Las cinco razones para salir a la calle en defensa de las personas con discapacidad de Tenerife

Queremos Movernos organiza una nueva marea naranja, la cuarta caminata por la igualdad, el próximo viernes 17 con el objetivo de visibilizar los problemas de las personas con capacidades especiales, el 12% de la población de la Isla

Participantes en la tercera caminata por la igualdad el año pasado en la plaza del Cabildo

Participantes en la tercera caminata por la igualdad el año pasado en la plaza del Cabildo / María Pisaca

Viernes 17 de mayo, a las 10:30 horas en la plaza Weyler. Es el día y el lugar elegidos por Queremos Movernos, el colectivo que defiende a las personas con discapacidad de Tenerife, para que una nueva marea naranja llene las calles de Santa Cruz. La cuarta caminata por la Igualdad, a la que se espera acudan más de 1.500 personas, recorrerá el centro de la capital por Castillo hasta llegar a la plaza del Cabildo donde se leerá un manifiesto. Por qué es necesaria una marcha que visibilice la realidad cotidiana de 120.000 tinerfeños? Por muchas razones aunque el colectivo argumenta cinco motivos principales.

Sobran los motivos

Ana Mengíbar, portavoz y alma máter, glosa esos argumentos para salir a la calle el día 17. En primer lugar porque “un 90% de los parques infantiles de la Isla no tienen módulos adaptados en los que pueden jugar todos los niños”. También, “en ocasiones, los centros educativos no pueden acudir a manifestaciones culturales porque tienen niños o niñas con discapacidad y los lugares o las muestras no son accesibles”. Otro punto de motivación es que “los ayuntamientos de la Isla siguen programando talleres de Navidad o campamentos de verano, en los que no pueden inscribirse los niños o las niñas con discapacidad”. Asimismo, añade Mengíbar, “en la práctica totalidad de los municipios, no hay oferta deportiva para niños y niñas con discapacidad”. Señala que “lo justifican con el mantra de que subvencionan a clubes, pero ¿qué pasa si vives en un lugar en el que no hay clubes de deporte adaptado?”. Por último, “muchos niños y niñas con discapacidad no pueden disfrutar de las playas porque no tienen servicios de ayuda al baño y porque no están adaptadas”.

Barreras de comunicación

A esto se une que el alumnado sordo “sigue padeciendo las barreras de la comunicación” porque “no tienen intérpretes durante todo el horario lectivo” y esa falta de atención “es maltrato” ya que “esa desventaja no les permite cumplir objetivos académicos”. Mengíbar insiste en que “son niños y niñas con los mismos derechos y se les debe respetar porque los ajustes razonables, de los que habla la ley, se deben efectuar para que tengan las mismas oportunidades”.

Apoyo a las familias

Advierten los organizadores de que la inclusión de esta infancia “no será posible sin un apoyo real a las familias que tienen en su seno a niños y adolescentes con discapacidad, ahora casi abandonadas a su suerte, para que sea la instancia principal de promoción, protección y acompañamiento activo de su descendencia con discapacidad”. En su manifiesto, reclaman la inclusión de la infancia con discapacidad desde los primeros estadios de vida o desde el mismo momento de aparición de la discapacidad, siendo obligación de los poderes públicos generar las condiciones de todo tipo -legislativas, programáticas, presupuestarias, etc.- para que esta atención reforzada “sea una realidad en todas esferas de la vida en comunidad”, siendo obligación de las administraciones públicas, ya sean nacionales, autonómicas oportunidades”.

Por todo ello, “por su derecho a la educación pisoteado”, las comunidades educativas de colegios e institutos, así como la población en general de Tenerife están llamados a unir sus voces el próximo 17 de mayo en la cuarta caminata por la igualdad. Con el color naranja, el de la discapacidad y la igualdad por bandera. Un color brillante y audaz que se usa para mostrar la determinación para dejar huella. Con un fuerte y memorable impacto en el amplio sector de las organizaciones sin fines de lucro, y que, además, resulta accesible para aquellas personas con alguna discapacidad visual. El grito de las personas con capacidades especiales debe ser escuchado por las administraciones públicas para, subrayan los organizadores, “dar una respuesta sostenida, suficiente y efectiva a todas estas demandas”.