Escasa oferta, mucha demanda y unos precios por las nubes. Es la situación del mercado formal inmobiliario del alquiler en Tenerife, que solo avanza a peor. El número de alojamientos disponibles en los portales escasea, en especial en los municipios con poca población –y en algunos con mucha población como La Laguna–, los precios en los puntos más demandados –como el centro de Santa Cruz– de un piso para una familia convencional superan con creces los 700 euros al mes y algunos propietarios ponen exigencias imposibles. Como consecuencia, los tinerfeños, con los salarios más bajos de España –1.416 euros mensuales, muy por debajo de los 1.751 euros de media del país– se ven abocados a gastar más de la mitad de su sueldo si quieren rentar un techo o compartir la casa, con todos los inconvenientes que ello conlleva.     

Bastan un par de datos para dimensionar la gravedad del problema. Un joven de entre 16 y 29 años que alquile una vivienda solo para él en Tenerife tendrá que dejarse, de media, el 94% de sus ingresos, según el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE) en un informe dado a conocer el pasado primero de noviembre. Mientras, los isleños que hacen cola para conseguir una casa a precios asequibles –más de 10.000– llenarían la mitad del estadio Heliodoro Rodríguez López.  

El panorama tampoco es alentador. En medio de una crisis por la inflación, los precios a los que se enfrentan los inquilinos no para de subir. Los alquileres se han encarecido este año en Canarias un acumulado del 13,2%, subiendo hasta los 11,6 euros por metro cuadrado y situándose sin variación desde los máximos alcanzados en septiembre de 2020.

Que llegar a fin de mes se haya convertido en una proeza no es el único inconveniente. Más allá del dinero, hay otro fenómeno que llama la atención a expertos y afectados: los inquilinos ya no eligen entre las viviendas que les ofrecen los propietarios; son los propietarios los que eligen cada vez con más cuidado a los inquilinos. Algunos relatos de afectados por esta situación hablan de casos que se asemejan a un castin para elegir candidato, como si de una película o una serie se tratara.

En la actualidad son los propietarios quienes eligen cada vez con más cuidado a los inquilinos

Los agentes inmobiliarios admiten que los precios y las exigencias no paran de tocar techo. Pero las soluciones se atascan. La principal es la reforma legal planteada por el Gobierno de Pedro Sánchez. El Consejo de Ministros aprobaba el 1 de febrero la nueva ley de vivienda para regular un mercado descontrolado. Sus principales objetivos son limitar el precio del alquiler en las zonas «tensionadas», aplicar premios fiscales al alquiler y a las bajadas de precios, que las promociones de inmuebles nuevos creen un 30% de vivienda social y castigar fiscalmente las viviendas vacías, este último uno de los factores más influyentes en la actual carestía de techos baratos. Los últimos datos apuntan a más de 150.000 casas vacías en todo el Archipiélago. 

Urgen soluciones pero no llega ninguna. Ya no solo eso, sino que la única gran reforma planteada se atasca por diferencias políticas. Pedro Sánchez culpó el pasado miércoles a sus socios parlamentarios –Unidas Podemos, ERC, PNV, EH Bildu y Más País– del bloqueo en la tramitación de la Ley de Vivienda. El presidente defendió en el Congreso de los Diputados que el Gobierno «ha cumplido» y que «ahora le corresponde a los grupos» buscar acuerdos para hacer realidad esta norma. Tampoco este nuevo marco ha generado entusiasmo. Los propios socios de Sánchez creen que tendrá una influencia muy limitada y que no va a ser resolver el problema de un mercado demasiado desregulado.

Los ingredientes de este cóctel que está provocando tanto dolor de cabeza son muy variados: los vacíos en las regulaciones nacionales y autonómicas, la desconfianza de los arrendatarios, el parón en la construcción pública de promociones protegidas, la acumulación de miles de casas vacías que siguen sin salir al mercado, el aumento de una demanda de vivienda social ya de por sí saturada o los efectos perversos de fórmulas como el alquiler vacacional y el de los nómadas digitales, que según muchos expertos están ayudando directa o indirectamente a encarecer el mercado tinerfeño. 

El análisis difiere según qué zona se analice. No es lo mismo el área metropolitana que los municipios del Norte y el Sur. EL DÍA profundiza en la situación de las grandes áreas: Santa Cruz, La Laguna y las vertientes norteña y sureña. 

