Ni rastro de Loïc Williams

La primera y la segunda vuelta de Loïc Williams (Valencia, 2002) son como el día y la noche. El futbolista que entró al Tenerife por una rendija –proveniente del Paso y con ficha del filial– se asentó en pretemporada y deslumbró a todos. Antes que nadie, a Asier Garitano. «Tuvimos una charla para conocernos y ya entonces le vi con las ideas muy claras», contaba el entrenador por aquel entonces. «En competición lo veo bien, pero más contento aún estoy por cómo entrena.

Todo eran elogios para la madurez y el comportamiento de Williams, que irrumpió con fuerza en las alineaciones del primer equipo. Jugó su primer partido completo ante el Sporting (90’), luego otro más frente al Eibar y concatenó hasta siete jornadas seguidas con protagonismo. Entretanto, Mauro Pérez invitaba a la cautela. «Es un chico que ha venido para el filial pero no se le puede equiparar por ejemplo con Kike Salas, que ya ha jugado Champions», decía el director deportivo.

Pero Loïc ya estaba en primera fila del escaparate. Incluso surgieron los pretendientes. Y la Sub 21 le anotó en algunas de sus convocatorias previas, sin que nunca llegase a producirse su estreno con La Rojita.

Williams era un nombre de moda en el Tenerife. De hecho, algunos equipos de Primera empezaban a tomarle en cuenta y a preguntar por su situación. Su eclosión, fulgurante. Pero lo difícil no es llegar, sino consolidarse, y es lo que el central valenciano está constatando en la segunda vuelta. Sin que se haya producido ninguna novedad en forma de fichaje en su demarcación en el campo, la recuperación de José León (estaba lesionado) le ha condenado a un ostracismo casi sin remedio.

Hoy por hoy, Loïc es el último central del equipo por detrás del madrileño y de José Amo –están siendo titulares–, de Nikola Sipcic y de Sergio González, a quien el entrenador ha preferido en la zaga cuando ha habido que recomponer la retaguardia.

Los números del prometedor futbolista procedente del Paso han adelgazado peligrosamente. Su última vez con minuto en la Hypermotion fue con carácter testimonial, frente al Levante en el Ciutat de Valencia; y su titularidad más reciente data del primer partido del año, contra el Elche en el Heliodoro.

Con apenas cinco minutos de juego en nueve jornadas, el club tenía la oportunidad de darle carrete con el B el pasado fin de semana en el derbi chico en Las Palmas. No parece que el futbolista estuviese por la labor. Mientras espera por una nueva oportunidad de lucir, su progresión se atasca. Preocupante.

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