Lola Flores en la biblioteca: una exposición de la Biblioteca Nacional recorre su vida y legado

La inmortal Lola Flores lo hizo prácticamente todo en su dilatada trayectoria artística como bailaora y cantaora (1923-1995). Desde cantar encima de una mesa de la taberna de su padre cuando era una niña en Jerez hasta películas que rompían las taquillas junto a su pareja artística durante la postguerra, Manolo Caracol. Jugó un partido de fútbol que enfrentó a folklóricas y finolis en los años del No-Do, anuncios de marcas de pinturas e incluso una publicidad con la voz de su hija Lolita después de muerta.

Hace unos meses se inauguraba en Jerez de la Frontera (Cádiz), su localidad natal, su museo, un centro de interpretación de 300 metros cuadrados y dos plantas ubicado en la Nave del Aceite de la ciudad e inaugurado esta misma primavera. Y después del verano, en septiembre, Lola Flores también estará en la biblioteca. Concretamente, en la Biblioteca Nacional (BNE). El centro documental ha presentado una exposición, comisariada por Alberto Romero Ferrer, catedrático de Filología de la Universidad de Cádiz y uno de los investigadores que más ha trabajado sobre la trayectoria y figura de la Faraona, y María Jesús López Lorenzo, jefa de Servicio de Registros sonoros del Departamento de Música y Audiovisuales de la BNE.

La exposición de la Biblioteca Nacional, que pretende ofrecer un "recorrido novedoso sobre la trayectoria de esta singular flamenca", de acuerdo a la nota de la propia entidad, repasará las diferentes etapas artísticas que vivió Lola Flores "que corren paralelas a la propia historia contemporánea de España y que queda reflejada en los documentos de la institución (grabaciones sonoras, videograbaciones, partituras, fotografías, revistas, libros…)".

La trayectoria de Lola Flores en cinco etapas

La muestra contará con cinco secciones. La primera estará dedicada a los raíces de esta artista singular: desde su nacimiento hasta la Guerra Civil, un periodo que para el flamenco se conoce como la Edad de Plata porque este arte vivió un fuerte apogeo, gracias, principalmente, al interés de artistas e intelectuales como el poeta Federico García Lorca, la Argentina, la Argentinita o Pastora Imperio.

La segunda, que coronológicamente ocupará la posguerra, se centra en la pareja artística que formó con Manolo Caracol y el gran éxito que ambos vivieron sobre los escenarios. Un periodo que arrancó en 1943 gracias a que Flores logró conseguir una gran suma económica con la que impulsó la creación del espectáculo Zambra 1944, fue un éxito tal que llenó los teatros durante ocho años ininterrumpidos (le fueron cambiando el año en el título) al mismo tiempo que surgía el romance entre los dos protagonistas, una relación salvaje que se mantendría hasta que en 1951 ella decidía romper y empezar una nueva etapa convirtiéndose en la estrella que sería a partir de entonces.

Tras esta etapa, la exposición cuenta su entronización como estrella internacional de cine, que arranca cuando en 1951 aprovecha una oportunidad profesional para provocar la ruptura definitiva con Manolo Caracol: el empresario Cesáreo González le ofrece un contrato por dos años en exclusiva por seis millones de pesetas para actuar y grabar cine en América. "España quiere empezar a olvidar las grises calamidades de los 40. Son los años de la Faraona", recoge la nota de la BNE.

Luego, el posfranquismo con la Transición y la democracia, del 75 al 94, una etapa en la que se vio obligada a reinventarse en un momento en el que España pretendía entrar en la modernidad y olvidar todo lo que se acercase al folklore, manoseado hasta la saciedad por la dictadura. Sin embargo, la inteligencia de esta artista singular la hará convertirse de nuevo en icono y ser reivindicada y reclamada en diferentes espacios.

Por último, "se propone una reflexión abierta a las nuevas generaciones sobre su significado, su legado y su impronta como una de las voces más rotundas, también más disparatadas y contradictorias, de la España del siglo XX".

Toda la exposición se está preparando con fondos documentales de la BNE en la que, además de los materiales documentales sobre la propia artista se ofrecerá, "en clave de memoria sentimental", con las voces y opiniones de otros artistas contemporáneos a las etapas que abarca la muestra: Lorca, los Álvarez Quintero, los Machado, Sánchez Mejías, Martín Gaite, Vázquez Montalbán, Caballero Bonald, Umbral, Terenci Moix, Martín Gaite, Tico Medina, Villena, Antonio Burgos, Carlos Herrera o las más contemporáneas de Cristina Cruces, Israel del Santo, María Peláe, Alaska y Mario, Alejandro Sanz, Miguel Poveda, Estrella Morente o sus nietas, las también artistas Elena Furiase y Alba Flores.