Capital riesgo

El ciudadano de a pie puede invertir como los grandes fondos soberanos

La plataforma Crescenta ha irrumpido en el mercado de los fondos de capital riesgo, dando acceso a los vehículos internacionales con mejores retornos a clientes minoritas a partir de 10.000 euros

De izquierda a derecha: Ramiro Iglesias, consejero delegado, y Eduardo Navarro, fundador de Crescenta.

De izquierda a derecha: Ramiro Iglesias, consejero delegado, y Eduardo Navarro, fundador de Crescenta. / Cedida

El 28 de septiembre de 2022, el Gobierno aprobó la popularmente conocida como Ley Crea y Crece, un cambio de paradigma en la regulación de las empresas y que abrió una puerta al crecimiento en España de una modalidad de inversión, el capital privado o capital riesgo, que consiste en la compra de una participación en una compañía con el fin de que esta crezca y obtener un retorno por ella, históricamente accesible solo para los grandes institucionales, fondos soberanos, de pensiones o grandes patrimonios. La nueva regulación permitió que el capital mínimo a destinar pasase de 100.000 euros a solo 10.000.

Crescenta ha sido la compañía que primero ha querido aprovechar las bondades de la ley. Fundada por Eduardo Navarro, expresidente de la gestora Sherpa Capital y máximo accionista del 'crowdfunding' inmobiliario Urbanitae, que busca también acercar este tipo de inversión a clientes minoristas (desde solo 500 euros), y liderada por Ramiro Iglesias, como consejero delegado, la gestora ya ha lanzado sus primeros fondos de 'private equity'.

Se trata de los vehículos 'Crescenta Private Equity Buyouts Top Performers I' y 'Cresenta Private Equity Growth Top Ferformorts I', que han levantado 20 y 15 millones de euros, respectivamente, en apenas dos meses desde su lanzamiento. "Son vehículos diferentes. El primero compra participaciones de control en compañías muy maduras y que operan en varias industrias, mientras el segundo toma posiciones minoritarias en empresas con base tecnológica que están en procesos de crecimiento", explica Ramiro Iglesias, en una entrevista con Activos, el vertical económico de Prensa Ibérica.

Estos fondos participan, a su vez, en otros cinco o siete vehículos de grandes gestoras internacionales: EQT (dueño de Idealista), Cinven, Alpinvest, Insight Partners o G Squared. "Cuando inviertes en un fondo de estas características compras participaciones en más de 150 empresas, que operan 20 países y en 20 industrias diferentes", apunta el consejero delegado de Crescenta, que, tras levantar sus dos primeros fondos de 35 millones en tiempo récord, ampliará los dos vehículos hasta los 60 millones. "El objetivo inicial era acabar el año gestionando 40 millones en inversiones y ahora planeamos terminar el año con 120 millones", señala el directivo.

Rentabilidades de doble dígito

Lo más llamativo de este tipo de inversión es su rentabilidad, a pesar de que también tiene riesgos y condicionantes. En la jerga económica se englobaría dentro de las opciones que otorgan 'doble dígito', más de un 10%. Los dos vehículos en marcha tienen objetivos de rentabilidad entre el 15% y el 18% anual, basándose en el retorno que han dado sus vehículos subyacentes en el pasado. Esto significa doblar o más que duplicar el capital invertido en la duración de la inversión.

Precisamente, este es uno de los condicionantes. Los fondos de capital riesgo, normalmente, tienen duraciones entre 7 y 10 años, prorrogables hasta 12 la mayoría. Esto significa que durante los primeros dos o tres años el inversor tiene que aportar capital, según lo vaya exigiendo la gestora, y a partir del quinto año comienza a devolverse paulatinamente hasta el final del vehículo. Durante ese tiempo, salvo en algunas excepciones, no hay posibilidad de venta o recuperación del dinero, siendo una inversión denominada ilíquida.

Iglesias cree que la iliquidez eventualmente no es un inconveniente, sino una ventaja: "No hay mejor renta recurrente que la distribución de un fondo de 'private equity', pero la gente lo desconoce. Desembolsas gradualmente capital y a partir del cuarto o quinto año se empieza a recibir una renta. Si se hacen aportaciones a diferentes fondos y en diferentes años se puede pasar uno toda tu vida recibiendo ingresos, aunque puede dar vértigo asumir un compromiso de inversión de 10.000 euros. Mientras en otras inversiones destinas 1.000 euros para ganar 100 o 200 euros, esto es un paso más: se invierte para comprar un coche, una casa o pagar los estudios de un hijo. Exigen más disciplina, pero el objetivo es más ambicioso".

Perfil de inversor

En su origen, Crescenta se crea para dar acceso a fondos de capital privado a inversores con conocimiento financiero y ahorros, pero sin acceso a estos vehículos. Sin embargo, despertaron el interés de otros dos perfiles. "Por el camino nos hemos encontrado que inversores sofisticados, principalmente grandes patrimonios familiares, que invertían en esto a través de otros operadores, han visto en nuestro un producto es fantástico, una experiencia de inversión digital y comisiones son tremendamente competitivas", relata el consejero delegado de la empresa.

El otro perfil son trabajadores de compañías de servicios profesionales, como grandes despachos o consultoras, entidades financieras o directivos del sector que nunca habían podido invertir porque "los tickets mínimos subían por encima de los 250.000 euros". "Hemos despertado esa base inversora. Entienden los fondos que ofrecemos porque conocen qué es EQT o Cinven", añade Iglesias.

A pesar de esto, el objetivo sigue siendo atraer clientes minoristas que inviertan desde 10.000 euros. "Queremos que todo el mundo pueda participar, hasta el punto que hemos limitado el máximo a los grandes clientes para permitir que los minoristas tengan espacio", destaca el directivo. Lo que es una realidad es que uno de los condicionantes regulatorios para poder hacerlo es que el patrimonio del inversor demostrable debe ser superior a los 100.000 euros.