Sebastián Martín, alcalde de Arico, se manifiesta convencido de que «con la presa de El Río, el incendio se habría controlado mucho antes». Uno de los argumentos que le llevan a realizar esta afirmación se refiere al ahorro de tiempo que ello supondría en el operativo aéreo de la lucha contra el fuego. «En la medida que aquí hubiera un depósito para el almacenamiento de agua, con toda seguridad los helicópteros hubieran reduciendo el tiempo de carga y descarga». Es decir, el avance del fuego hacia el barranco de El Río «se hubiera atacado mucho antes y hubiera disminuido el tiempo empleado en su control».

En el entorno de Arico existe un embalse situado en Archifira, en Fasnia. Una obra promovida por los agricultores cuya construcción contó con el apoyo económico del Cabildo de Tenerife. La otra infraestructura de características similares más próxima es la emplazada en Trevejos, en Vilaflor de Chasna. «El municipio de mayor extensión en el sur de Tenerife carece de equipamiento público para almacenar agua», resalta el regidor, quien recuerda que en el incendio se utilizaron balsas privadas locales. El asunto adquiere una «gravedad mayor» ante la importancia de la agricultura ariquera en la comarca y la Isla.

Martín entiende que el tiempo y las circunstancias «nos dan la razón en nuestra demanda de que las administraciones supramunicipales se pongan las pilas y comiencen a tomarse en serio que la puesta en servicio de la presa de El Río no es el capricho ni de este alcalde, ni del gobierno municipal de Arico ni, mucho menos, de los agricultores de Abona». El regidor sostiene que el incendio, «que aún no está extinguido, formalmente», pudo tener menos impacto en el suelo y el monte del municipio «de haber contado con esta infraestructura».

El alcalde ariquero advierte de que «no vamos a dejar de reivindicar y demandar la presa de El Río, porque es un recurso imprescindible para asegurar y desarrollar la actividad agrícola de este municipio y de la comarca de Abona, como mínimo». El hecho de que el último incendio haya evidenciado «aún más» su necesidad «debe contribuir a generar unidad de criterio y motivar la apuesta decidida por responder a esta comarca ante una reclamación que emana de los propios agricultores».

Emplazada a 600 metros sobre el nivel del mar, la presa de El Río pude almacenar tres millones de pipas de agua, equivalentes a millón y medio de metros cúbicos. Esta obra fue proyectada para aprovechar el agua de escorrentía que procede de once cuencas hacia el barranco que da nombre a la infraestructura y que sirve de frontera entre Arico y Granadilla de Abona. Se trata de una infraestructura que nunca entró en servicio y que fue construida durante la década de los años 60 del siglo XX por el Mando Económico de Canarias (MEC). Entre otras actuaciones, precisa la impermeabilización del vaso.