Teatro | Ana Zamora Premio Nacional de Teatro 2023, directora de la compañía Nao D'Amores

Ana Zamora: «Si a estas alturas no podemos hacer el teatro que queremos, estamos cavando nuestra tumba»

«En el teatro primitivo no se puede entender la acción dramática sin la música»

Ana Zamora.

Ana Zamora. / El Día

Almudena Cruz

Almudena Cruz

Galardonada hace solo unos días con el Premio Nacional de Teatro, Ana Zamora llega este jueves día 28 a Tenerife para ofrecer en Garachico, dentro del Festival Hipócritas, ‘Misterio del Cristo de los Gascones’.

Viene a Tenerife con su compañía y con el Misterio del Cristo de los Gascones. Es la primera vez que se va a poder ver en Canarias. En el Archipiélago siempre nos vemos privados de ver muchos buenos montajes.

Pues fíjate que hay que tener un espectáculo desde 2007 en repertorio para que pueda ir a Canarias. Ahora ya por fin podemos hacerlo. No sé, hay cosas que a veces se atascan. Canarias está lejos y es complicado. Hemos estado con otro espectáculo hace poco en Tenerife. Este verano fuimos con el Retablillo de Don Cristóbal pero el Cristo se ha resistido. Es un espectáculo que ha viajado por todos lados, también por Latinoamérica, pero no a Tenerife. Además, es una obra que nos encanta hacer porque es un éxito seguro. Bueno, yo creo que no hay que pensar tanto en por qué no sino en decir: ¡bravo, allá vamos!

Una de las cosas más interesantes del trabajo que realiza Nao D’amores es la investigación previa, que se lleva buena parte del tiempo de la compañía. Son indagaciones muy profundas las que son necesarias para montar estos trabajos.

Claro, es mucho trabajo pero es apasionante. Permitirte relacionarte con las fuentes originales es muy interesante. Además, lo que nosotros hemos hecho en los últimos años ha sido no centrarnos solamente en el mundo del estudio del texto, que es lo que se hace tradicionalmente en el ámbito de la Filología, sino trabajar con otro tipo de colaboradores. Por ejemplo, con historiadores del arte. Hemos abierto un poco los puntos de referencia para poder hacer una investigación más multidisciplinar. No podemos olvidarnos de que el teatro es un arte que es una suma de diversas artes. En ese sentido, cuantos más referentes tengas y más conozcas el material de partida, más posibilidad de vuelo posterior tienes y más maneras de contar este material que viene del pasado pero que de alguna manera tiene que servir para hablar del presente.

¿A qué fuentes tiene que acudir normalmente la compañía? Es una suerte de aventura esta en la que se meten...

Absolutamente. En este caso del Cristo, por ejemplo, hay que trabajar sobre la literatura de la época que pudo acompañar el primer teatro clásico, este paso entre el rito y el teatro. Hay que trabajar con especialistas en liturgia, con especialistas en música y un poco en todos los aspectos. Incluso en la historia de la puesta en escena.Es todo una locura y un disfrute de trabajar en equipo que es lo que es el teatro, claro.

Menciona la música, que creo que también tiene un papel protagonista.

Importantísimo. La música para nosotros es siempre un elemento imprescindible en nuestra manera de hacer teatro. Pero es que en el teatro primitivo no se puede entender la acción dramática sin la música. Ese mundo apasionante que tiene que ver con el verso, con la rítmica del verso y con la técnica musical, es un elemento imprescindible para entender lo que eran este tipo de manifestaciones teatrales.

¿Se encuentran con muchos problemas cuando se presentan con este tipo de propuestas en los teatros?

A ver, te voy a ser sincera ahora que no nos oye nadie (risas). Hay dificultades para que los programadores se arriesguen, y eso pasa muchas veces. Nosotros, como te decía, sabemos que esto es éxito seguro. Llegamos a un teatro y esto le llega directamente al alma del público. Estamos trabajando, más allá de las creencias de cada uno, es teatro sacro y es algo por encima de las propias creencias religiosas. Toca la parte más ancestral de nuestra cultura.

