Construir un nuevo puerto en Fonsalía (Guía de Isora), ampliar la capacidad del muelle de Los Cristianos o trasladar las líneas de tráfico marítimo que conectan Tenerife con La Palma, La Gomera y El Hierro del recinto de Arona a los puertos de Santa Cruz de Tenerife o Granadilla. Son las tres alternativas que se manejan para resolver el colapso del Puerto de Los Cristianos, reconocido por la Autoridad Portuaria de la provincia tinerfeña. Un dato: por allí pasaron en 2019, el año anterior a la pandemia del coronavirus covid-19, 1.0970.455 pasajeros frente a los 1.391.561 de 1996, 578.894 más. Y las instalaciones siguen igual desde hace 25 años.

El muelle situado en Arona, una de las principales ciudades turísticas de Canarias, es de titularidad estatal y tiene la condición de interés general. Esas características lo convierten en especial. Basta para explicar la importancia del tráfico marítimo hacia las islas periféricas desglosar la diferencia de pasajeros con destino a La Gomera en el ya mencionado año 2019: por el aeropuerto, 77.585 viajeros; por el puerto de San Sebastián, 1,5 millones.

No hay unanimidad entre los consultados, ni siquiera siendo del mismo partido como los socialistas Pedro Martín, presidente del Cabildo, y José Antonio Valbuena, consejero de Transición Ecológica y Cambio Climático en el Gobierno de Canarias. Los expertos apuntan antes que nada a un factor importante: la histórica falta de comunicación de las administraciones canarias con el estado, que gestiona los puertos, respecto a las líneas marítimas interinsulares. Estas son las opciones y sus pros y contras.

Fonsalía, la costa elegida

El proyecto del nuevo Puerto de Fonsalía es la apuesta de empresarios y la mayoría de las fuerzas políticas, aunque con divisiones en el PSOE, como demostró ayer el consejero regional de Transición Ecológica y Lucha contra el Cambio Climático, José Antonio Valbuena, al proponer Granadilla como alternativa y rechazar Fonsalía. Litoral de Guía de Isora, entre Playa San Juan y Alcalá. El macropuerto, como lo denominan los ecologistas, se proyecta para uso comercial, deportivo y pesquero. La finalidad principal es servir de plataforma para el tráfico de pasajeros y mercancías de las islas occidentales ante la congestión de Los Cristianos. La iniciativa contempla el dique –de 739 metros–, una zona para atraque de cruceros, dos explanadas con capacidad para 820 turismos y 297 camiones, además de una estación marítima que ocuparía 4.000 metros y contaría con 270 plazas de aparcamiento.

El pleno del Cabildo aprobó el 30 de julio el apoyo mayoritario al Puerto de Fonsalía con la excepción de Sí Podemos Canarias, socio externo de PSOE y Ciudadanos, que votó en contra. El presidente insular, Pedro Martín, exalcalde de Guía de Isora, es un firme defensor de este proyecto «por los beneficios que aporta en las comunicaciones y la economía interinsular, así como en materia medioambiental». Asegura ser «respetuoso con la opinión de quienes no quieren un nuevo puerto», pero no entiende «la falta de coherencia». Explica que «CC decía apoyar el puerto en el pasado, pero en la oposición se pone al lado de los colectivos ecologistas. Ahora es un sí, pero tal vez con traslado a Granadilla o a Santa Cruz». «Desde la comodidad y los tiempos de trayecto, me parece una barbaridad. Sería tremendo mezclar usos comerciales con industriales en Granadilla. Aumentaría el consumo de gasoil y las emisiones de CO2. Y olvidamos a los ciudadanos que utilizan este medio de transporte, sobre todo a los de La Palma, La Gomera y El Hierro. Mantengo mi apoyo decidido al puerto de Fonsalía».

También se han posicionado claramente a favor los empresarios. Por ejemplo, Fepeco. Su presidente, Óscar Izquierdo, es rotundo: «Tenerife quiere el puerto de Fonsalía». Y añade: «El Hierro, La Gomera y La Palma también lo demandan». Critica a «los noistas endémicos, minoritarios y sectarios, que paran todo e impiden el crecimiento económico y el desarrollo social de la Isla, para impedir su liderazgo regional». Izquierdo añade: «La caducidad de la Declaración de Impacto Ambiental al proyecto es la demostración, una vez más, del fracaso de la gestión política y burocrática en Tenerife».

