El CD Mensajero se despide de la Copa del Rey con la cabeza alta

El equipo palmero aguanta el 0-0 ante el Espanyol hasta el minuto 36. Salvi desbloquea el triunfo catalán con un doblete antes del intermedio.

Omar Sadik en una jugada de ataque del Espanyol.

Omar Sadik en una jugada de ataque del Espanyol. / José Ayut

No hubo sorpresa en el Rosendo Hernández. El equipo de inferior categoría, el CD Mensajero, se quedó en el intento de avanzar en la Copa del Rey (0-2). Es lo que, en teoría, tenía que pasar. Los rojinegros, colistas del grupo quinto de Segunda RFEF con cinto puntos, demostraron que tienen nivel para mucho más, pero esa respuesta no fue suficiente para eliminar a un rival de LaLiga Hypermotion con cartel de conjunto de Primera, el RCD Espanyol. Lo cierto es que el duelo estuvo en el aire durante más de media hora. Hasta que entró el primer gol periquito. El dominio del conjunto de Luis García tuvo el efecto pretendido en el minuto 36, momento en el que llegó el tanto de Salvi Sánchez. Remató casi sin oposición un centro de Ramon desde la izquierda que se había envenenado tras rozar con un defensa. Con el 0-0 era todo un reto. Tras el 0-1, casi imposible.

Pero el Mensajero no se rindió. Ni mucho menos. Los palmeros tuvieron la capacidad de quedarse dentro de la eliminatoria de principio a fin, incluso a partir del gol visitante. El Espanyo había salido al terreno de Miraflores con esa idea entre ceja y ceja. Marcar. Y también no cometer errores atrás. Partido serio y sin fisuras el suyo.

En cualquier caso, la escuadra catalana no se durmió. Sabía que debía mantener la concentración para evitar sobresaltos. Y fue a por un segundo tanto que no tardó en golpear al Mensajero. Apenas dos minutos más tarde de su anterior acierto, Salvi aprovechó un mal despeje de Padilla y volvió a irrumpir para alejar más a los rojinegros del sueño de su presencia en una siguiente ronda en la que se habría enfrentado a un Primera.

En la segunda parte, con una renta de dos tantos, el Espanyol activó el piloto automático. Dejó de agobiar con su presión alta y trató de controlar los tiempos, sin excesivo desgaste, para dejar la eliminatoria tal como estaba. Era suficiente. Por su parte, el Mensajero quiso seguir disfrutando de la experiencia sin renunciar a recortar diferencias y meterle algo de emoción a la eliminatoria. Uribe contribuyó con cambios en la recta final. Entre todos lograron algo que no tiene tanto valor como el acceso a la próxima ronda, pero que sí le sirve a un equipo falto de confianza: dejaron buenas sensaciones entre el público asistente, se despidieron de la Copa con la cabeza alta. Y ahora vuelve lo verdaderamente importante, empezar a ganar en la Segunda RFEF.