Santa Cruz de Tenerife: bastante oferta pero muy cara.

El mercado inmobiliario de la capital tiene una oferta aceptable de viviendas en alquiler en el mercado formal –alrededor de 180 en los diferentes portales– pero unos precios desorbitados. Un piso en el centro para una familia convencional no baja de los 700 euros al mes. Más bien sobrepasa en la mayoría de los casos los 800 euros, cuando hace tres años se podían encontrar opciones por 500 o 600. Hay que irse a los barrios o a las afueras de la ciudad para encontrar posibilidades más asequibles: 500-550 euros por 65 metros cuadrados en San Andrés, 600 euros por 65 metros cuadrados en La Salud o 650 euros por 70 metros cuadrados en El Sobradillo. Lo más barato: 450 euros por un minipiso de 31 metros cuadrados en San Andrés. Lo más caro: tres pisos de 2.600 euros con vistas al mar en la avenida marítima. La oferta de la vivienda vacacional es inferior en Santa Cruz: 68.

Los expertos opinan.

José Luis Reyes, de Bolsa Inmobiliaria, conoce muy bien todo el mercado en el área metropolitana. Reconoce que «cada vez es más complicado encontrar algo por menos de 700 euros» y lo achaca a múltiples factores. «La gran cantidad de casas desocupadas, la falta de incentivos para el alquiler y la carencia de nuevas promociones públicas» son las principales razones que argumenta para explicar este desequilibrio entre los salarios medios de los tinerfeños y las cantidades que piden los arrendatarios por un techo.  

Reyes es de los que piensa que el alquiler vacacional «también influye mucho». «Hay muchos propietarios que consideran que es mucho más rentable el alquiler vacacional, lo que conlleva una disminución importante de la oferta de alquiler», matiza. «Al final, por todo eso el alquiler está más caro que nunca», concluye. También es uno de los profesionales que incluye entre los detonantes de este encarecimiento la llegada de nómadas digitales. Mientras algunas administraciones públicas isleñas se lanzan a la captación de estos teletrabajadores en el paraíso, José Luis Reyes aclara que es un nicho de negocio «con una doble cara». 

«Vienen de países con salarios muchísimo más altos que los de Canarias y pueden permitirse pagar más. Lo que quieren es vivir y trabajar en un entorno privilegiado», explica el agente inmobiliario tinerfeño. Algunos de estos nómadas digitales llegan a pagar cantidades superiores a los mil euros por una casa que en realidad se alquila por 500. «El sur y el norte de Tenerife están recibiendo cada vez más nómadas digitales y su capacidad para pagar mucho más que los locales solo sirve para encarecer los precios», puntualiza Reyes. 

Todo esto explica que en zonas del centro de Santa Cruz como Cabo Llanos se vean pisos que superan los 900 euros al mes cuando no pasan de los 70 metros cuadrados. Isidro Martín, delegado de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (APEI), lo achaca principalmente a la falta de oferta y el hecho de que Canarias acumuló muchos años sin construir vivienda pública. «En 12 años no se construyeron casas sociales por la dejadez de las administraciones nacionales y locales. Por eso es muy complicado encontrar alquileres sociales en el mercado», subraya.

Los expertos señalan que los nómadas digitales y el alquiler vacacional elevan el precio del mercado

Desconfianza creciente de los arrendadores.

Martín no coincide con Reyes en la incidencia del alquiler vacacional pero ambos sí comparten que los precios crecen de una forma directamente proporcional a la desconfianza de los propietarios. «Los arrendadores ven cada vez más inseguridad jurídica y falta de garantías. Muchos prefieren dejar la vivienda vacía a arriesgarse a alquilar», señala Isidro Martín. También coinciden ambos profesionales en que los planes de regulación «son siempre contraproducentes». «Lo mejor que puede ocurrir para que los precios se moderen es que aumente la oferta», remata el delegado de APEI, y que ocurran más actos como el del pasado 20 de octubre, cuando el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife entregó las llaves a los adjudicatarios de las 44 viviendas de El Tablero, que ocupan en régimen de alquiler social. 

La Laguna: muy poca oferta en el mercado formal.

