El pago con tarjeta se impone en todos los comercios de Canarias: «Es adaptarse o morir»

El dinero plástico triunfa en el Archipiélago en fechas de endeudamiento, como verano o Navidad

Tres de cada diez cobros se realizan a través del datáfono

Javier Durán, propietario de la peluquería Durán, con un datáfono

Javier Durán, propietario de la peluquería Durán, con un datáfono / Carsten W. Lauritsen

Clara Morell

Clara Morell

Antes de sacar la cartera, el camarero ya ofrece el datáfono. Y eso ocurre incluso antes de que el cliente muestre si su intención es pagar con tarjeta o con efectivo. Y es que tres de cada diez pagos en España se realizan ya con dinero plástico –el 32% del total–, según el Estudio sobre hábitos en el uso del efectivo 2023 elaborado por el Banco de España. En el caso de Canarias, el uso de tarjetas está al alza y, según datos proporcionados por CaixaBank, aumentó en septiembre un 6,5% interanual, casi dos puntos porcentuales por encima de la media de España. Además, el pago a golpe de datáfono ha estado creciendo por encima de la media española durante todo el 2023 en las Islas. 

Otra modalidad de pago que «tiene un amplio potencial de crecimiento» es el uso de la tarjeta a través del móvil. En lo que llevamos de año, más del 22% de las compras con tarjetas de CaixaBank en Canarias se han realizado con un teléfono inteligente. En el conjunto del territorio nacional, el Banco de España cifra en un 10% el total de los pagos realizados con un móvil. 

En cuanto a las compras hechas en internet, Canarias también se sitúa a la cabeza del crecimiento. El gasto con tarjetas emitidas por CaixaBank en los puntos de venta virtuales creció en septiembre en las Islas un 16% interanual, frente al 11,7% de alza en el resto del país. Y esta tendencia seguirá previsiblemente en aumento en los próximos meses, donde las fechas de mayor gasto virtual –Black Friday, Ciber Monday o Navidad– se concentran.

En este sentido, el secretario general de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Fauca), Abbas Moujir, confirma que las tarjetas se usan más «en épocas de mayor endeudamiento». Esto ocurre en verano o en Navidad, cuando las familias tratan de asumir los gastos añadidos que suponen la reserva de las vacaciones o la adquisición de los regalos. Y, por desgracia, también crecen los pagos con dinero plástico en épocas de crisis, «cuando las familias no tienen para llegar a fin de mes y necesitan un préstamo».

Las tarjetas están al alza en las Islas y crecieron dos puntos más que en todo el país en septiembre

El espaldarazo definitivo a los datáfonos ocurrió, según Moujir, durante la pandemia. Entonces el hecho de que los billetes y las monedas pasaran por tantas manos hizo a la población desconfiar de la higiene de los mismos y decantarse por las tarjetas. Aunque a esto también ha ayudado otro factor, que es la reducción por parte de la banca de las comisiones que aplica al uso del datáfono. «Las tarjetas llevan siempre consigo una comisión pero en el caso de la restauración esta partida que se llevan es mucho menor».

Moujir asegura que actualmente es habitual «ver pagos con tarjeta de incluso 80 céntimos, cosa que hasta hace unos años no era normal». Y recuerda cómo antes podían leerse carteles en los bares donde se exigía una cantidad determinada de dinero para poder hacer uso del datáfono.

Otra curiosidad que el secretario general de Fauca ha observado es que en los comercios ya no hay solamente un datáfono, sino varios. «Ves que tienen dos o tres por si alguno les falla o incluso lo tienen con bancos distintos para garantizar la operatividad».

Una modalidad creciente de pago es también la del reloj inteligente. Moujir observa en este sentido «una auténtica revolución» que involucra hasta a entidades públicas», pues se ha dado el caso de instituciones que han permitido realizar pagos mediante transferencias vía Bizum. «Se están buscando fórmulas muy alternativas al pago en efectivo», valora.

En los pagos con tarjeta hay un dato que llama mucho la atención de los comerciantes por el contraste generacional que se está produciendo: casi la mitad de los jóvenes de entre 25 y 34 años –el 47%– abona sus compras con esta modalidad, según el Banco Central de España. Esa generación prefiere usar el datáfono antes que el efectivo, pues solo en un 46% de los casos saca de sus bolsillos los billetes o monedas.

