El hundimiento de la renta, la baza de Canarias ante Bruselas para lograr la rebaja en el IRPF

Ceuta y Melilla, con una reducción fiscal similar a la que aspira Canarias, tienen más renta disponible

La comisaria europea Elisa Ferreira, este miércoles con Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias.

La comisaria europea Elisa Ferreira, este miércoles con Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias. / Efe

Hacer de la necesidad virtud. Es lo que intenta el Gobierno de Canarias con el propósito de blindar en el Régimen Económico y Fiscal (REF) una rebaja tributaria en favor de los trabajadores –todos: asalariados y autónomos– de la Comunidad Autónoma. Una rebaja generalizada en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) vinculada a la residencia, es decir, similar a la que disfrutan los ciudadanos de Ceuta y Melilla, quienes pueden deducirse un 60% de la cuota íntegra del tributo. Más allá de la técnica fiscal con que se materialice, llegado el caso, esta bonificación –reducción, deducción o exención–, en el Ejecutivo y en el comisionado del REF, que dirige José Ramón Barrera, son conscientes de que hay dos puertas que derribar para lograr el objetivo: la presupuestaria, esto es, el coste de la medida –una suma que no podrá concretarse hasta que se sepa la fórmula escogida para materializar la bajada fiscal–, y la normativa, que deberá empezar por convencer a Madrid y Bruselas de la pertinencia de la nueva medida tributaria. Para esto último, para justificar ante los Gobiernos central y comunitario la necesidad de introducir en el REF ese nuevo incentivo, el Ejecutivo autonómico cuenta con un argumento contundente: los canarios llevan un cuarto de siglo, en concreto desde 1999, alejándose cada vez más de la renta media española y, por supuesto, europea. Un cuarto de siglo hundiéndose cada vez más entre las regiones más pobres.

En estos momentos, el trabajador autónomo canario que regenta un bar, una peluquería o un obrador solo obtiene una ventaja o compensación directa del REF si destina parte de sus beneficios para inversiones. Para, por ejemplo, la Reserva para Inversiones en Canarias, la RIC, que es uno de los incentivos más potentes de los fueros autonómicos. El REF está así orientado hacia la inversión, y ello pese a que el tejido productivo y empresarial del Archipiélago lo integran no ya pymes, sino micropymes que por su pequeñísimo tamaño tienen poco margen para invertir, y eso si es que tienen algún margen. Por eso el comisionado del REF defiende la necesidad de unos fueros «para todos» que no solo se vinculen a la inversión, sino también al territorio, a la residencia. Y es aquí donde se justifica el intento de introducir esa rebaja en el IRPF en beneficio de todos los trabajadores isleños.

Las Islas llevan un cuarto de siglo ‘enterrándose’ cada vez más entre las regiones más pobres

Una rebaja atada en el REF que a su vez se justifica, y así lo defenderá el Gobierno de Canarias ante las autoridades nacionales y europeas, por ese larguísimo proceso de depauperación relativa en que la región lleva sumida cerca de 25 años. Y las cifras son aquí rotundas. El Producto Interior Bruto (PIB) per cápita de España fue en 2021 –último dato disponible– de 25.498 euros. El de la Unión Europea, la media de los Veintisiete, alcanzó los 32.430 euros. Y el de la Comunidad de Madrid se fue hasta los 34.821 euros. ¿Y el de Canarias? El de las Islas se quedó en unos exiguos 18.990 euros, un 25,5% por debajo de la media nacional; un 41,4% inferior a la media de los Veintisiete; y hasta un 45,4% menos que en Madrid.

El Ejecutivo regional está convencido de que la medida ayudará a frenar la fuga de talento

Ni la radiografía ni el diagnóstico son diferentes si en lugar de la variable de la renta por habitante se toma como referencia la de la renta disponible de las familias, es decir, los ingresos con que cuentan los hogares una vez descontados los impuestos y cotizaciones. La renta disponible media de las familias españolas es de 15.817 euros; la de los hogares de País Vasco, la comunidad que lidera este particular ranking, de 20.479 euros; y la del Archipiélago, de unos exiguos –de nuevo– 12.410 euros per cápita. Si en el PIB por habitante las Islas son la segunda autonomía por la cola, solo empeorada por Andalucía, en términos de renta disponible son las últimas. De hecho están por debajo incluso de Ceuta –13.914 euros– y Melilla –12.793–, que son los dos territorios cuyos ciudadanos ya disfrutan de un incentivo en el IRPF similar al que aspira Canarias. Es cierto que las últimas cifras oficiales de la renta disponible son de 2020, el primer año de la covid, que aquí se sufrió más si cabe por la dependencia del turismo; sin embargo, igual se sufrió en Baleares, y la media allí es de 14.913 euros.

En el Gobierno están convencidos de que esta situación justifica por sí sola la conveniencia de introducir en los fueros esa rebaja en favor de los trabajadores isleños. Lo que contribuirá además, sostienen, a evitar la fuga de talento hacia otros países o regiones en busca de mayor prosperidad, lo que en muchos casos es sinónimo de mayores salarios y, en última instancia, de mayor renta disponible.

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