Idealista, el principal portal inmobiliario, ofrece unas 44 viviendas de alquiler en toda La Laguna, pese a ser universitario y tener una población destacada que supera los 150.000 habitantes, que la convierten en la tercera más poblada del Archipiélago tras Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria. La mayoría de opciones del mercado formal se encuentran en las afueras o la costa y apenas hay en el casco histórico, con precios además desorbitados. La más barata de ellas era un apartamento de una habitación en Valle de Guerra-Tejina a un precio de 425 euros. A partir de ahí, la cifra comienza a crecer hasta situarse en la mayoría de los casos en el entorno de los 680-750 euros. La más cara es 2.200 euros mensuales por un chalet con 4 habitaciones en Las Mercedes. El número de ofertas del mercado vacacional dobla el convencional en La Laguna: 99 a 44.

Los profesionales del sector inmobiliario consultados señalan en primer término la evidencia: en la Ciudad de los Adelantados y sus barrios hay «muy poca oferta y mucha demanda». «Lo que ha descuadrado todo son las okupaciones y posteriormente las restricciones que ha impuesto el Gobierno de España y otras más radicales que ha barajado», asegura el responsable de una inmobiliaria. «Esto es un tema delicado. Parece que no está bien visto ser crítico con la okupación y mucho menos con los topes fijados por el Estado», como el del 2% en la subida de las rentas dentro de un mismo contrato de alquiler.

Un municipio universitario y muy atractivo.

La Laguna es una ciudad atractiva para vivir y, además, tiene la Universidad, que requiere de muchos alquileres. Sin embargo, hay muy poca oferta en el mercado convencional y la mayoría se mueve en soportes informales como los corchos de las facultades universitarias. Otro factor que influye en la situación de La Laguna es el miedo de los propietarios a las okupaciones, muy frecuentes en los barrios, que ha llevado a algunos a sacar las casas del mercado. El remate son los topes a las subidas, que genera que muchos dueños partan de precios más altos en los nuevos contratos por si acaso ese límite lo tengan que soportar durante mucho tiempo y no puedan subirlo. 

Preguntados al respecto, los responsables del Ayuntamiento lagunero indican que «la situación del mercado del alquiler en La Laguna no difiere a lo que ocurre en el resto de las grandes ciudades». «Hay un exceso de demanda y una reducción de la oferta, lo que dispara el precio de los arrendamientos. A esta situación hay que añadir la presión del sector de la vivienda vacacional». Ante eso, el Gobierno lagunero asegura que «está apostando por la construcción de un nuevo parque público de viviendas para poder ofertar alquileres a precios razonables».

El esfuerzo del Ayuntamiento lagunero.

El Ayuntamiento agrega sus planes en vivienda pública. Está prevista la construcción de 151 casas por valor de 24 millones de euros, de los cuales 17 millones serán aportados por el propio Ayuntamiento y los 7 millones restantes por el Gobierno de Canarias. Estas viviendas tendrán un precio de alquiler que se establecerá en función de la renta de cada inquilino. La idea es poner viviendas en el mercado tras muchos años en los que no se crearon promociones públicas.

Jonathan Domínguez, líder de Coalición Canaria en el municipio lagunero, es también profesional del sector inmobiliario. «La situación en La Laguna, por ser ciudad universitaria, es muy complicada, porque a la falta de oferta real se une que esta es absorbida por el inquilino de temporada y preferente para los propietarios, como son los estudiantes, que tienen un riesgo de morosidad u ocupación mínimo», analiza. «El propietario prefiere por sistema al estudiante frente a la familia o inquilino de larga duración, en salvaguarda de su legítimo derecho como propietario o inversor. Esta situación del propio mercado expulsa casi de manera sistemática al inquilino de larga duración y de necesidad social de una vivienda, y por mucho que se quiera limitar el precio, como si este fuera el único problema, será imposible obligar a un propietario a alquilar su propiedad a quien la administración diga», detalla.

«La gran cantidad de casas desocupadas y la falta de incentivos al alquiler afectan mucho»

José Luis Reyes - Bolsa Inmobiliaria

«Lo mejor que puede ocurrir para que los precios se moderen es que aumente la oferta»

Isidro Martín - Delegado de APEI

«La situación en La Laguna, por ser una ciudad universitaria, es muy complicada»

Jonathan Domínguez - Concejal de La Laguna (CC)

Encontrar piso en el Norte, una verdadera odisea.

