Arte

El Premio Canarias Gonzalo González llega a la Galería Bibli con 'Un día de lluvia'

El artista tinerfeño expone sus últimas piezas de dibujo hasta el 31 de mayo en la sala de arte santacrucera

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Un dibujo directo, inmediato, con el que es imposible mentir, la conexión más rápida entre el cerebro y el papel. Esa es parte de la propuesta con la que Gonzalo González (Tenerife, 1950) llega a la Galería Bibli de Santa Cruz de Tenerife, tan solo unas semanas después de que se diera a conocer que este año recibirá el Premio Canarias de Bellas Artes 2024. Un día de lluvia es el nombre de esta propuesta, «sumamente reflexiva» dada la delicadeza del material elegido para esta propuesta, papel japonés, y que se podrá visitar hasta el próximo 31 de mayo.

Una propuesta íntima, en la que el blanco y negro es el protagonista para «no distraer la mirada del espectador». Influenciado por sus lecturas diarias, Gonzalo González titula esta muestra como uno de los versos de un poema de El iris salvaje, de Louise Glück. Así, se trata de una exposición con obras en las que el artista ha venido trabajando a lo largo de los últimos años. Como él mismo explica, «nunca preparo obras expresamente para exponer, sino que, cuando me invitan a organizar algo, elegimos entre lo que he venido trabajando». Y así ha sido también esta vez.

A pesar de que muestra nuevas líneas y sutilezas propias, el reciente Premio Canarias explica que esta idea encuentra su antesala en un anterior que realizó hace unos años junto a Pilar Cotter para el lagunero Espacio Bronzo. Además, añade que tras tanto tiempo dedicado al mundo de la creación, «es inevitable que exista una misma línea que siempre exploro con cada nueva obra, es algo que tira, siempre se trata de la misma inspiración y las mismas cuestiones». No obstante, para no aburrirse y para no aburrir a su público, «trato de encontrar nuevas maneras», a través de nuevos soportes aunque, concluye, «al final todas estas obras son como mis hijos y, más o menos, se parecen a mí».

En concreto, estas piezas se han creado a lo largo de los últimos años, un periodo de tiempo muy convulso que también se ve reflejado en la producción artística del tinerfeño. González la define como «una obra muy reflexiva» que funciona como «respuesta» a la presión vivida por la sociedad. «Como no podíamos viajar hacia fuera, no me quedó otro remedio que viajar hacia dentro para evadirme de la presión y este es el resultado», resume el artista quien ha unido pintura y dibujo en esta propuesta.

«Una ejecución de alto riesgo». Así define Gonzalo González esta colección y explica que esta forma de trabajar «no da lugar a errores» porque ha empleado el papel japonés, lo que le obliga a ser muy meticuloso con su trabajo porque «si te equivocas, lo rompes y vuelves a hacer otro. Es un juego muy interesante», reconoce el artista quien lo compara con el trabajo de un funambulista, dada la precisión que hay que lograr. Es precisamente esa faceta más reflexiva de su trabajo la que ha sabido ir desarrollando con el paso de los años gracias a las largas horas que dedica a esta ocupación.

Gonzalo González reconoce ser un «hombre afortunado» al haberse podido dedicar al arte, a pesar de que precisamente eso le genera muchas dudas y aún hoy le sigue dando curiosidad qué opina el público sobre su trabajo. Para afrontar todos esos interrogantes, González emplea las más variadas formas de expresión, como la pintura, el dibujo o la escultura. «Para mí son como diferentes idiomas. Si fuera escritor sabría si una historia se puede resolver mejor con un poema o con una novela y, dado que yo pienso en imágenes, lo traduzco en dibujos, pinturas y, otras veces, en esculturas». En este sentido, explica que en la muestra que se puede visitar estos días en Bibli se incluyen varias esculturas que, si bien no están relacionadas formalmente con los papeles que están colgados en las paredes, sí tienen un hilo conceptual.