«Hay que tener en cuenta que las nuevas generaciones han crecido prácticamente con los nuevos métodos de pago digital y solo ven en ellos beneficios. Ya no tienen que estar cargando dinero encima e incluso recurren al móvil para poder dejar la cartera en casa», explica Raju Daswani, presidente de la Federación Empresarial de Comercio de Las Palmas (Fedeco).

Una de las ventajas que tiene el dinero digital es su alta fiscalización. Daswani cree que por ese motivo el futuro pasa por que todo esté controlado digitalmente. En este sentido, la guía La Economía Sumergida en Canarias: Por un crecimiento justo e igualitario, elaborada por la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife en 2017, ya se alertaba de que, para evadir impuestos, algunas empresas y autónomos recurren a los activos monetarios muy líquidos y difíciles de identificar fiscalmente, como pueden ser los pagos en efectivo o los cheques al portador. 

También el Ministerio de Hacienda ha relacionado el fuerte aumento de los pagos con tarjetas de crédito con una reducción del fraude fiscal en España. Con datos del servicio de Estudios de la Agencia Tributaria, la sensación en el seno del ministerio es que el uso masivo del dinero plástico, que se disparó con la pandemia, propició un retroceso de la economía sumergida. 

El dinero en efectivo se asocia al fraude fiscal por el poco control que tiene sobre él Hacienda

Con todo esto, es lógico que no disponer de un datáfono en un negocio, hoy en día, genere desconfianza en el cliente. Raju Daswani señala que la comisión que cobran los bancos «no sirve de excusa» para los comercios que rechazan las tarjetas porque «es muy irrelevante» el porcentaje que cobran los bancos. Además, cree que se debe facilitar que los jóvenes tengan acceso a la tecnología y puedan concentrar sus responsabilidades en distintas aplicaciones virtuales. «La digitalización no debe ser cosa del futuro sino claramente del presente».

Sobre todo en las Islas no capitalinas es frecuente encontrar bares donde solo se acepta el efectivo. También en algunas casas de comida de Tenerife y Gran Canaria. Pero para el presidente de Fedeco, el pronóstico de estos negocios está claro: «Quien no permite hoy el pago con tarjeta, especialmente en la restauración, es un comercio que está preparándose para su muerte empresarial». En un entorno tan competitivo, «la única manera de salvarse» es ir de la mano con la tecnología y las nuevas generaciones. 

El Banco de España asegura que el efectivo sigue aceptándose en la práctica totalidad del pequeño comercio y la hostelería, mientras que la tarjeta y los dispositivos móviles –entre los que se incluyen los relojes inteligentes– son aceptados en el 89% de los negocios. 

Los mayores, fieles al efectivo

Un 74% de las personas de avanzada edad utilizan monedas y billetes para abonar sus compras. Y lo más raro es que, en 2022, eran un 3% menos las personas de 65 años o más que se decantaban por los pagos en efectivo. Esto responde a la pérdida del miedo al contacto con el dinero, que se disparó con la pandemia de coronavirus.

El presidente de Fedeco pide «comprensión» a los mayores que «no han querido o no han podido aprender a manejar los nuevos métodos de pago». Y añade que si a los jóvenes les cuesta relacionarse con las entidades bancarias, hay que entender que «el esfuerzo que supone para los mayores es mayor». Así, cree que «de ninguna forma» se debe retirar del mercado el efectivo, pues sería «nefasto» para varias generaciones.

También el nivel de estudios es determinante a la hora de gestionar la economía particular. Las personas con estudios básicos son las que más usan el efectivo a diario, mientras que las tarjetas son más utilizadas por personas con estudios medios y superiores, y los dispositivos móviles por las que tienen estudios superiores.

Los principales motivos de uso del efectivo, según el Banco de España, son «la comodidad», «la costumbre» y «el control de gastos». Por su parte,«comodidad» y «rapidez» son las razones más frecuentes para el uso de tarjetas y de dispositivos móviles.

A corto plazo, no se esperan cambios radicales en el uso del efectivo. Dos de cada tres españoles consideran que el uso de billetes y monedas será similar al actual dentro de un año, aunque esta percepción varía por edades. El 39% de los menores de 35 años cree que el uso del efectivo disminuirá y solo el 16% de los mayores de 64 años considera que hará menos pagos en metálico.

Con respecto a los puntos de acceso al efectivo, el cajero es la principal fuente de obtención, mientras que la retirada en comercios sigue siendo desconocida.

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