El Círculo de Empresarios y Profesionales del Sur de Tenerife (CEST), por su parte, pide a las administraciones públicas «medidas que ayuden a superar el colapso marítimo y terrestre que sufre el Puerto de Los Cristianos». Su presidente, Roberto Ucelay, solicita que se reconsidere la posibilidad de recuperar el anteproyecto planteado en la primera década de 2000 para ampliar Los Cristianos con un segundo dique que aliviaría la situación actual. «Esta obra, junto a la creación de un plan de replaneamiento urbanístico en tierra, podría ser la forma más rápida de superar el colapso en Los Cristianos» , explica Ucelay. Y concluye: «Esta ampliación sería una solución provisional hasta que se habilite el Puerto de Fonsalía, cuya puesta en marcha permitiría reducir los trayectos entre islas y, en consecuencia, su coste, facilitando la movilidad de pasajeros y mercancías».

Eugenio Reyes, portavoz de Ben Magec Ecologistas en Acción, está en las antípodas. Resume en una frase su oposición al planteamiento de los empresarios: «Habrá que ayudar a evolucionar a los empreSAuros de la sociedad anónima del cemento para que se incorporen a la economía social del sentido común y el conocimiento». Reyes apunta otra reflexión: «Por un atasco en La Laguna no vamos a multiplicar la Universidad por dos». Considera que Los Cristianos tiene «un problema de accesibilidad, pero no de dimensiones». «Apenas cubre el 30% de su tasa de ocupación portuaria». Ben Magec forma parte de la Plataforma Salvemos Fonsalía que hoy se acerca a las 400.000 firmas de apoyo en internet. Reyes añade: «A Fonsalía acuden 700.000 turistas cada año a ver los cetáceos. No matemos la gallina de los huevos de oro cuando Tenerife ya tiene cuatro puertos». Concluye con un «no estamos en contra de nadie» pero manda de nuevo un mensaje a los empresarios: «Felicidades a los de la construcción por reducir los índices de carbono pero resulta insuficiente. Es hora de pasar de la economía de cemento a la economía del conocimiento».

Los ecologistas consideran que «la construcción de este macropuerto es un atentado medioambiental». Lo fundamentan así: «Este proyecto estaría ubicado en medio de la Zona de Especial Conservación (ZEC) Franja Marina Teno-Rasca». Las ZEC pretenden «asegurar la supervivencia a largo plazo de las especies y los hábitats naturales más amenazados de Europa». Con la contribución de «detener la pérdida de biodiversidad ocasionada por el impacto adverso de las actividades humanas». La realización del puerto «produciría graves impactos directos e indirectos en la vida marina y hábitats protegidos».

Por eso, Ben Magec Ecologistas en Acción asegura oponerse «rotundamente» a la construcción del Puerto de Guía de Isora, y opta por la «alternativa 0»; o sea, no construirlo. «En 25 kilómetros de litoral ya hay cuatro puertos a día de hoy por lo que no es necesario ni estratégico construir uno más».

Los Cristianos: soterramiento

José Julián Mena, alcalde de Arona, apuesta por el Puerto de Los Cristianos. Basa su razonamiento en una solución urbanística: el soterramiento en la avenida Chayofita. Recuerda que «Los Cristianos no puede esperar años para tramitar Fonsalía y merece una inversión de 40 millones». El alcalde, del PSOE, considera que «quienes hoy defienden Fonsalía no están siendo realistas ante una de las claves de la situación, que no es anecdótica: la caducidad de la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto». Insiste en que «con las nuevas exigencias técnicas europeas, conllevaría años de tramitación sin garantías de éxito». Todo ello, además, «con Los Cristianos como principal víctima, una ciudad que requiere una inversión de apenas una cuarta parte de lo que cuesta el nuevo puerto en Guía de Isora –40 millones de euros frente a 200–».

Mena entiende que «la solución que permitiría resolver el problema endémico de las colas sería hacer soterrada la avenida Chayofita y que los vehículos puedan salir casi directamente a la autopista, además de dar un paso enorme en la modernización con una gran zona de bulevar en superficie y un intercambiador de transporte». El regidor, además, plantea: «si el daño ambiental que supone el puerto de Fonsalía, planificado con una mentalidad desarrollista y una antigüedad de 25 años, no merece estudiar alternativas como las que plantean el Ayuntamiento, la Universidad de La Laguna, formaciones políticas y diversas organizaciones».

El alcalde de Arona considera el proyecto de Fonsalía «insostenible y sin garantías en su tramitación». Cree que «otro puerto en Guía de Isora no resuelve el problema en un plazo razonable, genera enormes daños y la culminación de la tramitación no ofrece garantías, por lo que, al finalizar, el problema de Los Cristianos habrá ido a peor con respecto a la situación actual».

