Ensayo fallido del Tenerife en su primer partido como local. No es Liga y el resultado no pasa de anecdótico, pero hay que hacerle caso a lo que pasó sobre el césped, porque no deja de ser una prueba para el funcionamiento del equipo de Fran Fernández jugando como local. Al equipo le faltó de todo durante 75 minutos, frente a un rival que, al menos ayer, puso en evidencia el beneficio de un funcionamiento asumido a través de la continuidad. El Tenerife está en construcción y Las Palmas escribe con punto y seguido. La diferencia se nota en especial a estas alturas.

Las Palmas ocupó mejor el campo y, con su 4-1-4-1, encontró enganches sueltos en tres cuartos y desajustó al Tenerife especialmente por los costados, cuando Shaq Moore y Álex Muñoz se fueron arriba y los centrales se hundieron demasiado. De hecho, los peligros visitantes los generaron los jugadores de banda, Benito y Pejiño (a pie cambiado). Al equipo local le faltó activar un paso adelante de los del fondo (tímido Bruno y raro Sipcic en la izquierda) para evitar grietas. Pero lo que más echó de menos fue algo de profundidad. Solo tras la pausa de hidratación de la primera media hora, el ataque blanquiazul pareció encontrar algo de continuidad con la pelota. Lo logró a base de meter un poco más por dentro a Suso y Shashoua, con los laterales muy altos. Es verdad que la autoridad visitante en el juego no generó situaciones en el área, más allá de un disparo alto de Enzo, con todo a favor (26') , pero también es cierto que el Tenerife no disparó una vez, ni siquiera por fuera. Los lanzamientos a balón parado, todos a cargo de Suso Santana, fueron el único conducto para poner la pelota en el área visitante, aunque por arriba tampoco ganó ninguna disputa. Al equipo de Fernández le faltó autoridad en el medio, con Alberto haciendo de Aitor y Aitor haciendo de Zarfino. Es obvio que el fichaje del uruguayo va a dar un salto de calidad a esta zona esencial del juego. Luego, los enganches de Bermejo como segundo delantero son una aventura contra un bosque de piernas en el juego por zonas interiores.

Sensaciones y goles. Al descanso se marcharon los dos equipos con diferentes sensaciones. Nada más poner el pie en el terreno de juego, se acentuaron las diferencias. Benito lanzó con rosca hacia dentro una falta y la línea del Tenerife no defendió ni la pelota ni a los rematadores. Rober entró al segundo palo y cabeceó picando contra el suelo el 0-1. El Tenerife tardó en reaccionar. Ya estaba en el campo Joselu con lo que Bermejo se fue a la izquierda y el equipo jugó con dos puntas fijos.

En el 58' llegó el 0-2, todavía más evitable que el gol anterior. Benito lanzó un córner abierto a la frontal y Kirian remató picado, casi en semifallo, al palo largo y batió a Ortolá. Cabe suponer que no volverá a pasar: es inconcebible que un equipo no ocupe la línea de rechace en un córner. Cosas del estreno...

En el 60' llegó la primera ola de cambios y en el bando local surtió cierto efecto. Fernández fue rotando, Pomares desplazó a Álex Muñoz al medio y Apeh cogió el frente de ataque y apareció como referencia visible. El nigeriano siempre cunde en el juego, aparece a lo ancho, es un futbolista ideal para explotar los espacios, pero también como referencia hace daño. Solo unos minutos más tarde, cuando el equipo empezaba a sentirse más cómodo, jugando en menos metros, el choque violento, desagradable, de Maikel Mesa y Jacobo obligó a parar el partido. El extremo blanquiazul se llevó la peor parte. El Tenerife se apañó con la entrada de Fede Oliveira, que empujó hacia arriba a Shaq Moore, mucho más cómodo en la versión Baraja. Poco a poco, el equipo de casa fue apretando hacia arriba, encontrando ciertos tics del funcionamiento de la pasada temporada y con ello hizo retroceder a Las Palmas, que perdió conexiones con los enganches de la media punta. Con la entrada de Maikel, Mel colocó a Fabio como eje en sustitución del francés Enzo, que tiene buena pinta. Empujando en bloque, el Tenerife dio su primer aviso, un tiro de Pomares en el 69' que se apunta como único disparo hasta entonces, y su gol. Llegó en un centro de Moore, que fue una fuente constante de resolución de jugadas desde el costado, intentó rematar Bermejo en el área y el rechace la cayó a Pomares que, con la derecha, sacó un disparo excelente que batió al recién entrado Álex Domínguez. De hecho, el portero tocó por primera vez el balón para sacarlo de la red.

Las Palmas empezó a dar síntomas muy diferentes, los zagueros se quitaron el balón de en medio sin tratar de buscar otro tipo de salida por abajo, y el Tenerife se echó encima para intentar empatar., En el fondo, el resultado importa, y en un derbi más, aunque no trascienda. Pudo igualar Apeh, en otra conexión de banda derecha, pero el disparo del nigeriano fue desviado por el portero a córner, a 8 minutos del 90.

En el tramo final el partido decayó, perdió la vidilla que tuvo en esta segunda parte. Entraron canteranos en los dos bandos. Una acción de Rober en el área, (también el bético parece una buena elección del club amarillo), finalizó con un quiebro a Omar y acabó en penalti, que convirtió Maikel engañando a Dani Hernández, con el descuento ya avanzado. El tercer gol visitante facturado directamente a balón parado, de la misma manera que se gestaron los dos anteriores.

Fran Fernández y Cordero tienen trabajo por delante.