Empate para cerrar la campaña 20/21. Con la sensación de todo el curso. Un sí, pero no. Que con un poquito más igual... pero que no hay más. Y por eso el CD Tenerife acaba en tierra de nadie otro año. Son ya cuatro temporadas consecutivas las que lleva el cuadro insular disputando la última jornada sin que importe demasiado el resultado. Un empate contra el Albacete (2018), una victoria contra el Zaragoza (2019) y una derrota visitando al Numancia (2020) precedían a este duelo con aires de decepción ante el Oviedo. Día de despedidas, todavía sin confirmar, y de entrega de notas.

En esta Liga Smartbank no descender ya te da el aprobado. Por eso, no se puede decir que blanquiazules y carbayones hayan suspendido. Pero desde luego no es que hayan dado a sus aficiones demasiadas alegrías. Más de uno, de hecho, habrá preferido la playa ayer. No se perdieron gran cosa. Fueron noventa minutos en los que no abundaron las ganas. Los de Luis Miguel Ramis fueron castigados duramente por un rival más efectivo. Y eso que estuvieron más intensos y apenas concedieron ocasiones de gol.

No lo pareció en el arranque. Porque la primera de los asturianos fue a la jaula. Hubo falta de tensión en el área, después de un cambio de orientación que pilló despistados a Pomares y Vada, y en el rechace Borja Sánchez mandó el balón al fondo de la red (6’). Le tocaba remar a los locales, incapaces de remontar un solo encuentro en las 41 jornadas anteriores. Con el calor, sin nada en juego y las piernas pidiendo vacaciones, no parecía el mejor escenario para acabar con la mala racha.

Pero se empleó a fondo para lograrlo el Tenerife. Ya en el 10, Fran Sol empató después de un centro de Shashoua. Pero lo hizo en posición incorrecta. No lo advirtieron Ocón Arráiz y su asistente, pero sí el VAR. Después de festejarlo, hubo marcha atrás. Y lo peor es que increíblemente el 0-1 iba a durar hasta el descanso.

Intentó evitarlo Fran Sol, con un remate a quemarropa desde dentro del área, pero respondió Femenías (22’). Poco después se lució también para desviar un disparo desde fuera del área de Vada que buscaba la escuadra izquierda de la meta visitante.

Dando un paso adelante en la presión, recuperando en campo contrario, el Tenerife se acercó constantemente al gol. Después de la pausa para hidratación, novedad en el Heliodoro, Fran Sol logró superar al portero... pero se topó con los postes . Un cabezazo suyo, a centro de Shashoua, chocó primero en el palo derecho y luego en el izquierdo antes de perderse por la línea de fondo (34’). Era el colmo.

Pero no se rindieron los blanquiazules. Vada, enchufado desde la izquierda pero participando por dentro, buscó un disparo con rosca desde la frontal que se marchó cerca del poste izquierdo (38’). Se animó Shashoua luego, pero hasta los rechaces favorecieron al Oviedo que rondó el autogol (40’).

Después de tanta ocasión de gol, también llegó una para los visitantes. Blanco Leschuk, solo dentro del área, cabeceó fuera de forma increíble (44’). Hubiera sido demasiado castigo un 0-2. Ya lo era, de hecho, el 0-1. Resultaba incomprensible.

La segunda parte comenzó como había terminado la primera, con una ocasión del Oviedo. Pudo hacerse un autogol Sergio González (47’), pero rápidamente recuperó el mono de trabajo la escuadra de Ramis. Y casi en su primer ataque, penalti. Lo señaló Ocón Arráiz después de que se lo pidieran desde la sala VOR. El derribo de Juanjo Nieto, muy claro, lo transformó en gol desde los once metros Fran Sol (51’). Vada casi completa la remontada un minuto después (52’).

Pero hubo que esperar a que interviniera de nuevo el VAR en una acción sobre Shashoua para que llegara el 2-1. Convirtió esta vez el penalti Suso, en el campo durante la última media hora. Sol le había dedicado el p rimero a él, él hizo lo mismo con Carlos Ruiz. Todo muy simbólico. Como el debut de Félix a cuatro minutos para el final. Sabe a poco. Casi a obligación.

Y en ese tiempo tuvo margen el Oviedo para igualar. Apenas se había asomado al área de Serantes, más que en un zurdazo de Jimmy que valió para foto del meta blanquiazul, con una parada de las de antes. Pero la entrada de Alberto, cerrar con tres centrales y una mirada al reloj metieron demasiado atrás al Tenerife. Un barullo en el área hizo el resto. Marcó Blanco Leschuk, un nueve con poco gol (93’). Hasta eso fue cruel para los blanquiazules.