Mena considera que, por tanto, «existen alternativas que no pasan por un proyecto ideado hace más de dos décadas». De hecho, señala, «Fonsalía contradice los valores que, en la actualidad, defiende la propia Unión Europea, para la cual las actividades económicas marinas deben ser inteligentes, sostenibles y equitativas». Ben Magec es un aliado en esta idea desde otra posición política: «La saturación del Puerto de Los Cristianos puede solucionarse con una mejor gestión de los horarios de las pocas líneas navieras que operan y de la accesibilidad para evitar atascos».

Granadilla y Santa Cruz

«Mejorar Los Cristianos y potenciar Granadilla». Es la solución híbrida del consejero regional de Transición Ecológica José Antonio Valbuena (PSOE). Sobre el colapso en Los Cristianos valora: «Este es un problema de comunicación entre las islas no capitalinas y Tenerife, pero, sobre todo, con La Gomera. Y exige una solución. Entendemos que hay ideas para poder mejorar la situación actual de Los Cristianos que no es sostenible. Pero se trata de explorar algún tipo de alternativa real, a corto plazo, más económica y factible».

Sobre el Puerto de Fonsalía, Valbuena señala: «Esa infraestructura se concibe en un momento y ahora tenemos una realidad ambiental totalmente distinta». Cree que «es necesario buscar y poner alternativas que, sin ser Fonsalía, pueden ser más cortas en el tiempo: mejorar Los Cristianos y potenciar Granadilla. Son más económicas y, sobre todo, más sostenibles desde el punto de vista ambiental». Concluye: «Lo que nos interesa es resolver ese problema de comunicación lo antes posible. Hay un camino a medio y corto plazo, y otro que veo muy complicado».

Otra opinión experta es la del senador socialista y expresidente de la Autoridad Portuaria, Pedro Anatael Meneses. Ha manifestado públicamente que «el Puerto de Fonsalía no cumple la ley» después de la caducidad de la DIA. El senador del PSOE propone que se desvíe el tráfico marítimo, ante el colapso del Puerto de Los Cristianos, a Granadilla. Argumenta: «Yo fui un defensor de Fonsalía en su momento, pero en esta situación tenemos que rentabilizar los 400 millones gastados en Granadilla».

El diputado regional de Podemos Manuel Marrero coincide en parte: «Se ha construido el muelle de Granadilla, una obra innecesaria que ha costado más de 400 millones de euros y aún no se ha demostrado su utilidad». Marrero añade: «Si este muelle se usara como el de Los Cristianos, sin grúas, con barcos para mercancías y pasajeros, así como unos magníficos accesos a través de un polígono industrial, podría sustituir en gran parte al actual de Los Cristianos. Además de unir Granadilla con Arinaga en el Sur de Gran Canaria, de similares características». Por lo tanto, «hacer innecesario el proyecto de Fonsalía». Uno de los problemas de desviar el tráfico marítimo comercial a Granadilla es el de las mareas que podrían complicar las maniobras de los barcos de pasaje. Además de que las navieras no quieren en principio porque supone una distancia de navegación mayor.

Otra de las alternativas sería el Puerto de Santa Cruz. Los expertos consultados lo consideran «inviable» por razones de lejanía y gasto de combustible. Fernando Sánchez Caro, capitán de la Marina Mercante y exprofesor de la Escuela Náutica, se decanta «sin entrar en cuestiones ambientales y con respeto a los ecologistas» por Fonsalía. Ha hecho un detallado estudio sobre distancias y tiempos de travesía. Tiene claro que «en todos los países con Islas se opta por los trayectos más cortos y entre lugares cercanos». De Santa Cruz a La Gomera, el cálculo son dos horas de travesía y un aumento en el gasto de combustible. De Fonsalía a San Sebastián «16 millas a 32 nudos, 30 minutos en un ferry y 44 en uno comercial». Menor tiempo, menor contaminación y en lo ecológico «con velocidad modulada para no perjudicar a los cetáceos».

En el pasado hubo otras alternativas que han sido desechadas. Por ejemplo, la posibilidad de ampliar el Puerto de Playa San Juan, propuesta por los pescadores de Guía de Isora, ya en 2004 con defensa del valor ecológico de Fonsalía. O Playa Santiago, en Alajeró (La Gomera), también desestimada en principio. Casi definitivamente porque hay un proyecto de ampliación actualmente en marcha.