La alerta de tsunami sorprende al reportero metido en un taxi en las calles de Sendai. Hay que abandonar el vehículo y buscar a toda prisa un lugar elevado. Unos vecinos ofrecen su piso a quienes están en peligro. Los más mayores necesitan ayuda, porque el nivel del agua asciende más rápido que ellos por las escaleras. Una vez seguros, el reportero ve cómo la corriente se lleva el taxi en el que viajaba unos minutos antes. Pero a la vista hay asuntos más urgentes. Un padre que sostiene a sus dos hijos encaramado a un coche. Y un hombre y una mujer, aferrados a las ramas de un árbol.