El Tanque y ‘Monumento a la Oscuridad’ rescatan la memoria de los represaliados

Miguel G. Morales y Eugenio Merino intervienen el espacio chicharrero hasta el 10 de septiembre y ponen cara a 170 víctimas de la dictadura franquista en Canarias

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Durante su cautiverio en la prisión de Fyffes, el poeta Domingo López Torres escribió Lo imprevisto, un poemario caligrafiado e ilustrado por su amigo y compañero de encierro Luis Ortíz Rosales, y que se ha convertido en una obra decisiva en la producción del tinerfeño. El manuscrito de estas líneas se puede contemplar hasta el próximo 10 de septiembre en el Espacio Cultural El Tanque de Santa Cruz de Tenerife, donde Eugenio Merino y Miguel G. Morales dan forma a un auténtico monumento a la memoria de las personas asesinadas o hechas desaparecer durante la represión franquista en Canarias.

Esta instalación, comisariada por Adonay Bermúdez, se irá desarrollando a lo largo de las próximas semanas irá desarrollándose con la colocación de los rostros de la represión en una de las paredes de este tanque de queroseno. La obra se activó el jueves 29 de junio con la participación de los familiares de 25 de las víctimas, quienes fueron los encargados de colgar los rostros de los fallecidos o desaparecidos para que al fin ocupen el lugar que se merecen. La propuesta se completó con la proyección de la videoinstalación Monumento a la Oscuridad, una grabación realizada por Merino y Morales en agosto de 2022 en el lugar en el que, en febrero de 1937, Domingo López Torres fue asesinado al ser arrojado al mar, en aguas próximas a la costa santacrucera, enfundado en un saco con peso.

Los artistas que han desarrollado esta propuesta se proponen la labor de resignificar el tanque, un lugar que fue foco de la lucha obrera y el movimiento sindical desde los años veinte del pasado siglo. Se trata, pues, de un escenario elegido por su simbolismo, ya que formó parte del recinto de la Refinería, «cuyo petróleo fue enviado a la Península como energía de la maquinaria militar fascista, y con la complicidad entre altos funcionarios y empresarios involucrados en la conspiración del Golpe de Estado de 1936», cuentan los creadores.

Esta instalación se convierte de este modo en el único memorial en recuerdo a las personas asesinadas mediante el método del ahogamiento forzoso, el fusilamiento o hechas desaparecer en simas, pozos, barrancos o tubos volcánicos durante el Golpe de Estado y la represión en el Archipiélago. En este sentido, el viceconsejero de Cultura y Patrimonio Cultural en funciones, Juan Márquez, aseguró antes de la inauguración que «un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro» y por eso animó a la ciudadanía a que visite esta propuesta. «Si no conocemos y reconocemos nuestra historia, difícilmente evitaremos que se vuelva a repetir», reflexionó Márquez, quien recordó que estos dramáticos acontecimientos «están más cerca de lo que pensamos», y alertó que, en la actualidad, «parece que se cuestionan este tipo de iniciativas y el compromiso con la memoria histórica, que es algo fundamental».

«Como sociedad, debemos cerrar filas en torno a algo tan sencillo y frágil como es la verdad», sentenció el viceconsejero en funciones quien añadió que «debe saberse la verdad y no se puede negar lo evidente porque de lo contrario entraríamos en el terreno del bulo y la manipulación, que siempre tiene intereses oscuros, como oscura es esta parte de la historia». «Es fundamental que, en democracia, hagamos política desde la memoria histórica», concluyó Juan Márquez. A pesar de que se trata de una parte de la historia fundamental en la historia de España, Juan Márquez advirtió que «hay generaciones enteras que desconocen las historias de sus propias familias y por eso hay que animarlos a reflexionar sobre lo ocurrido, y este monumento es una oportunidad para ello», dijo.

El monumento

El Monumento a la Oscuridad de Merino y Morales surgió para la Bienal de Artes de Lanzarote, que se celebró en septiembre del año pasado. Sin embargo, los creadores tenían claro que iban a tratar de llevar esta iniciativa a Santa Cruz de Tenerife, «la ciudad por excelencia de los vestigios franquistas en España, la anomalía de la memoria histórica», así como al Espacio Cultural El Tanque.

En Canarias existen más de 500 desaparecidos documentados y esta pareja de creadores ha logrado hacerse con la imagen de unos 170 que irán colgando a lo largo de estos meses con motivo de esta instalación. Se trata, pues, de un monumento vivo que celebrará una emotiva cita el próximo 2 de septiembre, cuando tenga lugar un concierto a cargo del músico José A. Fajardo, a quien se le ha propuesto la adaptación musical de algunos de los poemas de Domingo López Torres.

Miguel G. Morales y Eugenio Merino han querido poner el foco en dos personas imprescindibles sin las que no hubiera sido posible este proyecto: Ricardo García Luis y Pino Sosa, quien precisamente acudió a la inauguración para pegar el cartel con la fotografía de su padre, José Sosa Deniz, que ella misma se aseguró de encontrar tras una lucha de años por la reparación y la justicia democrática. «Es un emblema de la memoria histórica, y ha demostrado que, desde el activismo social, se puede lograr el dinero necesario para rescatar a las víctimas», relatan los artistas. En cuanto a Ricardo García Luis, destacan que este investigador es pionero en el ámbito de la memoria histórica en Canarias puesto que desde finales de la década de 1970 realiza importantes labores, sobre todo en las islas de Tenerife y La Gomera. Precisamente García Luis ha ayudado a sacar adelante el Monumento a la Oscuridad puesto que aportó datos para dar con la geolicalización de donde Domingo López Torres fue asesinado.

Así, los testimonios de estas dos personas y de muchas otras que sufrieron la represión franquista en Canarias acompañan a una pequeña exposición documental que se puede visitar en la entrada del Espacio Cultural El Tanque y que funciona como preludio del homenaje a las víctimas. Los asistentes tendrán la oportunidad de caminar sobre la famosa fotografía de Francisco Franco y sus aliados tomada en Las Raíces días antes de que produjera el Golpe de Estado para acceder a continuación a la sala central del tanque, donde se muestra una proyección con el hundimiento de la placa conmemorativa de bronces que Merino y Morales arrojaron a las aguas de Santa Cruz de Tenerife en el lugar donde fue asesinado Domingo López Torres junto a otras 12 personas, por el método del ahogamiento forzoso. «Por la paz y la libertad, nunca más fascismo, los muertos nos los recuerdan», rezan los creadores de esta propuesta.