Los hombres de Neymar llegan a LaLiga con una misión, pagar 222 millones. Entran educadamente y salen como entraron; con su sombrero, su pajarita y su cheque. Tras pasar reconocimiento en Oporto, Neymar también uso la táctica de hoy no hablo, mañana sí. Táctica que también usaba su padre. Los diarios le despiden y dan la bienvenida a la era de los fichajes de 200 millones. En el Camp Nou Neymar va desapareciendo de los carteles y en Internet proliferan los vídeos de aficionados quemando camisetas del brasileño.