Lorenzo Perera, propietario de una floristería en Los Cristianos desde hace seis años, todavía no se ha decidido a reabrir su negocio. Asegura que las normativas para garantizar la seguridad de sus clientes "no están claras" y valora que tampoco ayuda a los comerciantes "que las cambien cada semana".

Por eso, este emprendedor ha decidido continuar cerrado al público un tiempo más, aunque continúa vendiendo flores a domicilio.

Esta situación reconoce que está afectando mucho a su negocio. "Ahora mismo estoy en stand by, mi casero no me ha exigido que le pague el alquiler pero tampoco hemos hablado de qué sucederá después", asume.

Aunque al principio asegura que era reticente a que se parara por completo la actividad como consecuencia del Covid-19 tras ver cómo afectaba a varios familiares, ahora considera que se está abriendo demasiado pronto.