El Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), dependiente del Cabildo, ha exigido la devolución de algo más de 8.000 euros de una subvención de 2018 al colectivo Sin Identidad, que lucha por la causa de los niños robados durante el franquismo. Así lo ha desvelado Radio Club Tenerife. Intervención ha constatado “la falta de justificación de las ayudas”, lo cual hace perder, además, 40.000 euros –20.000 por ejercicio– a la asociación al ver frenadas las ayudas de 2019 y 2020. Raúl Rodríguez, su presidente, quien asegura que ha puesto dinero de su bolsillo de jubilado para abonar parte de lo reclamado, insiste: “No debemos un euro, no queremos dinero y menos de subvenciones tramposas como esta”.
El interventor detectó “irregularidades” en la justificación de la ayuda y ha exigido “la devolución del montante”. El colectivo pudo justificar 11.620 euros, pero no el resto, 8.379, reintegrado con los intereses de demora. Sin Identidad ha quedado fuera, pese a estar contemplado en ellos, de los sucesivos presupuestos del IASS. Para 2019, “por tener otras subvenciones pendientes de justificar”, y respecto a 2020 “al tener abierto un procedimiento de reintegro”.
Persecución.
Raúl Rodríguez, presidente de la asociación, reconoce que han tenido que devolver los importes de la subvención, pero lo atribuye a “una persecución política”. Añade que “en la época de gobierno de CC nos la concedieron. Hemos presentado el mismo proyecto, pero nos dicen que no caben los gastos”. Rodríguez recuerda que “sufragamos viajes y estancias desde la Península para propiciar encuentros de víctimas o jornadas y ciclos de conferencias, con la intención de divulgar la causa en un momento clave, el de la aprobación de la Ley Canaria. No nos reconocen ninguno de estos gastos como parte de la subvención. Ni siquiera los afrontados con una entidad bancaria o los de los ordenadores para la sede. Con sus facturas”. Para Rodríguez “existe una situación paradójica, si no tuviera consecuencias dramáticas como asociación sin ánimo de lucro y sin apoyos, ni siquiera los obligados por la legalidad y el amparo institucional”. Insiste en que “intentamos seguir con nuestra labor solidaria de acompañamiento y apoyo a víctimas ignoradas e invisibles, abandonadas por los mismos obligados a ayudarles, Aunque esas víctimas que aparecen en las estadísticas sean la excusa para cuadrar cuentas infladas”.
Sin acceso a archivos.
Recalca Rodríguez que “todo intento de acceder a archivos oficiales, para lo que estamos capacitados legalmente, se nos impide con excusas tan absurdas –paradójicamente, nuestro objetivo legal y académico– como que las identidades falseadas por la administración ilegal del franquismo no coinciden con nuestro DNI”. Mientras tanto, “tenemos que devolver míseras subvenciones tramposas porque, según sus baremos, la aplicación de esas ayudas no son las señaladas en normas increíbles”.
Una memoria ‘viva’
En diciembre de 2019 el Parlamento de Canarias reconocía a Sin Identidad como asociación de interés social y público. Un nuevo paso en la labor iniciada hace más de una década en Tenerife por Raúl Rodríguez para intentar buscar a las familias biológicas de personas que fueron adoptadas de forma irregular o nunca salieron de la conocida como Casa Cuna.Raúl Rodríguez, impulsor del colectivo en la provincia, no percibe interés por recoger, de forma adecuada, “la memoria viva” de todas esas personas con más de 80, 70, 60 o 50 años “que un día sufrieron el abandono y la vida en la Casa Cuna, que vincula con el franquismo y los “poderes fácticos” de aquella etapa histórica. Considera “pendiente” el trabajo si persiste el bloqueo en algunos archivos o no se hallan fondos documentales. De hecho, alguno de ellos ya ha sido destruido en las islas y sus papeles podían contener información valiosa sobre la procedencia de parte de las víctimas. Para Rodríguez, el IASS “nunca va a reconocer a la asociación su derecho a acceder al archivo de la Casa Cuna, que sigue bloqueado”, a pesar de que se trata de uno de los principales “núcleos de víctimas” en Canarias.
