Seguiremos alabando las bondades del huevo hasta que nos extingamos, aunque eso no nos exime de recordar que también es un alimento muy susceptible de causar intoxicaciones si no se manipula bien. Sabemos que siempre hay que conservarlos en la nevera, lejos de la puerta y sin lavarlos pero ¿y si el huevo está sucio? Estamos ante una ligera excepción que confirma la norma.

Los expertos en consumo, higiene y seguridad alimentaria coinciden en insistir con el mensaje de no lavar los huevos. Estos están protegidos naturalmente por una película protectora que impide que penetren las posibles bacterias o microorganismos; si los limpiamos o enjuagamos, quitamos esa barrera natural, dejando al huevo desprotegido. Es más, el agua podría traspasar la cáscara, muy porosa, y llevarse la posible contaminación al interior.