Encontrar una vivienda en alquiler en el norte de Tenerife se ha convertido en una odisea no apta para todos los bolsillos, especialmente en el caso de las familias que necesiten más de dos habitaciones. En un portal como Idealista, que tiene más de 1,5 millones de anuncios inmobiliarios en España, para los 15 municipios norteños sólo había esta semana una oferta de 160 viviendas en alquiler, con precios que oscilan entre los 400 y los 8.000 euros mensuales. La localidad con más disponibilidad es, curiosamente, el principal núcleo turístico, Puerto de la Cruz, donde había 73 propuestas con precios que van desde los 525 euros mensuales del estudio más barato (30 metros cuadrados) a los 3.000 euros de varias viviendas de tres habitaciones. Los estudios y apartamentos de menos de dos habitaciones cuestan entre 525 y 990 euros, y el piso más barato con dos habitaciones, 700 euros mensuales (60 metros cuadrados). Para aspirar a un piso de más de 80 metros cuadrados hay que desembolsar más de 750 euros en la localidad portuense.

Solo 25 alternativas en Santa Úrsula.

Santa Úrsula, con 25 viviendas en alquiler, es el segundo municipio del Norte con más alternativas, que van entre los 650 euros mensuales del apartamento más barato y los 1.000 euros mensuales de la casa más cara. Para optar a dos habitaciones hay que desembolsar más de 750 euros. Icod de los Vinos, con 15 viviendas disponibles, ocupa el tercer lugar y ofrece uno de los estudios más baratos del mercado local: 400 euros por una vivienda de 20 metros cuadrados en La Vega, aunque por 450 euros se puede optar a otro de 70 metros en El Amparo. Para tener dos habitaciones el precio sube por encima de los 530 euros mensuales. La vivienda más cara, con cuatro habitaciones, cuesta allí 1.500 euros al mes, aunque hay una casa con seis habitaciones y 171 metros cuadrados por 800 euros.

Los Realejos y La Orotava.

En Los Realejos aparecen 11 viviendas con precios que oscilan entre los 400 euros por dos habitaciones, en Palo Blanco; los 650 euros por un piso en el casco, y los 1.500 euros por una casa de cuatro habitaciones. En La Orotava sólo hay anuncios de 8 viviendas en alquiler. La más barata es un apartamento de 65 metros cuadrados en El Bebedero, por 435 euros, y la más cara de todo el Norte es una casona antigua restaurada, con 11 habitaciones, que cuesta 8.000 euros mensuales.

En Tacoronte también se ofertan ocho pisos y casas en alquiler: la más barata cuesta 475 euros (1 habitación y 40 metros cuadrados) y la más cara, 2.800 euros (5 habitaciones y 465 metros cuadrados). Con tres habitaciones, el precio más económico es de 1.300 euros. En La Matanza hay otras seis viviendas disponibles, con la alternativa más baratas para familias en todo el Norte: un piso de tres habitaciones y 100 metros cuadrados por 650 euros al mes. El alquiler más caro es un estudio de lujo de 30 metros cuadrados por el que piden 1.190 euros mensuales.

Entre 500 y 900 euros.

En La Victoria de Acentejo sólo hay cuatro casas con precios que oscilan entre 500 y 900 euros mensuales. Allí es posible conseguir un piso con dos habitaciones por 550 euros. En Los Silos se ofertan tres viviendas en Sibora, de entre 1 y 2 habitaciones, cuyos precios oscilan entre 570 y 620 euros mensuales. En La Guancha sólo aparecen anuncios de dos viviendas en alquiler, por 460 y 580 euros mensuales, al igual que en Garachico, donde hay un piso de dos habitaciones en La Caleta (474 euros) y otro en San Juan del Reparo (500 euros). Sólo se anuncia una vivienda en alquiler disponible, al menos en la web de Idealista, en localidades como El Sauzal (800 euros), El Tanque (950 euros), Buenavista del Norte (1.200 euros) o San Juan de la Rambla (620 euros). 

El caso de la familia Sosa García ejemplifica a la perfección la situación que vive el mercado inmobiliario en el norte de Tenerife: «Compramos una casa en otro municipio y pusimos el piso donde vivíamos, en La Victoria de Acentejo, en alquiler en una inmobiliaria. En apenas 24 horas nos avisaron de que iban a retirar el anuncio porque ya contaban con 50 personas interesadas. Un par de días después el piso estaba alquilado».

