CD Tenerife

Ángel y Maikel Mesa, esclavos de su verbo

A ambos futbolistas les une su procedencia lagunera y que en el pasado ambos fueron víctimas de sus propias palabras

Maikel Mesa.

Maikel Mesa.

Manoj Daswani

Manoj Daswani

El partido que viene cruza en La Romareda a dos futbolistas que fueron incomprendidos en su día, esclavos de sus palabras, vilipendiados por un mensaje mal emitido (o mal entendido). Ambos laguneros y ahora rivales, sus trayectorias presentan otro denominador común:el pasado verano pudieron regresar al rival al que se enfrentarán este domingo.

Maikel Mesa Piñero y Ángel Rodríguez Díaz fueron víctimas de su verbo. El mediocampista del Zaragoza, en su presunto despecho contra un Tenerife que le había prometido ficharle y no lo hizo. En septiembre de 2018 llegó a decir que el representativo ya le daba «un poco igual». Tal vez fuera en su afán por honrar a LasPalmas, que sí le abrió las puertas de su primer equipo. Su desdén al club blanquiazul, en el que se formó, causó ira e indignación a partes iguales en la feligresía del Heliodoro. Tanto fue así que en el momento de plantearse su regreso, un sector de la afición protestó con saña. Y hasta aparecieron pintadas contra su fichaje en los aledaños del estadio. Al final, eligió Zaragoza.

Ángel también cometió un exceso verbal. Ocurrió justamente antes de un Zaragoza-Tenerife donde los isleños se jugaban entrar en puestos de privilegio al playoff de ascenso. Fue en la campaña 2016/17, pero en la capital de LaPilarica aún se recuerda. «Firmaría que ganase el Tenerife y marcar yo dos goles», fue su mensaje en una entrevista en Radio El Día. La transcripción literal de sus controvertidas declaraciones propició una cascada de indignación en el zaragocismo, que no entendía el discurso de un futbolista idolatrado por sus goles y que estaba próximo a cuajar la mejor campaña de su carrera en Segunda.

Consciente de su grave error, Ángel se apresuró en pedir disculpas públicas mediante un comunicado. No fue suficiente. Su entrenador creyó oportuno apartarle de la última convocatoria de su última temporada en Zaragoza; y el de Geneto siquiera pudo despedirse de la afición que le había tributado aplausos, ovaciones y honores superlativos durante un año de ensueño. Que se vio interrumpido de forma abrupta, sin opción a que el ariete pudiese redondear su cifra de goles en un partido especial, contra su equipo de siempre, aquel al que volvería este mismo verano.

Ángel, en el Heliodoro.

Ángel, en el Heliodoro. / CD Tenerife

Nadie puede cuestionar que son Maikel y Ángel dos de los futbolistas tinerfeños que mejor y más brillante carrera han hecho en el fútbol de Segunda. Sus dígitos hablan por sí solos y sus orígenes están en ambos casos ligados al representativo, ahí donde el primero pudo regresar en verano antes de elegir Zaragoza; y adonde sí lo hizo Ángel. Lo que no ha trascendido aún es que justamente el cuadro maño estuvo muy interesado en su fichaje y hasta Cordero trasladó a sus agentes que estaría en disposición de mejorar la oferta final que formulase el Tenerife. No hizo falta porque la decisión final de Rodríguez fue rotunda:quería regresar a casa. La vuelta había sido doble si al delantero se suma Maikel, que escogió el contrato de larga duración que le formuló su club actual y vive ahora una situación difícil. Se da la paradójica circunstancia de que ninguno de los dos tinerfeños puede estar completamente feliz. Ángel, porque no juega todo lo que le gustaría; y Maikel, porque pese a su protagonismo notable no basta para que su Zaragoza esté mucho más arriba. Laguneros ambos, un día fueron esclavos de su verbo.