Arte

El hilo conductor madre e hijo

María Luisa Hodgson y su hijo Álvaro Gómez Hodgson protagonizan la nueva muestra del Museo de Bellas Artes, ‘H2O’

Varias piezas de la expoisción 'H2O'

Varias piezas de la expoisción 'H2O' / Andrés Gutiérrez

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

El Museo Municipal de Bellas Artes acoge hasta el próximo 22 de enero la exposición ‘H2O’, de María Luisa Hodgson y su hijo Álvaro Gómez Hodgson. La muestra, compuesta por más de 40 de obras, es un proyecto conjunto en el que su visión del arte surge y termina en el agua, el indiscutible protagonista.

Cuando Álvaro Gómez Hodgson era pequeño, viajaba con su familia a la Península para pasar allí la Navidad. En el interior de España se reunía con su familia, con abuelos que en su larga vida no habían visto jamás el mar. Una tarde, mientras su madre María Luisa Hodgson pintaba, uno de los señores del pueblo los visitó y comentó que precisamente nunca habían visto el océano. Ni corto ni perezoso, el niño cogió un lienzo y le pintó el mar a los mayores, que pudieron descubrirlo gracias a los ojos del precoz artista. Esta es tan solo una de las anécdotas que esconde H2O, la exposición que madre e hijo acaban de inaugurar en el Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife. La muestra, compuesta por más de 40 obras, podrá visitarse hasta el próximo 22 de enero.

«Sin mis emociones no podría pintar», declara la doctora en Bellas Artes y profesora de la Universidad de La Laguna (ULL) María Luisa Hodgson, quien añade que la motivación de esta muestra está implícita en el agua como forma de vida. Se trata de la primera exposición conjunta de madre e hijo, en la que el visitante puede realizar un viaje por la historia de esta pareja, desde la época universitaria de la artista hasta el nacimiento del joven, y su incipiente carrera. El agua es un canal por el que viajan las obras de ambos creadores. Mientras que las piezas de María Luisa Hodgson reflejan el trabajo de toda una vida, las que ha elegido su hijo para esta muestra son un reflejo de sus últimas acciones. «Son encargos que me han gustado mucho y otras obras que reflejan escenas cotidianas de mi vida», explica. Así, el visitante puede asomarse a reuniones con amigos que terminan en sesiones de tatuaje o una caminata por el monte: «Son cosas que han ido surgiendo sin preverlo pero que poco a poco van enfocando mi mirada como artista, de un modo muy figurativo».

«Una antología del tiempo». Así define María Luisa Hodgson esta muestra que hace un recorrido por el estado embrionario y casi de gestación a través del tiempo y vida de ambos autores, y que es un reflejo fiel de la aventura de exponer conjuntamente, con el agua como protagonista. Esta es una excusa perfecta, además, para realizar un viaje por todas las etapas vitales de la profesora universitaria y de esos momentos en los que ha tenido que enfrentarse a las trabas existentes por ser mujer. Y eso se ve reflejado en algunos de sus cuadros, en dibujos en los que se contemplan mensajes como Tú no estás en el escaparate, que trasladan al visitante a aquella época en la que a la joven artista no se la consideraba suficientemente profesional por el hecho de ser mujer.

Pedro González

Ella destaca también la importancia de presentar esta muestra en la Sala Pedro González del Museo de Bellas Artes capitalino puesto que le tiene especial cariño a esta destacada figura de la pintura tinerfeña. Así, recuerda que González era decano de la Facultad de Bellas Artes cuando ella comenzó a estudiar allí y precisamente gracias al artista lagunero los estudios de Bellas Artes pasaran a formar parte de los estudios de la ULL, formando ella parte de aquella primera promoción. «Por todo eso me ha hecho especial ilusión exponer en esta sala en concreto».

Las pinturas de gran formato realizadas en óleo, junto a los dibujos de mediano y pequeño formato se completan con pedacitos de la vida de los dos autores que se pueden descubrir en tres vitrinas tan personales que una de ellas fue antes la cuna en la que María Luisa crió a sus dos hijos. Recuerdos de amigos de profesión, como paletas de acuarelas o pinturas regaladas, son algunos de los objetos que muestran por primera vez y que tienen mucho que ver con las emociones de los creadores, algo indispensable para su creación artística. En el caso de Álvaro, en su vitrina muestra algunos de los dibujos que realiza cuando está aburrido. Son bocetos a los que da forma cuando está viendo la televisión, por ejemplo, o algunas de las ideas que diseñó cuando se compró una máquina para tatuar, así como sus cuadernos de viaje y retratos de amigos.

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