¿Qué hemos hecho para llegar al siglo XXI y que todavía hayan cosas magníficas como estas por recuperar y promocionar?

Pues es lo que pasa, que tenemos un patrimonio tan impresionante en este país que hay que lanzar. Sobre todo, nosotros hemos hecho una labor importantísima de recuperación del pre-barroco pero hay muchísimos espacios que quedan todavía por rescatar. Por ejemplo, el XVIII. No se hace teatro del siglo XVIII. Es tan bestia nuestro gran teatro del Siglo de Oro –el XVII– que termina eclipsando un montón de cosas que son imprescindibles para que entendamos cuál es nuestra cultura, al fin y al cabo.

Cualquier otra potencia cultural hubiera destinado todos los recursos necesarios, públicos y privados, a recuperar y promover ese gigantesco legado patrimonial. 

Absolutamente. Bueno, aquí se han hecho cosas importantes que nos han hecho, de alguna manera, engancharnos a Europa. Por ejemplo, la fundación nacional de Teatro Clásico en los ochenta es un hito. Menos mal que se creó eso. Como digo, el patrimonio es ingente y el hecho de que haya tantos festivales de teatro clásico ha hecho que mucha gente pueda haberse arremangado y se haya metido con esto. Pero queda mucho recorrido por hacer.

Bueno, al menos a usted le han reconocido el esfuerzo y el enorme trabajo realizado con el Premio Nacional de Teatro, concedido apenas hace unos días.

Este premio nuestro es importante, claro. De alguna manera reconoce la labor de recuperación del patrimonio desde una compañía que aunque ha tenido mucho apoyo público a lo largo de estos 20 años no deja de ser una compañía privada.

Una deriva peligrosa que se está dando en España últimanente es la costumbre que ciertos sectores políticos están adquiriendo de censurar determinados espectáculos teatrales.

Sí pero creo que por eso hay que mantenerse con los ojos abiertos y ser serios. Quiero decir, ser serios cuando hay un ejercicio de censura política, por supuesto, y no permitirlo. Eso está en las manos de los que hacemos teatro pero también hay que ser serios y saber diferenciar cuándo estamos hablando de censura y cuándo no.Sobre todo hay una cosa que a mí me da mucho más miedo todavía. Con esto, al fin y al cabo, se sale a la calle y a las barricadas. Temo más la autocensura a la que nos sometemos muchas veces los artistas teatrales. Y eso es lo que no se puede consentir. Si autocoartamos nuestra propia libertad... Y eso se está viendo, lamentablemente. Yo acabo de hacer un espectáculo sobre textos de Federico García Lorca, el Retablillo de Don Cristóbal, y ha sido muy difícil venderlo. ¿Por qué? Pues porque no es políticamente correcto, porque de repente ahora hay textos que no se permiten hacer. Estamos todos muy sensibles. ¿Qué es teatro infantil? ¿Qué es teatro popular? El teatro popular es teatro para todos los públicos y lo menos políticamente correcto que hay en el universo. Hay cachiporrazos, hay barbaridades, hay chistes verdes y si a estas alturas no podemos hacer el teatro que queremos, cuando además viene desde la propia comedia del arte, –del siglo XVI y XVII– somos nosotros los que estamos cavando nuestra propia tumba más allá de la que nos están cavando algunos políticos que intentan controlar lo que se hace.

¿Cuáles son los siguientes proyectos de Nao D’amores?

Estamos hasta arriba preparando un espectáculo nuevo, ajustando cosas, para una coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Es un Calderón de la Barca, se llama El castillo de Lindabridis. Empezamos a ensayar en diciembre porque estrenamos a finales de enero en la sede de la Nacional en Madrid, en el Teatro de la Comedia.