Solo cinco agentes de Medio Ambiente vigilan el Parque Nacional del Teide

El Cabildo convoca 17 plazas, pero Tenerife necesitaría otras 40, según los cálculos de la Asociación de Agentes Forestales, para alcanzar la ratio de 12,6 por 100.000 habitantes

Agentes forestales o de  medio ambiente durante un recorrido por el Parque Rural de Anaga.

Agentes forestales o de medio ambiente durante un recorrido por el Parque Rural de Anaga. / El Día

«Solo cinco agentes de Medio Ambiente –o Forestales porque equivalen a lo mismo– cubren los 189 kilómetros cuadrados del Parque Nacional del Teide». Un año después este es un titular muy similar al de un artículo de EL DÍA publicado el 13 de marzo de 2023. Además, «el principal problema en el mayor espacio natural protegido del Archipiélago es la falta de vigilancia porque no hay efectivos suficientes para llevarla a cabo».

Lo asegura Ayose Molina Tacoronte (Gáldar, 1982), presidente de la Asociación de Agentes Forestales y de Medio Ambiente de Canarias (AFMACAN). Licenciado en geografía por la ULPG es agente de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria desde 2014. Valora positivamente que el de Tenerife haya convocado 17 plazas, que saldrán de forma inminente, pero asegura que «la Isla necesitaría otras 40 para alcanzar la media nacional de 12,6 agentes por 100.000 habitantes». La ratio mínima exigible.

Molina subraya que:«Entre las distintas administraciones públicas que cuentan con agentes forestales en Canarias, están ocupadas 146 de las aproximadamente 200 plazas creadas. Esto supone 6,6 efectivos por cada 100.000 residentes, muy por debajo de los 12,6 por cada 100.000 a nivel nacional». Tenerife en concreto cuanta con 60 plazas ocupadas de las 82 creadas, lo que supone 6,3 agentes por cada 100.000 residentes. Bastante mejor que la ratio de Gran Canaria, probablemente con el peor dato del país: 2,6 cada 100.000 residentes.

El Cabildo de Tenerife ha creado esas 17 plazas, ya convocadas, que, explica Molina, «le permitirán mejorar los servicios de vigilancia, custodia y protección de los recursos naturales».

Floración en el Teide

Floración en el Teide / Arturo Jiménez

El Teide

Respecto al Parque Nacional de Teide argumenta: «Con sólo cinco Agentes de Medio Ambiente es imposible prestar todos los servicios en pareja y mucho menos cubrir bajas o vacaciones los 365 días del año». Estima que «harían falta al menos 16 más, simplemente para cubrir turnos y garantizar la prestación de servicios de urgencia». Con casi 190 kilómetros cuadrados de superficie y más de cuatro millones y medio de visitantes (el que más recibe en Europa), «aun con esa propuesta sería muy difícil llegar a todo, pero menos con la actual dotación de efectivos humanos y materiales».

Ayose Molina entiende que «el aumento de funcionarios del Cuerpo de Agentes de Medio Ambiente es esencial». Por un lado, «para disuadir o prevenir las actividades que puedan suponer una infracción ambiental»; por otro, «para poder identificar a los presuntos responsables de los hechos y dar traslado a la autoridad competente, administrativa o judicial, de manera que se les pueda exigir las responsabilidades que correspondan y minimizar la sensación de impunidad que rodea la vulneración de la normativa ambiental». Considera que esto debe ir de la mano de campañas de información, educación y concienciación ambientales, dirigidas a la población residente y al turista, enfocadas en dar a conocer el valor, la fragilidad y la singularidad de la biodiversidad, la geodiversidad, los procesos ecológicos, los yacimientos arqueológicos, etcétera, que conforman el patrimonio natural y cultural de Canarias, un patrimonio único en el mundo.

Ignorancia

Molina cree que «más que un desconocimiento de la normativa, hay otros factores que influyen en las infracciones en el espacio natural protegido». Por un lado, «la ignorancia de los efectos de determinadas actividades sobre la flora, la fauna o el paisaje, así como de la importancia que estos recursos naturales tienen desde el punto de vista ambiental, cultural, social y económico»; por otro, «la falta de efectivos que permitan cubrir superficies muy extensas, en distintos turnos, durante los 365 días el año». A ello suma «la sensación de impunidad que rodea a las infracciones, sobre todo en el caso de turistas extranjeros». Resalta «la ausencia de un marco normativo europeo que obligue a los infractores a pagar las sanciones impuestas una vez regresan a sus países».

