Más de 150 instrumentos toman la sala en el concierto de este viernes de la Sinfónica de Tenerife

Más de 150 instrumentos de percusión repartidos entre los espectadores que acudan, este viernes día 5 de abril, al concierto de la Sinfónica de Tenerife en el Auditorio. Este es el impresionante panorama al que se enfrentarán los amantes de la música en el estreno de la pieza compuesta por el tinerfeño Gustavo Trujillo: Tangaraste.

«Va a ser impactante, impresionante», adelantó el maestro Jaume Santonja, que se pondrá de nuevo al frente de la formación dependiente del Cabildo de Tenerife. Se da la circunstancia, además, de que también procede del mundo de la percusión. «Imagino que han contado con mi presencia por mi pasado como percusionista, lo que hace que pueda entender todo lo que está sucediendo con los solistas de una manera un poco más personal precisamente porque ha sido el instrumento con el que me he formado como músico».

Trujillo compuso Tangaraste, nombre que procede de la fusión entre el tanganillo y el tajaraste, como un homenaje a sus orígenes como músico y pensando también en los percusionistas de la Sinfónica: Paco Díaz, Emilio Díaz, Charli Llácer y Juan Antonio Miñana. «Una cosa muy bonita del estreno, y que lo relaciona con el resto del programa, es que la primera obra ya se juega con el espacio y con el movimiento. Los percusionistas tendrán que moverse por la sala, entre el público. Eso luego va a replicarse en la segunda parte con otras de las obras que van a jugar mucho con el Auditorio y con el patio de butacas. Tendremos sonido panorámico, como en el cine», celebró Santonja.

Es necesario recordar que el origen de este recital, además del estreno de Tangaraste, es que fuera el propio Trujillo el que diseñara el programa al completo. Para ello, contó con la ayuda del director. «La idea era que Gustavo Trujillo fuera el curador de una exposición sonora en la que él pudiera explotar la orquesta con un programa interesante para el oyente y que a la vez jugara con las influencias personales del mundo sinfónico actual a todos los niveles, también a nivel estético y geográfico».

La segunda parte del concierto arrancará con Cantus in Memory Benjamin Britten, de Arvo Pärt, un tema compuesto en 1977 en tributo al compositor británico. Escrita para cuerdas y campana, es un ejemplo de tintinnabuli, un estilo que hace referencia a las vibraciones armónicas producidas por una combinación específica de ciertas notas de la escala, tal y como explicaron desde la Sinfónica. A continuación, será precisamente una obra de Britten, Peter Grimes: Cuatro interludios marinos, op. 33a, la que suene en la Sala Sinfónica.

La siguiente pieza en sonar es uno de los más recientes descubrimientos de Trujillo, que –siguiendo el consejo de Santonja– ha decidido programar This Midnight hour, un trabajo de la compositora británica Anna Clyne. «Es uno de los grandes nombres internacionales, está actuando como artista residente en las orquestas más famosas del mundo. Ha encontrado un lenguaje muy propio con música muy original y mucho gancho. Muchas veces, las piezas extremadamente intelectuales acaban por no conectar y creo que Anna Clyne ha encontrado el equilibrio entre ser moderna, influyente y captar la atención del oyente», explicó el director.

El programa se completa con Huapango, de José Pablo Moncayo compuesto en 1941 y que «tiene mucha conexión con el tercer movimiento de la obra de Trujillo y con toda su obra en general porque explota los ritmos de danza y la percusión y donde convierte la identidad propia casi en un himno nacional».

Santonja, que ha dirigido a la Sinfónica en varias ocasiones, agradeció volver a la Isla para trabajar con una orquesta «muy profesional y con un gran nivel».