"Me ha arruinado la vida": un hombre denuncia a su expareja por contagiarle el VIH

Los forenses creen compatible que la acusada transmitiera la enfermedad a la víctima

Juicio por contagio de VIH

Juicio por contagio de VIH / E.D.

Un hombre ha declarado este lunes tras denunciar a su expareja le contagió VIH al mantener relaciones sexuales sin protección y no informar la mujer denunciada al denunciante que era positiva en VIH. El hombre, que asegura que una mujer de Tenerife le transmitió el VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana), dijo este lunes, 29 de enero, en el juicio que "me ha arruinado la vida".

Los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal manifestaron que era compatible que los hechos ocurrieran tal y como afirman la Fiscalía y el abogado de la acusación particular si la acusada, que fue diagnosticada con VIH en 2014, mantuvo relaciones sexuales sin protección con el afectado, con quien supuestamente mantuvo una relación sentimental durante un año y medio.

Tras el testimonio prestado por la procesada, por el hombre infectado, de nacionalidad italiana, y por los médicos forenses, el fiscal, Rafael Unceta, y el abogado de la acusación pidieron una pena para la mujer de nueve años de prisión y una indemnización para el denunciante de 150.000 euros.

Mientras, la abogada de la defensa pidió una sentencia absolutoria, en la medida en que las pruebas practicadas no fueron lo suficientemente fuertes como para doblegar la presunción de inocencia.

La acusada afirmó que sólo tuvo relaciones sexuales con el denunciante y en ambos casos fue con protección, durante el año y medio que supuestamente fueron novios, entre mediados de 2018 y finales de 2019. Además, apuntó que sí informó al varón de que estaba infectada de VIH y que él sabía para qué eran los medicamentos que tenía.

Según la mujer, mientras estaba con ella, el hombre tuvo relaciones sexuales con otras tres mujeres, entre ellas una del sur de Tenerife y otra en Gran Canaria. Sin embargo, aclaró que en esos 18 meses ella no tuvo sexo con otros varones.

La acusada señaló que "él quería que yo denunciara a mi ex por contagiarme; le obsesionaba que denunciara al padre de mis hijos"

El hombre que resultó infectado, que hoy tiene más de 40 años, respondió al fiscal que tuvieron más de dos relaciones sexuales con penetración en el tiempo en que fueron novios y que, "desafortunadamente", fueron sin preservativo, como lo suelen hacer las parejas estables. Además, aclaró que en ese año no tuvo sexo con otras mujeres.

A través de un intérprete de italiano, el denunciante dijo que "nunca me dijo que tenía VIH" y él tampoco detectó esa realidad por otros indicios, mientras tuvieron relaciones sexuales fuera de la vivienda de ella.

Cuando convivieron, él se fijó que ella consumía una serie de medicamentos y, cuando le preguntó para qué eran, ella supuestamente le respondió que para sus riñones.

En una de sus conversaciones con su madre, el varón italiano le dijo que "la chica no se encontraba bien". Cuando le mostró a su progenitora los productos farmacéuticos que consumía su pareja tinerfeña, su madre comprobó que era "para algo grave", de forma concreta para tratar del VIH, según dijo el denunciante en el juicio.

A partir de ese momento, el ciudadano transalpino fue a realizarse un análisis, en el que se confirmó que tenía VIH. En su declaración por videoconferencia, el varón relató que se lo contó a su entonces pareja y ella le dijo: "Sí lo sé", a la vez que lo atribuyó a una relación anterior con otro hombre.

Sin embargo, según el denunciante, la mujer le dijo que no se preocupara, "que no era importante", pues supuestamente la hoy acusada pensaba que "no era tan grave".

A partir de ese momento, el hombre interpuso una denuncia y ambas personas no volvieron a tener relaciones sexuales.

Según dijo ante los magistrados de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, bajo la Presidencia de José Luis González, el varón italiano aseguró que en 2018 no tenía la enfermedad y que lo sabía porque se hacía controles, puesto que era donante habitual de sangre y policía.

Explicó que, a raíz de contraer el VIH, en su vida "ha cambiado todo completamente, me ha arruinado la vida". Por ejemplo, debe tomar constantemente medicación, "siempre me encuentro mal y el sistema inmunológico ha bajado". Además, tiene que ingerir una pastilla cada dos meses, así como pasar muchas horas de espera en el hospital, "rodeado de personas enfermas y drogadictos".

Apuntó que "la gente te margina al buscar trabajo" y, por ejemplo, debe tener mucho cuidado con los cubiertos con los que come o dejar de practicar judo. Entre otras cosas, preguntó a los magistrados y las partes: "¿Cree que alguna vez se lo podría decir a alguna mujer?".

A preguntas de la defensa, aclaró que no viajaba con frecuencia a Italia en 2018 y 2019, aunque sí fue a su país de origen en septiembre del 2018 y regresó a Tenerife el mes siguiente, mientras que entre marzo y abril del 2019 estuvo con su madre.

Dos médicos forenses explicaron ante el Tribunal que a la mujer acusada se le diagnosticó el VIH tipo 2 en 2014. Dichos profesionales consideraron compatible que el hombre se contagiara si tuvo relaciones sexuales sin protección con una mujer infectada.

Según el representante de la Fiscalía y el abogado de la acusación, la ciudadana tinerfeña y el hombre italiano tienen el mismo tipo de VIH, el 2. Sin embargo, la abogada defensora aclaró que la mujer tiene el tipo 2 y el varón, el tipo 1, con lo cual ella no lo pudo contagiar a él.

En opinión de los forenses, el VIH tipo 2 tiene cinco veces menos carga viral que el tipo 1 y la evolución de la enfermedad es mucho más lenta. Cuando a la ahora acusada se le hicieron las pruebas en febrero del 2020, la carga viral era casi indetectable.