El Mensajero apela a la épica, se repone a un 2-0 adverso y sigue invicto con Yoni Oujo

Malick presiona el esférico en un lance del duelo.

Malick presiona el esférico en un lance del duelo. / El Día

Acan

La llegada de Yoni Oujo sigue dando alegrías al Mensajero. El cuadro rojinegro encadenó su cuarta jornada sin perder al lograr una épica igualada en la Dehesa de Cobeña (2-2). Tras una primera mitad sin goles, el Ursaria dejó el partido encarrilado con los tantos de Izan y Villalón. Cuando parecía que los palmeros estaban condenados a la derrota, la escuadra del Silvestre Carrillo tiró de cara para poner las tablas, en los compases finales, con las dianas seguidas de Toboso y del bagañete Borjas Martín.

Primeros minutos de tanteo sobre el verde sintético de Cobeña, con dos equipos bien plantados en sus respectivas parcelas del terreno de juego, que no querían conceder espacios ni cometer errores que propiciaran las oportunidades del rival. A los nueve minutos, los madrileños dispusieron de su primer aviso con claridad, tras un balón en largo de Villalón, que lo aprovechó el killer Jacobo para conectar un remate, que se marchó por encima del travesaño.

Tras la reanudación, el Ursaria salió dispuesto a romper la igualada frente a un equipo dubitativo de Yoni Oujo, y se encontró con el premio del gol en el minuto 50, por mediación de Izan, quien aprovechó una dejada de Villalón, tras una falta lanzada por Malote, para superar al meta de los palmeros Jacobo.

El tanto de los madrileños supuso un mazazo para el Mensajero, que se encontró con su segundo tanto en contra, obra de Villalón, quien aprovechó un servicio de Borja para batir a Jacobo. La escuadra de Yoni Oujo nunca bajó los brazos, pero le costaba superar la muralla defensiva de un equipo madrileño, que pudo lograr el tercero con una falta de Borja Pascual, que la despejó el cancerbero de Barranco de los Dolores.

Oujo hizo debutar a Ramírez en el minuto 85, y a continuación, los palmeros tiraron de casta para obrar la remontada con dos goles en tanto solo cuatro minutos. En el minuto 88, la escuadra del Silvestre Carrillo acortó distancias. Poco después, ya en el alargue, los isleños pusieron las tablas. El milagro se había consumado.