Dejó claro Txus Vidorreta en los días previos al derbi canario en la necesidad de que su equipo se aplicara atrás para inclinar la balanza a su favor en un duelo que prometía ser a muchos puntos. Lo repitió de nuevo en los minutos previos al choque. Pero no fue hasta su reiterada insistencia en el descanso cuando sus jugadores se aplicaron para darle la razón al técnico. Y es que tras una primera mitad de una hemorragia ofensiva (53-55), el Iberostar Tenerife elevó sus prestaciones defensivas a partir del tercer cuarto para poner tierra de por medio y dejar KO (67-85) a un rival que ya no fue capaz de recuperarse.

En un inicio de tercer periodo para enmarcar, el Canarias mordió atrás, con tres robos en menos de tres minutos, y fue letal delante, corriendo o bien anotando desde el perímetro. Combinación perfecta en la que mucho tuvo que ver la mejor versión de Spencer Butterfield (16 de valoración en ese acto), pero también otros dos de los jugadores de rotación, Fran Guerra y Emir Sulejmanovic, que entre ambos se fueron hasta los 37 puntos para resultar desequilibrantes. Solo tres ejemplos del potente fondo de armario de los canaristas, lastrados de nuevo por las lesiones –Sergio Rodríguez solo pudo jugar tres minutos– y que demostraron que lo ocurrido en San Sebastián hace una semana fue solo cuestión de relajación excesiva.

El acierto del Iberostar en el arranque fue pleno gracias a un ataque fluido, bien para que finalizara Shermadini bajo el aro o para castigar desde el perímetro al anotar sus tres primeros triples (8-13). Sin embargo, atrás al cuadro lagunero le faltaron piernas para ser más duro en el uno contra uno, lo que aprovechó el Granca para mostrarse muy vertical hacia el aro (penetraciones de Albicy, Dimsa, Shurna y Okoye) y mantenerse así en el encuentro.

Con los equipos ya desatados en la parcela ofensiva, el Iberostar vio como su rival se entonó desde fuera y con cuatro triples consecutivos salió airoso del intercambio de golpes. Un 12-0 que llevó al Canarias a verse con 22 puntos encajados en solo siete minutos (22-15). Prefirió no pararlo Vidorreta sino recurrir a alguna que otra rotación, como la de Butterfield, que recuperó la producción para el bando canarista con un triple, una puerta atrás (22-20) y otra canasta tras rebote ofensivo sobre la bocina. Aún así el Granca mantuvo su estado de gracia desde el 6,75 (5/6) a lo que añadió un notable acierto también cerca del aro (5/8) para acabar en franquicia el primer acto.

Fue la segunda unidad la que sacó del atolladero a los canaristas. Con Guerra posteando sin arrugarse lo más mínimo, Sulejmanovic anotando desde su esquina y también ganando el uno contra uno debajo del aro, y con Rodríguez fajándose en el rebote ofensivo (2+1), los laguneros firmaron un 0-10 que les devolvió la delantera (29-34). Algunos momentos de notable intensidad en líneas de pase, una más que aceptable multiplicación para cerrar el rebote (solo una captura ofensiva del Granca en toda la primera mitad), y una pausada circulación en busca del extra pass al borde de la posesión de 24 dispararon a los tinerfeños hasta el 30-39 (15’).

Pese a que Guerra volvió a cubrir con nota (11 puntos sin fallo al descanso) la obligada ausencia de un Shermadini que se puso en dos faltas muy pronto, el conjunto claretiano volvió a entonarse desde el arco liderado por un imparable Sean Kilpatrick, acertadísimo en el tiro de tres, pero también algo más cómodo de lo debido para armar sus lanzamientos. Con el norteamericano yéndose a los 20 puntos (más dos asistencias), y ayudándose de algunas contras (una de ellas saldada con una más que rigurosa antideportiva a Salin) los locales recortaron poco a poco su desventaja para llegar incluso a equilibrar el electrónico a 51.

Torbellino ofensivo, el de los grancanarios (20 puntos en cinco minutos) ante el que no se arrugó el Iberostar, que pudo irse al intermedio en franquicia (53-55). Tanteador elevado sin que ninguno de los dos equipos lograra frenar la sangría del rival. El 15/20 en tiros de dos, 6/12 en triples y 7/7 en libres del Iberostar; y el 11/17, 8/11 y 7/7 del Granca lo decían todo.

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Derbi canario en la ACB: Herbalife Gran Canaria - Ibeostar Tenerife E. D.

Incidió en el vestuario Vidorreta en la necesidad de apretar los dientes para tratar de marcar diferencias. Y dicho y hecho, porque los aurinegros volvieron a pista con sangre en los ojos. Intensos en el uno contra uno y veloces para morder en línea de pase, para además recobrando la puntería exterior del inicio con los triples de Butterfield y Cavanaugh (55-63). El Granca se mantuvo con vida gracias a los rebotes ofensivos (cuatro puntos seguidos para el 57-63).

Con Butterfield –de alero– como punta de lanza para salir a la carrera y en labores de ejecutor cuando de mirar al aro se trató (12 puntos en el tercer cuarto), el Iberostar se marchó en el marcador. Ni el tiempo muerto de Fisac (57-68 tras 2’42” de juego) frenó a los laguneros, que supieron sufrir para minimizar daños en el rebote, siguieron mordiendo en cada metro de la pista (71-86 tras robo en zona contraria de Fitipaldo), no se inmutaron con dos mates seguidos del Granca, y además pusieron una marcha más con el regreso de Shermadini (65-81 tras cinco puntos seguidos del georgiano).

El Canarias abrió diferencias gracias a su segunda unidad y terminó de dinamitar el choque con la versatilidad de Sulejmanovic y la contundencia de Guerra (67-85, 30’). El Granca lo intentó con una presión que derivó en zona. Salieron los aurinegros de la primera trampa y jugaron a placer en una segunda defensa cargada de desajustes en la que Emir se gustó con varios mates y Fran con su enésimo posteo (76-95, 35’). Recogió así el Iberostar los frutos de lo que tanto demandó su técnico, un esfuerzo defensivo extra. Sacrificio de apenas unos minutos, pero más suficiente cuando los aurinegros supieron mantenerse, al menos mientras hubo partido, en números ofensivos similares a los de la primera mitad.

Luego, con el choque ya sin apenas trascendencia, el bando lagunero sacó lustre a su tiro exterior para acabar con un 12/23 desde el 6,75. Como en sus tres derbis anteriores el Canarias asaltó el Gran Canaria Arena. Esta vez, sin público, pero con un significado especial: demostrarse a sí mismo que sus dos derrotas previas no han derivado en crisis alguna.  El mejor Canarias, si alguna vez se fue, está de regreso.