En el Sur, escasez y las comarcas condicionan los precios.

La distribución de la docena de municipios que conforman la comarca sureña y la actividad económica de cada una de ellas condiciona los precios vigentes para el alquiler de viviendas. Siguiende con la referencia del portal Idealista, ayer contenía 222 ofertas con precios que oscilan entre los 374 euros de la más barata, situada en Tamaimo (Santiago del Teide), hasta los 15.000 de una villa emplazada en Chayofa (Arona). La zona de la Isla que acapara la mayor parte del empleo que se genera no tiene un parque de viviendas en alquiler que satisfaga la demanda. En el Sureste, Fasnia no está en este mercado y los precios oscilan entre 500 y 1.750 euros, con Barranco Hondo (Candelaria) y Puertito de Güímar como los núcleos con el alquiler más alto. En Abona sobresale Arico, en cuya medianía (Arico Nuevo) se paga un máximo de 6.000 euros por alquilar una casona construida en 1.650, mientras Abades reserva para nómadas digitales dos ofertas de 2.200 y 1.680 euros. En el Médano, en Granadilla de Abona, alquilar una vivienda tiene un coste medio de 1.300 euros, mientras que en San Isidro –una localidad residencial– es de 750 euros. Esta nueva normalidad en el mercado se constata en San Miguel de Abona, con un precio medio cercano a mil euros.

La zona turística.

Arona y Adeje cocnentran los precios más altos. Con una oferta muy escasa (52 y 39, respectivamente), en la aronera Chayofa (cerca del hospital comarcal) alquilan (por temporada corta) un chalet independiente de 182 metros cuadrados, en un solar de 700, tres habitaciones dobles y piscina privada. Precio: 15.000 euros. En el mercado también está, en la adejera Playa del Duque, una villa de 500 metros cuadrados (5 habitaciones) por 11.900 euros. Con esas excepciones, el alquiler medio en la zona turística supera los 1.500 euros. Por el Suroeste, en Guía de Isora se paga de 700 a 1.200 euros y en Santiago del Teide, desde 374 hasta 2.500. Vilaflor solo tiene una vivienda en el mercado, por 760. La conclusión de los expertos es: poco y muy, muy caro.

Alquilar en Santa Cruz de Tenerife

180 Oferta de alquileres

El mercado inmobiliario del municipio capitalino ofrece hoy 180 opciones de alquiler a precios de 450 a 2.600 euros.

800 euros en el centro

El precio medio del alquiler de un piso en el centro de Santa Cruz de 70 a 90 metros cuadrados es de 800 euros.

500 euros en las afueras

El precio medio del alquiler de un piso en las afueras de Santa Cruz de tamaño estandar es de 800 euros.

Alquilar en La Laguna

44 Oferta de alquileres

El mercado inmobiliario del municipio lagunero ofrece hoy solo 44 opciones de alquiler a precios de 425 a 2.200 euros.

850 euros en el centro

Apenas hay ofertas en el mercado formal en el centro de La Laguna y la poca que existe supera 850 euros de media.

450 euros a las afueras

El precio medio del alquiler de un piso en las afueras de La Laguna de tamaño estandar es de 450 euros.

Alquilar en el norte de Tenerife

160 Oferta de alquileres

El mercado inmobiliario del norte de la Isla ofrece solo 160 opciones de alquiler a precios de 400 a 8.000 euros.

650 euros en la medianía

Aunque los precios oscilan bastante entre los 15 municipios, se puede alquilar por una media de 650 euros.

750 euros en la costa

Para aspirar a un piso de más de 80 metros cuadrados hay que desembolsar más de 750 euros la costa más turística.

Alquilar en el sur de Tenerife

222 Oferta de alquileres

El mercado inmobiliario del sur de la Isla ofrece solo 222 opciones de alquiler a precios de 374 a 15.000 euros.

800 euros en la medianía

Aunque los precios oscilan bastante entre los 12 municipios, se puede alquilar por una media de 800 euros.

1.200 euros en la costa

Con la excepción de las villas, el coste medio del alquiler en la costa sube a 1.200 euros, 750 en la zona no turística.