El turismo tinerfeño, el principal motor de su economía, da por perdida la temporada de verano y empieza a pensar en el invierno. Salvo un repunte de última hora que nadie espera, las expectativas de ocupación para agosto no pasan del 60% en la visión más optimista, mientras siguen cerrados cuatro de cada 10 hoteles. Esto apunta Juan Pablo González, gerente de la patronal hotelera de la provincia tinerfeña (Ashotel) y corroboran los empresarios del sector. «En este mes de julio nos estamos moviendo en una ocupación del 35% y no se espera que suba mucho en agosto. Las previsiones para este verano son malas y ya muchos hoteles y apartamentos empiezan a preparar el invierno», detalla.

La culpa la tiene la quinta ola de la pandemia del coronavirus covid-19. Cuando todos pensaban que el avance de la vacunación iba a provocar una caída de los contagios, la realidad es que los casos han subido y hasta batido récords esta semana. «La quinta ola ha generado mucha incertidumbre. Ni siquiera los ingleses, que ya no tienen restricciones, se animan a viajar por la situación internacional de la pandemia. Llegan pero en un volumen muy inferior a lo que se podía esperar», detalla el gerente de Ashotel. Juan Pablo González deja claro que «es muy difícil hacer pronósticos en esta coyuntura, ni siquiera más allá de una semana», pero parte de la base de que la ocupación va a estar «muy por debajo» de las cifras de un verano sin pandemia, que solían superar el 95% con creces.

Roberto Ucelay, empresario hotelero y presidente del Círculo de Empresarios y Profesionales del Sur de Tenerife (CEST), ve «demasiado optimista» hablar de más de un 60% para agosto. «Las previsiones son muy negativas. Hay mucha reserva de última hora pero no es suficiente», asegura. «Ahora queda esperar a que se agilice el reparto de las ayudas extraordinarias por la pandemia y prepararse para el invierno. El panorama está lleno de vaivenes e incógnitas. Hubo un momento en que se pensó que este verano no iba a estar mal, pero llegó la quinta ola y ya vemos lo que está pasando», recuerda.

Muchas ganas de viajar

Ucelay cree que «hay muchas ganas de viajar y de salir de esta situación» pero admite que, a la espera del avance de la vacunación, los datos sanitarios «no han ayudado nada» este mes de julio. Y el mercado local y nacional, aunque se ha animado un poco, «no es suficiente» para reactivar el turismo tinerfeño, con un peso descomunal en el tejido productivo local. De hecho, la Isla venía antes de la pandemia de batir récord de turistas: 6,1 millones en 2019. «Ni siquiera los ingleses, que venían mucho en verano y acaban de dejar atrás las restricciones, se han lanzado a viajar. La incertidumbre está acabando con los planes de vacaciones», comenta el presidente del CEST.

Juan Francisco Reverón, hotelero tinerfeño, califica la situación de «catastrófica». «Hemos perdido tres campañas, dos de verano y una de invierno, y todavía no sabemos qué va a pasar el próximo periodo invernal», asegura con preocupación. Reverón cree la ocupación en agosto «no va a pasar del 50 por ciento» y añade que hay que empezar a trabajar para el invierno. «Todo depende de la vacunación. Si llegamos a septiembre con más de un 70% de la población vacunada, la esperanza es que el mercado empiece a recuperarse en octubre».

«Estamos muy tocados, los empresarios, los trabajadores y el resto de empleados que dependen indirectamente del turismo. Este parón tan prolongado está causando estragos, incluso a nivel psicológico», asegura Juan Francisco Reverón. El empresario pasa a tocar un punto que está caracterizando este mes de julio y que ha generado mucho debate en el sector: los descuentos en hoteles y apartamentos que ya han abierto en Tenerife. Algunos cinco estrellas han llegado a ofrecer descuentos incluso del 40%, algo que para Reverón «no puede ni debe durar mucho».

«Estas ofertas se pueden utilizar en un momento determinado pero no se pueden mantener; es contraproducente. Abaratar el precio conlleva recortes en los servicios que se prestan a los clientes y puede mermar la calidad, no solo de los propios establecimientos, sino también del destino. Hay que recordar que Tenerife destaca por su oferta alojativa de alta calidad y los descuentos pueden afectar a ese sello y desvalorizarlo», destaca.

Altos precios de los vuelos

Opina lo mismo el gerente de la patronal hotelera de la provincia. «Hay que tener cuidado con las bajadas de precios, que se dan sobre todo en las ofertas de escapadas, porque pueden dañar a la larga la reputación de los establecimientos y la marca turística», considera Juan Pablo González.

Hay otros muchos frentes abiertos. Otro que apunta Juan Pablo González es el elevado precio de los billetes desde la Península, que frena la llegada de turismo nacional. «Tenemos que buscar fórmulas para que se abaraten los precios de estos billetes. Para venir a Canarias, a una sola persona el ida y vuelta le puede costar 400 euros o más. Imagínese lo que supone para una familia de cuatro miembros...».