Santa Cruz, un poco más abierta al mar

Los Charcos de Valleseco, obra de la arquitecta Elsa Guerra y su equipo, se incorporan como uno de los grandes espacios libres públicos de la ciudad

Los Charcos de Valleseco, obra de la arquitecta Elsa Guerra y su equipo, se incorporan como uno de los grandes espacios libres públicos de la ciudad

Los Charcos de Valleseco, obra de la arquitecta Elsa Guerra y su equipo, se incorporan como uno de los grandes espacios libres públicos de la ciudad / El Día

No puedo empezar este artículo sin antes agradecer la constancia. Felicidades Elsa Guerra. Sí, ya sé que esto ha sido un trabajo en equipo, que primero contigo estuvo Joaquín Casariego y que, finalmente, trabajó codo con codo en este proyecto Noemí Tejera.

Pero tú, Ella, arquitecta, mujer canaria, canariona en Tenerife, has sido quien literalmente lo ha aguantado todo y quien ha estado siempre, desde el principio hasta el final. Así que gracias y enhorabuena.

Y es que en Santa Cruz desde el día 10 de marzo por fin tenemos un motivo de felicidad, porque llegar hasta el mar en Santa Cruz es una de las cosas que a todo chicharrero hace muy feliz. Tenemos un lugar donde no hay que comprar una acción ni saltar por puentes prohibidos y peligrosos donde disfrutar del mar, y ese lugar está en la nueva playa y charcos de Valleseco, al lado de los dos clubs marítimos privados de la ciudad.

Por lo que me han contado las discusiones entre el Ayuntamiento de Santa Cruz, el Puerto y Costas han sido muchas y han durado muchos años, pero bien está lo que bien acaba, y ojalá sirva de ejemplo a los clubs privados para renovar su manera de llegar al mar y a las instituciones públicas para continuar todo lo planificado hasta el Auditorio.

En palabras de las autoras intelectuales de la Playa de Charcos de Valleseco de Santa Cruz de Tenerife, este pedazo de espacio abierto al mar que nos han abierto con la necesaria creatividad que fueron capaces de alcanzar, es «definida a partir de la propuesta Sol y Sombra, ganadora del concurso público convocado al efecto, que incluye asimismo la Playa de Arena de Valleseco, cuyo Proyecto Básico obtuvo Declaración de Impacto Ambiental favorable en 2012». De nuevo vemos que por estas Islas las cosas en arquitectura van lentas y nunca es por culpa de los arquitectos. O casi nunca

Las arquitectas nos cuentan que «por motivos administrativos se planteó la ejecución de las dos zonas separadamente, a partir de su definición en la Modificación del Plan Especial del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, Litoral de Valleseco, con aprobación definitiva en abril de 2019».

«Su definición y diseño resultan de la idea de ‘rasa costera’, tan común en las costas canarias, donde el esparcimiento combina el baño en el mar con la estancia en zonas intermareales. De ahí su conformación pétrea, y las múltiples formas que se plantean para la línea de contacto con el mar».

Los Charcos de Valleseco se incorporan como uno de los grandes espacios libres públicos de Santa Cruz de Tenerife, además de constituir un ámbito litoral de apertura al mar de la ciudad para el ocio y disfrute ciudadano. La longitud de contacto con el mar alcanza los 340 metros, sin contar con el Espigón Sur y el frente del CIDEMAT a ambos lados, cuya urbanización y edificación se abordará próximamente».

Esperemos que el Ayuntamiento sepa que hay un artículo en la Ley de Contratos del Sector Público de 2017, el 168.2 que permite contratar directamente a las autoras porque son sus autoras intelectuales y ya pasaron por un proceso de concurrencia pública, y esperemos que por favor no recurran a la tan nefasta relación actual que las administraciones públicas están teniendo con medios terceros como Tragsa, Gesplan o Gestur, que generan intrusismo en la arquitectura en lugar de ser entidades públicas que impulsen la arquitectura de gran calidad, como debe ser toda infraestructura litoral pública, y más en una isla, y más si pensamos en los desastres que están por venir a causa del cambio climático.

Me encantan las pasarelas de acceso, las plazas, los paseos sin barandilla (lo adoro), las terrazas, las escaleras para ver moverse las olas, los soláriums, las áreas ajardinadas y arboladas que crecerán y serán un bonito parque público junto al mar... y me encanta el olor del mar.

Dulce Xerach Pérez. abogada y doctora en arquitectura