La escena se repite habitualmente antes y después de la salida de los barcos: caos de tráfico, colas de vehículos, pitas, esperas, un aire irrespirable... El Puerto de Los Cristianos se ha quedado muy pequeño para el enorme movimiento de pasajeros y vehículos que soporta cada año. Las estadísticas corroboran una sensación que llevan años denunciando representantes de las administraciones públicas, políticos y empresarios. El último que lo hizo, de una forma muy contundente además, fue Casimiro Curbelo, presidente del Cabildo de La Gomera, el pasado viernes: «La ciudadanía no puede aguantar ni un minuto más esta situación en un puerto que se abarrota cada vez que sale un barco».

Con una superficie 17 veces menor que el Puerto de Santa Cruz de Tenerife, el de Los Cristianos concentra más pasajeros en régimen de transporte –sin contar a cruceristas y excursionistas– que el recinto de la capital tinerfeña. Entre 2015 y 2020 pasaron por sus reducidas instalaciones 9,1 millones de pasajeros, a una media anual de 1,52 millones. Y si se suman a cruceristas y excursionistas, la cifra se eleva a 10,1 millones y la media, a 1,68 millones. En cuanto a vehículos, la instalación del municipio de Arona movió estos seis años a 2,2 millones, cifras muy por encima de su capacidad.

E.D. - ESTEBAN PÉREZ (SOL DEL SUR) - PUENTE DE MANDO Imagen de las filas de coches que se amontonan en el puerto de Los Cristianos.

Todos coinciden en que el Puerto de Los Cristianos no puede seguir absorbiendo tal movimiento de personas y vehículos, al ser el único nodo marítimo entre Tenerife y las otras islas de la provincia: La Gomera, La Palma y El Hierro. Y menos cuando se encuentra en pleno corazón de una de las ciudades turísticas más pobladas de Canarias –Los Cristianos tiene 16.000 habitantes– y cuando carece de cualquier posibilidad de ampliación. Con un solo muelle, encajonado entre la playa de Las Vistas, el centro de la ciudad y la playa de Los Cristianos, este puerto que surgió de un refugio pesquero tiene además otro grave problema: sus accesos convergen con los de entrada y salida de Los Cristianos desde la autopista del Sur. Un verdadero cuello de botella. «Había vehículos por todos lados, tres carriles abarrotados y uno por el que se hizo el desembarque», detalló el viernes Casimiro Curbelo, que admitió que ante este caos «no valen las medias tintas». «La clase política está acostumbrada a los mensajes de halago, pero situaciones como estas hay que denunciarlas porque frente a una problemática de esta envergadura no valen los colores políticos».

Colas de vehículos que intentan salir o entrar al recinto portuario de Los Cristianos. E.D. - ESTEBAN PÉREZ (SOL DEL SUR) - PUENTE DE MANDO

En lo que no hay coincidencia es en la solución. La más defendida por administraciones y empresarios, incluido el propio presidente gomero y diputado regional, es la construcción del Puerto de Fonsalía, en el cercano municipio de Guía de Isora, que permita descongestionar el de Los Cristianos. La pidieron a finales de julio una amplia mayoría de partidos en el pleno del Cabildo –PSOE, Ciudadanos, CC y PP votaron a favor de esta infraestructura–, la defiende el mismo presidente del Cabildo tinerfeño, Pedro Martín, y la volvió a pedir ayer la patronal de los constructores de la provincia tinerfeña. Óscar Izquierdo, presidente de la Federación de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife (Fepeco), cree que esta alternativa de Guía de Isora es «necesaria» y «urgente», entre otras cosas para desatascar el embotellamiento de Los Cristianos, y acusa al Gobierno de Canarias de «frenar el desarrollo de Tenerife al dejar caducar el informe de impacto ambiental del proyecto».

No hay ni siquiera coincidencia en el propio PSOE, que gobierna en el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias. Mientras un sector importante del PSOE insular defiende el Puerto de Fonsalía, otro sector no menos importante lo rechaza, alegando similares argumentos que el fuerte movimiento ecologista de oposición que ha surgido en la Isla: el enorme impacto que tendría ese muelle en una zona de especial sensibilidad medioambiental por la presencia de importantes poblaciones de cetáceos en las aguas entre Tenerife y La Gomera. Aunque el proyecto es competencia de la Consejería de Obras Públicas –la declaración de impacto caducó en diciembre de 2020–, es el responsable de la Consejería de Transición Ecológica y Lucha contra el Cambio Climático el que más se ha opuesto al plan Fonsalía. Lo considera inviable y sin futuro ante la alta protección ambiental de las aguas frente a los municipios de Arona, Adeje, el propio Guía de Isora y Santiago del Teide.

El 27 de enero, la costa suroeste de la Isla fue declarada Patrimonio Mundial de las Ballenas, el primer espacio marino de Europa que lo logra. Es una franja marina de 22 kilómetros entre la punta de El Fraile (Teno, municipio de Buenavista del Norte) y Punta Salema o de Rasca (Las Galletas, municipio de Arona) que ya fue declarada Zona Especial de Conservación (ZEC) y Punto de Esperanza Marina. En estas aguas calmas y subtropicales sobresale la colonia estable de ballenas piloto –también conocidas como calderones tropicales–, formada por unos 250 ejemplares. Pero además de estos cetáceos sociables y habituados a la presencia humana también se pueden ver cachalotes, rorcuales tropicales, delfines, orcas o zifios. De ahí que la Alianza Mundial de Cetáceos eligiera la franja de Teno-Rasca como el primer Lugar Patrimonio de Ballenas de toda Europa y el tercero del mundo, después de Hervey Bay (Australia) y The Bluff (Sudáfrica), una declaración que reconoce la observación responsable y sostenible de delfines y ballenas.

El responsable de la patronal de la construcción asegura que la Consejería de Transición Ecológica «se podría haber ahorrado» el estudio que ha encargado a la Universidad de La Laguna sobre los valores ambientales que rodean el entorno de Fonsalía «después del despilfarro del erario que ha supuesto la caducidad de la declaración de impacto ambiental, de la que alguien tendrá que responder». «La desconfianza ya es mayúscula, después de tantos años con el noismo por bandera», opina Óscar Izquierdo, que ve «oportuno encargar también a la misma Universidad un estudio socioeconómico sobre la incidencia que, sobre la riqueza social, el empleo y la reactivación económica de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro tendría el Puerto de Fonsalía». «Hay que ser valientes, que es lo que le falta a la Consejería y a los ínclitos noístas». Izquierdo considera que falta objetividad: «Es lo que no ha existido en ningún momento: tomar las decisiones que beneficien al conjunto de la Isla y de la sociedad en nuestra provincia y no al capricho de una minoría decantada políticamente y excesivamente ideologizada».

Presión en ambos bandos

La presión para construir el Puerto de Fonsalía como solución al colapso de Los Cristianos crece cada día. También lo hace el número de firmas contra esta alternativa que reúne Ben Magec Ecologistas en Acción, con el apoyo de otras importantes organizaciones verdes como Greenpeace, Oceana, WWF, SEO Birdlife, la asociación de empresas de avistamiento de cetáceos (Acest) y la asociación Canarias Archipiélago Sostenible. La campaña Actúa por Hope. Detén el nuevo macropuerto en Tenerife acumulaba ayer más de 387.000 firmas en la plataforma YouMoveEurope.

A la izquierda, panorámica aérea del Puerto de Los Cristianos. Abajo y arriba, varias imágenes de las filas de coches que se amontonan en las reducidas instalaciones del muelle aronero cando salen los barcos a La Gomera, La Palma o El Hierro, y los atascos en los accesos.