Los campamentos de verano son fundamentales para algo tan simple como tener «dónde dejar a los chiquillos» en esta época sin clases. La amenaza del nivel 4 de alerta sanitaria en Tenerife –no confirmada al final– ha originado la respuesta inmediata de padres, colectivos, parques y ludotecas que han elevado a la iniciativa popular de la plataforma digital change.org una petición para que se mantengan porque, valoran, resultan «imprescindibles» para lograr la conciliación de la vida laboral y familiar en esta época estival. Los niños han acabado el curso escolar y los progenitores continúan trabajando. Desde el Cabildo, a través de su consejera de Educación, Juventud y Deportes, Concepción Rivero, entienden que «la fórmula de la burbuja con los protocolos establecidos durante el curso ha funcionado estos primeros quince días de julio y podría mantenerse».

A última hora de ayer, 920 personas habían firmado la iniciativa con un concepto insular. Los razonamientos quedan claros en el argumento central. Incide en que «los campamentos son una necesidad básica para las familias que trabajan. No se trata de un espacio para jugar y entretener a los niños en verano sino que es un servicio fundamental para la conciliación laboral y familiar». Y añade: «Si el Gobierno de Canarias los cierra, miles de familias se encontrarán con un problema porque no tienen con quien dejar a sus hijos durante la jornada laboral». Argumentan que «el sector infantil, como se ha demostrado este año en los colegios, cuenta con los suficientes protocolos y medidas sanitarias para garantizar la seguridad de los niños». A la campaña se ha sumado Coalición Canaria de Tenerife que ha mostrado su «rechazo al cierre, aplazamiento o suspensión por el posible endurecimiento de las medidas restrictivas».

El secretario general insular de los nacionalistas tinerfeños, Francisco Linares, valora: «Este es un asunto muy importante, también por los alumnos de cuota cero, ya que existen familias, desgraciadamente, con una gran precariedad económica; por eso apelamos al sentido común dentro de la responsabilidad». Linares añade que apoyan «todas las peticiones que plantea el sector». Reclaman que «la ciudadanía también se sume a la campaña de change.org».

El secretario general de CC insiste en que los campamentos son «una necesidad básica para las familias», por lo que exige al Gobierno de Canarias que «tenga en cuenta a los menores” y no los cierre aún en Nivel 4. Linares reflexiona: «Si clausura los campamentos de verano, miles de familias se encontrarán con un problema porque no tienen con quien dejar a sus hijos durante su jornada laboral”. Y sentencia que “el existen los suficientes protocolos y medidas sanitarias para garantizar la seguridad de los niños». Eso se ha demostrado «claramente», valora, durante este ejercicio escolar tanto en las diferentes etapas educativas como en las ludotecas o en los centros para niños de 0 a 3 años, las guarderías.

Cumplir la ley «con matices»

Concepción Rivero, consejera insular por Ciudadanos, aclara: «Hay dos clases de campamentos de verano. Los de Educación y Juventud, que incluyen pernoctación se han suspendido porque no es posible quedarse por la noche en el Nivel 3 en el que estamos ahora». En cuanto a los de «Deportes, hemos mantenido el del Centro Insular de Atletismo de Tíncer (CIAT) porque cumple todo el protocolo». Subraya: «Hay grupos burbuja de cuatro chicos con las medidas sanitarias. Es decir, mascarillas obligatorias, sobre todo para los menores de seis años, lavado continuo de manos y distancia de seguridad».

Rivero reconoce que «en Nivel 4 no se puede celebrar ningún tipo de campamentos. Ni públicos ni privados». Pese a partir de que «hay que cumplir la ley», aclara que «como consejera de Ciudadanos, y en mi opinión personal, no como grupo de gobierno, pienso que hay que tomar más medias específicas y quirúrgicas en este ámbito concreto».

Ahora mismo, recuerda Rivero, «todos los campamentos en los que hay pernoctación están suspendidos porque «el Gobierno de Canarias ha tomado esa decisión sin valorar otro tipo de acciones menos radicales, alternativas que no lleven a suprimirlos». Concluye la consejera insular: . «Creo que antes de esas medidas drásticas hay otras opciones. No tiene sentido permitir actividades culturales en recintos cerrados e impedirlas al aire libre con todas las garantías de seguridad».