La victoria del operativo en la batalla de la ladera de Tigaiga es decisiva. Tanto que ya ayer por la tarde, en la cuarta jornada del incendio que azota la Corona Forestal del norte de Tenerife, empezaron a llegar las primeras previsiones optimistas, como la del presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, que pasadas las 19:00 horas aseguró que «el fuego no está perimetrado ni controlado pero se debilita y esperamos poderlo contener en las próximas horas».
Pese a que esta zona de Los Realejos ha sufrido muchos incendios en las últimas décadas, las llamas aún no habían entrado en la escarpada orografía de la ladera de Tigaiga. «Nos ha sorprendido lo que ha ocurrido en Tigaiga porque desde 1903 no se quemaba, según nuestros datos», señaló Bernabé Gutiérrez, mando de las brigadas forestales (Brifor) del Cabildo de Tenerife, el equipo más numeroso (150 personas) del operativo desplegado después de que el jueves brotara el incendio en Los Campeches.
El fuego se metió por los mismos riscos donde se despeñó en 1496 el mencey Bentor, penúltimo líder aborigen del Menceyato de Taoro, un suicidio ritual para no entregarse a las tropas castellanas que habían conquistado su reino. La noche del sábado y ayer por la mañana se vivió otra batalla muy dura pero esta vez contra las llamas. A las pendientes y el calor se sumaban las piedras y ramas que caían por la ladera arrastrando material incandescente que dejaba un reguero de nuevos focos potenciales.
Los operarios, dada la cercanía del pueblo de Tigaiga, pusieron todo el empeño en este punto y, ya entrada la mañana, lograron acotar las llamas con la ayuda decisiva de los medios aéreos. «Parecía imposible. El fuego bajaba rápido por la ladera y muchas de las zonas eran inaccesibles. Pero al menos conseguimos contener la situación», celebró el mando de la Brifor. Ayudó mucho el viento, que no superó los 15-20 kilómetros por hora.
Este factor, los ataques de las brigadas, el hecho de que las llamas se quedaran sin combustible vegetal en la cima y, sobre todo, los más de un millón de litros de agua lanzados por los 11 helicópteros y dos hidroaviones permitieron que la propagación del fuego se ralentizara en sus múltiples frentes, tanto en el mencionado de Tigaiga como en los de Icod y La Orotava, o los que se dirigían a la cumbre y la costa.
Prudencia ante todo.
Las autoridades mantenían, de todas maneras, la prudencia pues como se ha visto en este mismo incendio, un cambio brusco del tiempo puede volver a empeorar la situación. Y más teniendo en cuenta que vienen días de más calor hasta el miércoles, que es cuando se prevé que empiecen a descender las temperaturas. Julio Pérez, consejero de Seguridad del Gobierno de Canarias, lo resumió así: «El fuego se ha debilitado. Ha habido avances en el operativo que esperamos sean más significativos durante las próximas horas».
Último balance.
En el cuarto día, el incendio en la Corona Forestal del norte de Tenerife deja un balance de 2.700 hectáreas quemadas –500 más que en el balance del sábado– en un perímetro de 27 kilómetros –7 más que el sábado–. Mientras, hay 585 personas desalojadas, las mismas que el día anterior. Se encuentran en casas de familiares y amigos o en 12 hoteles contratados por los ayuntamientos, principalmente los de Los Realejos y La Orotava. Estos municipios, así como La Guancha, San Juan de la Rambla e Icod de los Vinos, sufren las consecuencias de las llamas. Las autoridades permitieron a algunos de estos vecinos volver a sus viviendas durante un tiempo prudencial y siempre acompañados de miembros del operativo de seguridad. Otro dispositivo que ha funcionado es del cuidado de animales, principalmente mascotas, ganado y caballos. Los que estaban en las zonas más cercanas a las llamas se han llevado a refugios y fincas que se han ofrecido para cuidarlos mientras se mantengan las evacuaciones.
Incidencia «mínima» en el Parque Nacional del Teide.
El fuego entró el viernes en el Parque Nacional del Teide, por la zona de La Fortaleza, pero según la información facilitada ayer por el Cabildo de Tenerife, que gestiona el espacio natural más visitado de Canarias, su afección en este punto ha sido «mínima», a la espera de la evolución del fuego en las próximas horas, que parece tender al control. En esta parte de la cumbre, la clave ha sido que las llamas se han quedado sin materia para quemar.
Cuidado: viene más calor.
La previsión es que el fuego se pueda perimetrar entre hoy y mañana. Pero todo dependerá de las condiciones del tiempo. Y son buenas en algunos aspectos y malas en otros. Por ejemplo, las previsiones meteorológicas apuntan a que el viento seguirá sin superar los 15-20 kilómetros por hora, lo cual ayudará –como ayer domingo– a parar las llamas. Por contra, la humedad no superará el 30-40% y las temperaturas aumentarán entre hoy y mañana después de moverse ayer entre los 28 y los 33 grados en la zona del incendio. «Las previsiones apuntan a que al menos la subida de los termómetros no se dará en las zonas más altas de la cara norte de la Isla, donde se desarrolla este incendio», matizó el consejero de Seguridad canario, que subrayó que «las próximas horas van a ser decisivas».
El ruido de los hidroaviones.
Los dos hidroaviones del Grupo 43 del Ejército del Aire, procedentes de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), no cesaron de sobrevolar ayer la ciudad de Santa Cruz de Tenerife a baja altura durante la mañana y la tarde. Los hidroaviones se decantaron por las tranquilas aguas de la bahía chicharrera para cargar agua y soltarla sobre las llamas. Lo hicieron principalmente en el Puerto capitalino y la playa de Las Teresitas. El ruido de los motores fue la banda sonora de un domingo sofocante, con temperaturas que superaron los 33 grados y una intensa calima en Santa Cruz.
Algunos equipos empiezan la retirada; otros se incorporan.
Algunos equipos procedentes de Gran Canaria y La Gomera regresarán hoy ante el alto riesgo de incendios forestales en sus islas. El operativo en el norte de Tenerife, aún así, se mantendrá con más de 200 efectivos, así como con 13 medios aéreos. Incluso, llegarán profesionales y material de refuerzo en un Airbus 310 del Grupo 45 del Ejército del Aire.
El incendio forestal en el norte de Tenerife deja estampas desoladoras como estás: los pinos canarios calcinados por las llamas, el humo que todavía sale del monte en las cumbres y un ave muerto entre árboles quemados, posiblemente un ejemplar de pico picapinos.
