Alberto Armas fue la compañía con la que contó, estos días pasados, uno de sus representados, el atleta palmero Samuel García (con el que El Día publicará este domingo un entrevista), que en su propósito de lograr la mínima con la que poder participar en los 400 metros lisos de los Juegos de Tokio se marchó hasta Sudáfrica a competir. "Casi el único sitio con buenas condiciones donde era posible hacerlo", señala. La idea de ambos, "seguir entrenando" en Pretoria otros 15 días, pero los acontecimientos se precipitaron, "al cancelar la Federación de Sudáfrica" otra prueba donde pensaba tomar parte el deportista isleño. "Todo se empezó a complicar y a parecerse a España, lo que sumado al cierre de fronteras, nos hizo volver lo antes posible", relata el agente herreño.

"Este parón se lleva muy mal", admite Armas, que habla de "sensación generalizada de impotencia" en buena parte de los atletas a los que lleva. "Las prioridades son otras, pero a veces nos olvidamos que para ellos esto es un trabajo más; y su futuro depende de sus resultados. Que el Consejo Superior de Deportes dijera que correr o salir en bicicleta no son profesiones, duele y choca mucho, y hasta hace que te sientas ninguneado por cierto políticos", resalta el representante, que también advierte otro dato. "No es luchar solo un sueño o un objetivo personales, sino también llevar a lo más alto a tu propio país", apunta al respecto.

Sobre las consecuencias que podría tener este paréntesis en los deportistas, Armas explica que "se habla de atletas cuyo objetivo es ir a unos Juegos a competir contra los mejores; y ahora mismo no llegarían en las mismas condiciones que deportistas de otros países". "Hay un 53% de los deportistas que participarían en Tokio 2020 que todavía no tienen asegurada su clasificación, y el prepararse para lograrla es ahora mismo imposible", añade.

Para Armas, no habría que llegarse al extremo de "cancelar los Juegos, pero sí de posponerlos". "Lo ideal sería el trasladarlos para 2021, y me consta que el COI está trabajando en ello, pero el problema es que existen muchos acuerdos que hacen muy complicado dicho cambio", comenta el herreño, que pone como ejemplo "las casas de la villa olímpica, que ya están vendidas y cuyos compradores tienen previsto habitarlas antes de final de año". Aún así, para Alberto "sería el cambio más lógico y creo que es el que al final se acabará dando".

Es por eso que el agente bimbache exige que, "por el bien de los deportistas esa información" concerniente a los Juegos "se dé lo antes posible". "Tengo algún que otro representado que está desesperado. Porque al final son profesionales que viven de esto y hasta su familia depende de ellos. A veces en España no se le da a otros deportes el valor que realmente tienen. No se les considera como profesionales, cuando en cambio detrás hay situaciones dramáticas y con mucha presión encima", concluye.