Desde el pasado 5 de diciembre queda prohibida la caza en los parques nacionales de España por su impacto negativo en el medio ambiente. Digan o chillen lo que quieran los cazadores. Ellos defienden su actividad inmoral, que consiste en divertirse, haciendo sufrir a los animales matándolos. Se equivocan diciendo que su actividad es beneficiosa. Yo no sé qué placer siente una persona estallando la cabeza de un pobre conejo o de una inofensiva perdiz, o lanzando a una jauría de perros ensanguinados para destrozar a dentelladas a un pobre conejo. Hay que desterrar las matanzas de animales asilvestrados y sustituirlas por los métodos alternativos, éticos, civilizados y eficaces. En el caso de las cabras, con las apañadas. Con los muflones, su captura en jaulas y esterilización de los machos. Como se hace en la península, con total eficacia.

La caza se ha convertido en una industria del medio ambiente, esquilmándola. En Tenerife el Cabildo cría conejos y perdices para después soltarlos en la naturaleza para que los cazadores puedan jugar al pim pam pum fuego. Como si la naturaleza fuera una caseta de feria. Dinero de nuestros impuestos, mientras la gente pasa hambre y duerme en la calle por falta de inversiones sociales adecuadas. Inadmisible. Les recomiendo que busquen en internet, el informe de Ecologistas en Acción sobre la caza. Más de 20 páginas de un estudio serio hecho por profesionales. La sociedad avanza mental y moralmente. Su conciencia se desarrolla no haciendo sufrir con sus acciones a los seres humanos, animales y medio ambiente. Necesitamos políticos que representen a esta nueva sociedad, respetuosa con los animales. Matar como fórmula de control de los asilvestrados, es caduco, irresponsable , incivilizado y egoísta. Los animales son seres sensibles, con derecho a ser tratados con respeto y dignidad. Y los seres humanos están obligados a tratarlos con humanidad es decir, con compasión y agradecimiento.