La UDG Tenerife Egatesa inicia hoy su séptima temporada en la Primera femenina, una categoría que va camino de ser profesional. El estreno (11:00 hora, Barça TV) llevará al equipo preparado por Francis Díaz a la plaza más complicada de todas, el estadio Johan Cruyff, casa de un FC Barcelona que se proclamó la pasada campaña campeón nacional, con una amplia diferencia, y también de la Champions por primera vez en su historia. Las blanquiazules tendrán que esperar a la segunda jornada para reencontrarse con su público en La Palmera. Será el próximo domingo –horario sin confirmar– frente al Madrid.

Porque el campo situado en San Isidro seguirá siendo el espacio en el que competirá como anfitrión. El club tendrá toda una temporada de margen para adaptarse a las exigencias del prometido salto al ámbito profesional, como la garantía de ser local en un estadio con césped natural, perímetro cerrado, aforo para un determinado número de espectadores... Entretanto, jugará alguna vez en el Rodríguez López a lo largo de la 2021/2022.

Precisamente, la evolución de la Primera Femenina y la coincidencia de cada vez más participantes vinculados a clubes de LaLiga –los únicos independientes que quedan son Sporting de Huelva, la UDG Tenerife y el Madrid CFF– le da todavía más valor a la conquista del objetivo de la permanencia.

Por ahí empezarán las tinerfeñas, aunque ya han demostrado que no se conforman con poco. El curso pasado fueron sextas, en las temporadas 17/18 y 18/19 quedaron cuartas... Siendo todavía un club joven, se ha ganado el derecho de ser considerado como uno de los que ya están consolidados. Y no es nada fácil, dada la exigencia creciente de una competición que ofrece alicientes por sí misma. En ello contribuye una UDG Tenerife que mantiene la esencia de los primeros años, con jugadoras como María José, Silvia Doblado, Ana González, Pisco, Estella, Natalia Ramos, Patri Gavira, Pili o Martín-Prieto, y que se abre cada vez más a una emergente cantera. Paola, Ainhoa, Aithiara o Sara son algunos de los ejemplos.

Una base que se completa con ocho fichajes. La palmera de corazón lanzaroteño Sandra Hernández parecía destinada a ser blanquiazul. Goad, Jassina Blom y Roosa Ariyo son las apuestas extranjeras. Cristina Cubedo e Isa Álvarez combinan juventud y recorrido en la competición, lo mismo que Falknor, aunque con algo más de experiencia. También está María Ortiz, presente y futuro con ficha en el filial. Combinación prometedora para seguir haciendo historia.