Ha nacido un director artístico: Daniel Pages

El recinto ferial acogió una gala de elección de la reina infantil que supone el estreno con nota de Daniel Pages como director artístico. Paradojas de Carnaval, el año pasado era él quien recogía el cetro con la fantasía que lució Ione Díaz y un año después se pone al frente del espectáculo en el que se eligió a su sucesora, Sofía Rodríguez, que lució la fantasía que realizó Alexis Santana, precisamente quien releva al propio Pages como creador de los patrocinadores McDonald’s y EL DÍA-La Opinión de Tenerife.

Al término del espectáculo, la pregunta era inevitable tras el cambio en la torre de control después de ocho años con Enrique Camacho al frente.

Daniel Pages puede presumir de haber cuadrado el desfile de trece aspirantes y la proclamación de la reina en dos horas y veinte minutos, y encima, dándole coherencia.

La gala infantil de la pasada edición fue un festival coreográfico, por el abuso de grupos de esta modalidad; en esta edición, Pages puso cordura. La televisión es el motivo de esta edición y a ella lo dedicó en una dulce transición desde una obertura en forma de cuento infantil, en el que recreó las series más populares de la generación de los padres de las candidatas, para pasar de ese guiño a los dibujos animados, a la conversión de un Hormiguero infantil, donde Rafa y Garrafa fueron la versión carnavalera de Trancas y Barrancas. 

La clave del éxito de Pages pivota en tres claves: el control del crono -la especialidad de su antecesor, Enrique Camacho- y el trabajo en equipo tanto con el escenógrafo, Nareme Melián, quien se volcó en su faceta como ilustrador y con sus compañeros de equipo ideó tantos fondos de cielos y globos como demandó Pages. A eso se suma también la coordinación de la dirección artística con la televisión, para cosechar el éxito de la retransmisión, con un guión a la carta de Televisión Canaria.

La gala tuvo dos velocidades. La primera, hasta que culminó el desfile de aspirantes y llegó el bloque de grupos coreográficos. Fue una hora que Pagés llevó en volandas al públicos; a partir de ahí, se tropezó con el número conjunto de coreográficos que se hizo eterno y que paró el ágil devenir, a lo que se sumó la doble ración de murgas. Genialidad con la Ruleta de la suerte y proclamación redonda.