Después una noche de sábado en la que la borrasca 'Karim' dejó fuertes lluvias con vientos racheados de hasta 100 km/h, un domingo reluciente. Pocas nubes fueron las que se dejaron ver en el firmamento; no obstante, sorprendieron dos con forma muy definida. Una, lenticular situada a sotavento del Teide; otra, sobre la cima del mentado pico.

Para muchos entendidos, el popular sombrero del Teide puede conllevar una inminente inestabilidad meteorológica. El autocúmulo lenticular, prueba fidedigna de humedad y viento en cotas altas. Ahora bien, la nube que se apreciaba este domingo a sotavento de la cima captó la atención de los visitantes del Parque Nacional.

Como si se tratara de una respuesta ante una amenaza. La presencia del nimbo sobre ‘el padre’ parecía dar respuesta a la cercanía de la nube con forma de platillo.

La estampa, para los amantes de las obras de J. R. R. Tolkien, se les podría asemejar a una de las imágenes más imponentes de la novela de fantasía épica ‘El Señor de los Anillos’; concretamente, con la panorámica en la que se veía una estribación de las montañas de ceniza de Ered Lithui y la imponente torre de Barad-dûr. El popular ojo de Sauron alojado en lo más alto de la gigantesca construcción reúne un parecido razonable con la nube lenticular que parecía estar sobre una torreta metálica; de fondo, el Teide. Eso sí, sin cenizas y aún con nieve.

Similitud entre ambas estampas; arriba, el Parque Nacional del Teide, abajo, un fotograma de 'Las Dos Torres'.

Similitud entre ambas estampas; arriba, el Parque Nacional del Teide, abajo, un fotograma de 'Las Dos Torres'. E. D.