto.

La cancelación de la huelga de guionistas en EEUU y el fin de la ‘bolsa’ insuflan optimismo al sector

«Tendremos una autopista libre para producir», subraya Rubén Zarauza, quien confía en que nada se tuerza por la vía política. Hay que recordar que tanto el presidente de la Zona Especial Canaria (ZEC), Pablo Hernández, como el exviceconsejero de la Presidencia Antonio Olivera insistieron desde la anterior legislatura en la necesidad de destopar el incentivo al cine. También desde el anterior equipo al frente de la Dirección General de Asuntos Europeos, que timoneó Julián Zafra y que en marzo elevó al Ministerio una propuesta para la reforma de la deducción –en síntesis se trata de aplicarla no como ayuda sectorial sino como ayuda de finalidad regional– que coincide con la solución planteada ahora por Hacienda.

Una vez se deslimite el incentivo, y tras haberse logrado también que los inversores del resto de España puedan beneficiarse de la deducción en los mismos términos que los canarios para el caso de proyectos en las Islas –amén del fin de la huelga de guionistas en Estados Unidos–, todo indica, enfatiza Jaime Romero, consejero delegado de Macaronesia Films, que 2024 será un año «muy importante para el sector». Tanto como «un antes y un después», añade.

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  • La deducción por inversiones en producciones audiovisuales en Canarias puede llegar a un máximo de 36 millones de euros por película. En el caso de las series, el incentivo fiscal es si cabe más jugoso, ya que el límite es de 18 millones, pero por capítulo, con lo que para el caso de una serie de diez episodios la rebaja tributaria podría alcanzar la friolera de 180 millones de euros. Sin embargo, al margen del límite individual hay un segundo tope o techo.
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  • Hasta ahora, el incentivo viene aplicándose como ayuda sectorial, lo que implica un límite global de 50 millones anuales. Es decir, que entre todas las producciones, el beneficio fiscal no podrá superar esos 50 millones, lo que en la práctica minimiza el ‘impacto’ de la deducción. La idea del Ministerio, en línea con los planteamientos que el Gobierno canario le hizo el pasado marzo, es que la rebaja tributaria, o más bien la mayor rebaja a las producciones en las Islas -la parte del ‘diferencial fiscal’ consolidado en el REF-, se aplique como ayuda de finalidad regional, esto es, sin límite sectorial.

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