Educación chequea sus infraestructuras para detectar las obras más urgentes en los centros

Educación desarrolla una aplicación para conocer en tiempo real el estado de las infraestructuras de los centros públicos y revertir la situación «catastrófica»

Varias alumnas se encaminan a su centro educativo.

Varias alumnas se encaminan a su centro educativo. / José Carlos Guerra

Salvador Lachica

Salvador Lachica

En julio de 1983, un Real Decreto traspasó las funciones y servicios de la Administración del Estado a la Comunidad Autónoma de Canarias en materia de Educación. Cuarenta años después, el consejero del área, Poli Suárez, denunció el pasado martes en el Parlamento que la mayoría de los centros públicos del Archipiélago «está en el siglo XVIII o XIX».

Frente a este panorama «catastrófico» de infraestructuras «obsoletas» que datan muchas de ellas de los años del traspaso de competencias, como el propio Suárez describió la situación, la Consejería de Educación va a poner en marcha un plan de choque para solucionar el dantesco escenario en el que gran parte del alumnado recibe su formación.

Desde la Consejería confirman que el principal problema es que «no existe un documento unificado sobre el estado de los centros educativos» y lo que conocen es por las incidencias puntuales que reportan colegios e institutos o por las visitas que responsables del departamento llevan a cabo a los centros.

Por ello, «en los próximos meses» pondran en marcha «un libro digital de incidencias, de forma que los centros puedan volcar sus problemas» y la Consejería «tener una fotografía en tiempo real de todos ellos.»

La idea es tener, a ser posible para el inicio del curso escolar 2024/2025 «una aplicación» que sirva a la Viceconsejería de Educación y a la Dirección General de Infraestructuras Educativas para «elaborar un listado de acciones prioritarias» e ir revirtiendo el actual caótico estado de conservación de los inmuebles educativos.

Contra lluvia, frío y calor

Al inicio del presente curso escolar se detectaron incidencias en el suministro eléctrico en 55 centros en toda Canarias y solamente se han solucionado en 18 de ellos.

«Tenemos cuatro aulas en obras que se tenían previsto finalizar en septiembre de 2022 y que siguen sin ser terminadas. No contamos con sombra ni en el recreo ni en la única cancha», denunciaba a principio de mes el IES Magallanes, de la localidad tinerfeña de Granadilla de Abona, la crítica situación a la que se enfrentaban alumnado y profesorado en plena ola de calor.

No fueron los únicos que dieron la voz de alarma. Otros seis centros educativos solicitaron por escrito suspender las clases. El IES El Tablero I denunció soportar temperaturas de más de 36 grados al no disponer de aire acondicionado en varias clases.

Una semana después, el consejero de Educación suspendió las clases debido a las altas temperaturas extremas, la primera vez en la historia de las Islas que se aducía tal motivo. Es más, Suárez reconoció en sede parlamentaria que muchos centros con aire acondicionado no hubieran podido ponerlo en marcha, precisamente, por las deficientes instalaciones eléctricas de las mismas.

Los centros educativos de las Islas volcarán sus carencias en un libro digital de incidencias

Pero no fue esa la única vez que el clima ha impedido horas lectivas, pues las fuertes lluvias localizadas han derivado en que muchos centros educativos públicos del Archipiélago durantes las últimas décadas hayan tenido que suspender las clases al haberse inundado sus instalaciones o cerrar varias de sus aulas por causa de las goteras. La Escuela de Arte de Gran Canaria es un ejemplo de esto último.

No es la lluvia, el calor o el frío -falta de calefacción- los únicos fenómenos que hacen aflorar las carencias de unas infraestructuras educativas que tienen, muchas de ellas, 40 años de vida: en las Islas hay aproximadamente un centenar de barracones -eufemísticamente llamadas aulas modulares- que se instalaron como solución temporal y se han convertido en permanentes.

El CEIP Costa Teguise, el colegio con más barracones de Canarias y que datan de hace 14 años, el colegio Los Geranios en Arrecife o los barracones que llevaban 21 años de servicio en Guaza, en el sur de Tenerife, son solo unos ejemplos.

El mapa vitrual que empezará a desarrollar la Consejería de Educación quiere ser la «herramienta definitiva» para, junto a los municipios, que son las administraciones responsables de las obras de mejora y rehabilitación de los centros de Primaria y Secundaria, revertir la «castastrófica situación de las infraestructura educativas» en las Islas.

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