Galicia

La Justicia sienta por primera vez a Novas y Villamizar por la trama que hundió Hiperxel

Deberán comparecer en Marín por fraude agravado

Fiscalía les atribuye la creación de un entramado artificial con el que compraron la cadena; requerirá seis millones de fianza

En los recuadros, Novas (i.) y Villamizar (d.). En grande, tienda cerrada de Hiperxel en Vigo.

En los recuadros, Novas (i.) y Villamizar (d.). En grande, tienda cerrada de Hiperxel en Vigo. / Marta G. Brea

Lara Graña | @lara_grana

Con unas cuentas sin auditar pese a contar con una treintena de tiendas de productos congelados, un supuesto grupo empresarial denominado Vinova consiguió convencer a dos fondos de inversión para recibir un préstamo de más de nueve millones de euros en la primavera de 2021. El proyecto lo valía: se trataba de la compra de Xeldist Congelados (Hiperxel, de marca comercial), antigua filial de Iberconsa. La realidad es que Vinova, como demostró una investigación de Faro de Vigo, del grupo Prensa Ibérica, era un entramado artificial creado por dos socios que acabarían llevando a la ruína a Hiperxel en escasos meses. Uno de ellos, Eusebio Novas Hay, contaba ya entonces con una extensa nómina de causas judiciales en su haber. La investigación de Fiscalía, como también anticipó este periódico, constató que esa supuesta “multinacional” –así calificaban Novas y su socio Juan José Villamizar a Vinova– fue diseñada para “crear una gran simulación de operaciones de comercio con la exclusiva finalidad de ofrecer una falsa imagen de solvencia económica y obtener financiación de las entidades de crédito”. Un fraude colosal. Este miércoles ambos empresarios deberán comparecer en un juzgado, donde por primera vez serán cuestionados por la estrepitosa ruina de la mayor cadena de congelados del norte de España.

Están citados en el juzgado de Instrucción número 2 de Marín, donde también deberán acudir en calidad de querellados Abelardo Santiago, Ignacio Santiago y Emiliano José Acevedo, así como representantes de las personas jurídicas Congelados Cíes, Pescados Costa Mogor, Ditsch España, Pescados Antorres y Vaporgusto. Fuentes conocedoras de los manejos de Eusebio Novas dudan de que vaya a asistir a la sala. Originario de Arousa y de apenas 38 años de edad, la Audiencia Provincial de Pontevedra acaba de ratificar una condena en su contra de dos años y medio de prisión por fraude y falsedad documental. El fiscal Jesús Calles Villamandos solicitará al juez, en virtud del artículo 589 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, la imposición de una fianza por importe de seis millones de euros “para garantizar las responsabilidades pecuniarias que pudieran declararse procedentes”.

Los préstamos en favor de sus empresas permitieron a Novas y Villamizar disponer de una decena de coches de alta gama, un yate o vivir en lujosos chalets de Pozuelo de Alarcón (urbanización La Finca) y Boadilla del Monte (Parque Encinar). En particular, la vivienda donde reside el arousano le cuesta unos 7.000 euros mensuales, que paga a un conocido exfutbolista profesional del Real Madrid. El yate que utiliza, Mansoor, está a nombre de una sociedad en la que su pareja figura como administradora única. Es más, como demostró Faro de Vigo, los dos directivos retiraron el equivalente a 8.500 euros diarios de las cajas de Hiperxel durante los escasos doce meses en los que estuvieron al frente de la gestión. Eusebio Novas, en una carta dirigida a este periódico, aseguró que no tenía ninguna vinculación con Vinova, aunque sí admitió haber hecho negocios con Villamizar. Pero este escrito de Fiscalía no solo ratifica todos los extremos divulgados por el Decano, sino también que, para armar su “trama para la defraudación”, hasta echó mano de documentos de identidad de un presidiario belga para firmar documentos mercantiles.

Echaron mano de un recluso de una carcel de Salamanca para firmar papeles

De cara a la galería, ese supuesto gran grupo que era Vinova estaba conformado por las cinco sociedades ante las que también se formula la querella. En los años investigados (2016-2019), prosigue el escrito, “se reflejaba un volumen de facturación elevadísimo” con el que aparentaban, además de músculo económico, sensación de confianza en los proveedores. Las cifras eran muy potentes: casi 140 millones de euros entre Congelados Cíes, Pescados Costa Mogor, Ditsch España, Pescados Antorres y Vaporgusto. “Pero gran parte de esta facturación es falsa, no existe”. Utilizaban empresas supuestamente operativas para comercializar pescado congelado: todas bajo la aparente gestión de otras personas, pero “siempre bajo la dirección” de Eusebio Novas y Juan Villamizar.

La enorme cantidad de operaciones registradas por esta trama hacen “imposible” determinar con exactitud cuáles fueron reales y cuáles simuladas: las cuotas defraudadas –se toma como referencia la cuantía más beneficiosa para los querellados– supera los 1,8 millones de euros.

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