"Solo en el Teide harían falta 16 efectivos más, únicamente para cubrir los turnos"

Ayose Molina

— Presidente Afmacan

El día a día

Los agentes de Medio Ambiente del Parque Nacional del Teide trabajan en turnos de 8:00 a 15:00 o de 11:00 a 18:00 horas, salvo en el periodo de verano, en el que es de 14:00 a 21:00. Durante estos turnos, valora el presidente, «los compañeros intentan prevenir la comisión de las infracciones ambientales que afectan al espacio natural; entre otras, las relacionadas con el acceso y circulación de bicicletas y motocicletas por senderos, las hogueras o uso del fuego fuera de las zonas habilitadas; los rodajes no autorizados en zonas de alta sensibilidad ecológica, el uso de drones que generan riesgos sobre las aves, etc.».

Además, en el Parque Nacional existe «un grave problema de comunicaciones, al no encontrarse los agentes de Medio Ambiente integrados con el resto del operativo insular». Eso, indica, «a pesar de estar las competencias delegadas a la Corporación insular y de que dos de los agentes adscritos al espacio natural pertenezcan al propio Cabildo». Esto supone «un factor de riesgo ante intervenciones conflictivas o emergencias de protección civil como puede ser un incendio forestal o el aviso de una persona perdida». Las comunicaciones «suponen una herramienta básica para dar una pronta respuesta a cualquier situación de peligro, tanto de los visitantes como de los propios agentes».

Sanciones

Indistintamente del cuerpo policial que intervenga quien sanciona es «el órgano competente de cada una de las administraciones públicas». Los agentes actuantes se limitan a dar traslado de la denuncia. Los de Medio Ambiente son funcionarios dotados del carácter de agentes de la autoridad. Tienen atribuidas funciones de policía administrativa especial y policía judicial especializada en el ámbito medioambiental. Están obligados a denunciar, ante las autoridades aquellos hechos susceptibles de considerarse una infracción a la normativa vigente, administrativa o penal.

Evolución del incendio de Los Realejos desde el observatorio de Izaña

@AEMET_Izana

Riesgos

«Estamos expuestos –recuerda Ayose Molina– a riesgos tanto en el desarrollo de nuestras funciones de policía medioambiental ante ciudadanos que reaccionan de manera agresiva; como en las actuaciones como parte del grupo de intervención y seguridad en emergencias de protección civil». Como ocurrió en el gran incendio forestal de Tenerife el año pasado que afectó a una docena de espacios naturales protegidos.

Sobre todo, señala, «cuando, por falta de efectivos se realizan de manera individual, algo que es prácticamente imposible ver en cualquier otro cuerpo policial o de seguridad y contradice cualquier lógica en materia de prevención de riesgos laborales. Por otro lado, está «el territorio en el que trabajamos».

Alejados de núcleos urbanos, con una potente orografía y con los efectos que sobre la salud puede tener la alta montaña, en condiciones ambientales extremas o por fenómenos meteorológicos adversos en zonas con mala o nula cobertura para la comunicación...». Riesgos que, en caso de accidente, complican la respuesta. Valora los dispositivos puestos en marcha por el Cabildo de Tenerife en el Teide, Anaga y Teno con la Policía Canaria: Solo se puede hablar en positivo, sobre todo teniendo en cuanta la falta de efectivos destinados a la vigilancia, custodia y protección de los mismos, la elevada densidad poblacional de la Isla y la numerosa población flotante que visita estos espacios naturales protegidos».

Accesos

El agente forestal entiende que «dada la situación de carencia de efectivos, reducir el número de accesos al Parque –una medida que el Cabildo pretende poner en marcha desde el 1 de enero de 2025– ayudaría a mejorar en algo el control y la vigilancia del espacio», pero, concluye, «seguiría necesitando un aumento de los agentes para garantizar que no se recorran aquellas zonas restringidas o excluidas al tránsito o permanencia de los visitantes».