Hay algo de cierto en que las características del media punta, en los equipos que lo utilizan, definen un poco el estilo colectivo. El Tenerife elige a Shashoua, como ejemplo del cambio que da su propuesta, ahora más basada en intentar desequilibrar con la pelota. El inglés se siente a gusto ahí, con el «10» a la espalda. Es calidad, regate y gol. 

«Hay que hacer trabajar al rival con circulaciones, para eso hemos traído a estos jugadores». La frase es de Ramis al final del amistoso ante el Elche. Es obvio que el Tenerife incorpora a su catálogo de procedimientos la posibilidad de dominar los partidos con la pelota. Hay señales tan claras como la rotación de Míchel y Corredera (que también es media punta) en el eje, o la elección de un centrocampista por detrás del punta. Nada menos que Shashoua. Su presencia ahí, en tres cuartos, es la evolución hacia el juego que deja atrás los pelotazos largos sobre la pareja de delanteros con la que Ramis simplificaba los procedimientos la pasada temporada.

Una de las condiciones para ser el «10», número que identifica al jugador diferencial de cada equipo, es sentirse un «10». Samuel cumple el requisito. «Suso (que lo llevaba hasta ahora) es una leyenda del club. Desde niño siempre he querido ser el número 10, es la primera vez y estoy muy contento», dijo ayer este londinense del barrio de Chelsea, que ha cambiado el cuento con un giro extraordinario. Ha convertido la calabaza en carroza, de manera que ha pasado de ser el apartado (estuvo toda una temporada sin jugar) a colocarse en el centro de la escena, con todo el derecho, porque sobre el verde, los regates, las fintas, los pases de gol y la capacidad para definir, autorizan a cualquiera a sentirse importante. «Quiero mejorar cada año, en lo colectivo y en lo individual. Hay cosas por mejorar y estoy centrado en eso, tengo mucha ilusión».

El Tenerife 21/22 quiere jugar. Es una forma, también, de recuperar viejas señas de identidad. Llama la atención ver a Aitor empezar a hacer rodar la bola desde el área chica. El cambio requiere tiempo. «Es muy importante en Segunda tener las ideas muy claras y la continuidad que nos ha faltado en temporadas pasadas. Todos sabemos lo que tenemos que hacer. Los nuevos también lo están haciendo bien. Este es un grupo muy unido y ha sido fácil para ellos», aseguró ayer Shashoua, que está muy integrado y se comunica con un español fluido. «Tenemos las ideas muy claras. Somos un equipo reconocible desde el año pasado y queremos mejorar algunos aspectos. Hemos entrenado muy fuerte y bien durante estas semanas. Ahora tenemos partidos contra equipos muy buenos, de nuestra Liga», asegura.

Este estilo combinativo le da mucha vida a talentos como él, sabedor de que en el Heliodoro, los jugones son predilección. «Los aficionados animan en la calle y en las redes sociales. Es un plus tener una afición así, ojalá este año los tengamos en el Heliodoro», dice el londinense, que conoció el ambiente del estadio en su primer año, aunque inactivo, en la Isla.

Shashoua es uno más de la familia. «Lo de Javi (Alonso) fue muy triste. Estaba en un momento muy bonito y para un chico que trabaja así todos los días y siente los colores… También estoy triste por Nahuel que hizo un gran año en Oviedo y sé que tenía muchas ganas de demostrar lo que tiene. Es parte del fútbol y estoy seguro de que volverán más fuertes», asegura el inglés, rodeado de canteranos en esta etapa de preparación. «Yo estuve en la cantera del Tottenham y sé lo que es subir a un primer equipo y sentir nervios. Trato de ayudarlos en lo que puedo. Quieren ayudar al equipo, hacer cosas, y es fácil ayudarles”.

Palabra del «10».