Aterrizó en el Tenerife de la mano del exconsejero Corviniano Clavijo, que soñaba con ser presidente; y ahora está muy próximo a convertirse en la persona con mayor poder e influencia en la estructura accionarial del representativo.

¿Aliviado con la victoria del lunes?

Muchísimo. Por lo menos nos quedamos con los tres puntos y el equipo intentó dar otra imagen distinta a la de Ibiza. Lo que importaba era vencer para crecer; y se vieron buenos detalles como la aparición de Teto y la buena actitud del equipo.

Concepción ya hablaba el domingo en pasado de su etapa en la presidencia.

Yo me remito a lo dicho por él. Siempre he manifestado que es una decisión personal la de abandonar el cargo. Es un tema que está bajo su más estricta competencia. Oí lo que dijo y no opino sobre sus intenciones.

¿Pero entendería que llegase su adiós en estos momentos?

Al final en el fútbol las cosas que cuentan son cómo entras y cómo sales. Así se escribe la historia. Cuando él accedió, hace ya tanto tiempo que muchos ni se acuerdan, la realidad era difícil; ahora, el club está estabilizado, consolidado en Segunda A y con una situación muy buena en la parte financiera. Falta por culminar el trabajo en el área deportiva. Y entiendo que tras un periplo largo, Concepción tenga la potestad de definir cuándo sale y cómo sale. Esperaremos a que él se exprese cuando lo considere conveniente.

¿Ha tenido usted ofertas para vender sus acciones?

Negar la evidencia es mala técnica, más todavía porque este verano se han vendido cuatro clubes de Segunda. Eso evidencia que ha habido movimientos. Claro que ha habido interés de inversores en las acciones del Tenerife. Pero yo no entré aquí con una intención especulativa. Yo creo en este club como accionista de referencia. Llevo mucho tiempo aportando y haciendo lo que se me pide; y tengo confianza en que esta institución tiene un futuro apetecible. Además, el grupo relevante de accionistas importantes de este club siempre ha decidido seguir como estamos y no permitir el acceso de capital extranjero. Eso mismo está ahora fuera de la ecuación.

Pero el Tenerife se ha convertido en un club interesante para inversores foráneos. ¿Cuántas ofertas ha habido?

Puedo hablar de las que he recibido yo. No sé si las ha habido por el conjunto de las acciones. Por mis acciones, en dos o tres ocasiones han tocado a mi puerta. Si le ha ocurrido lo mismo a otros, eso deben aclararlo ellos.

¿Qué le sugiere la figura de Paulino Rivero como próximo presidente del Tenerife?

Tengo el gusto de conocerle, me parece una buena persona. No le conozco en detalle pero sí hemos coincidido en varios actos. Como persona me parece respetable y su perfil no me disgusta. Es una persona pública que todo el mundo conoce en Tenerife.

Y a modo de resumen, ¿cómo ha sido el tránsito desde que llegó hasta el momento actual? ¿Cómo pasó de ser enemigo a aliado de los dirigentes del Tenerife?

Al principio quizá por el desconocimiento pudo haber recelo, pero la gente que tiene un mismo objetivo y se sienta, hablamos y nos conocemos, vemos que todos tenemos la mejor perspectiva para el club. Hubo un entendimiento y desde aquel momento esas buenas relaciones entre nosotros han sido una buena noticia para el club. Yo he puesto y sigo poniendo todo de mi parte por el bien de la institución.