Extremadura

Las claves de la búsqueda del vecino de Hinojal | ¿Quién sacó dinero de la cuenta de Vicente el día que desapareció?

La Guardia Civil continua con la investigación y baraja varias hipótesis. Una de ellas, relacionada con el sustancioso premio de un millón de euros del Gordo que le había tocado hace varios meses

Vicente, desaparecido en Hinojal.

Vicente, desaparecido en Hinojal. / JORGE VALIENTE

Ángel García Collado

La última vez que se pudo ver a Vicente en Hinojal fue el 27 de enero. Desde entonces, la Guardia Civil ya ha buscado al vecino desaparecido de Hinojal (Cáceres) en varias batidas, pero todas finalizaron sin éxito. La Policía Judicial de la Benemérita continúa con la investigación y, si considera necesario un nuevo rastreo sobre el terreno, volverá a convocar a los medios necesarios, como ya ocurrió en el club náutico Tajomar. Desde el primer día, los familiares de ‘Tente’, como era conocido en el pueblo, tienen claro que «no se ha ido por voluntad propia» y se desplazaron desde Madrid, donde residen, para seguir las novedades del caso de cerca.

¿Quién sacó dinero de la cuenta de Vicente?

Es una de las principales incógnitas del caso de Vicente. Era un gran aficionado a los juegos de azar y le había tocado un sustancioso premio: «un millón de euros», según indican los vecinos del municipio. Además, era habitual que se regocijase de la alta cantidad de dinero que había conseguido gracias al Gordo de la Lotería.Lo cierto es que su caso es singular porque, el mismo día de su desaparición, había retirado una cantidad de dinero en efectivo del cajero de la localidad, aunque la Benemérita no ha especificado cuánto sacó. Además, su familia cuenta que «la desaparición tiene que ver con el dinero y el premio de la lotería». Las indagaciones de la Guardia Civil deberán dilucidad quién sacó ese dinero en efectivo y el motivo por el que se realizó esa transacción.

Con relación a esto, fuentes de la comandancia de Cáceres aseguran que el hecho de acumular una gran cantidad de dinero en el banco es tan solo otro dato más a tener en cuenta.

Un hombre con una rutina marcada

Vicente tenía 79 años cuando desapareció. Vivía solo en una casa familiar de la calle La Laguna de Hinojal que heredó de sus padres, ya fallecidos. Mantenía una rutina marcada. Era un hombre de costumbres, compraba el pan cada dos días y acudía frecuentemente a los bares del pueblo que regentan unos familiares suyos. Su ausencia no fue sospechosa en un principio, pero al prolongarse durante más de una semana hizo desconfiar a los que le veían con frecuencia. Le describen, también, como una persona reservada, celosa de su intimidad y aprehensivo en ocasiones: «Si decían que había un repunte de gripe, no salía de casa en días», señalan fuentes del municipio hinojaliego. 

Varios familiares se personaron en su domicilio por temor a que hubiese sufrido un accidente tras constatar que no respetaba su rutina por temor a que hubiese sufrido una caída, como ya le había ocurrido anteriormente. Gracias a esto, descubrieron que no estaba en casa. En concreto, fue su hermana, que vive en la capital de España, la que interpuso la denuncia tras llegar a la localidad con motivo de la festividad de Las Candelas. Esto fue el martes 30 de enero, tres días después de que se le perdiese el rastro.

Cinco batidas sobre el terreno: todas sin éxito

Imagen de una batida en Hinojal.

Imagen de una batida en Hinojal. / JORGE VALIENTE

El día siguiente desde que se conoció su desaparición, martes, comenzaron las labores de búsqueda, pues la agilidad es crucial en las primeras horas de este tipo de actuaciones. El miércoles volvieron a peinar los alrededores. Ambas jornadas concluyeron sin éxito y el jueves tuvo lugar la primera macrobatida con un amplio dispositivo en el que participó la Guardia Civil, bomberos del Sepei de Cáceres, protección civil y voluntarios. Al mando estaba el capitán de la Benemérita en la capital cacereña, Ángel Bautista, que también dirigió las labores de búsqueda cuando encontraron a Rafael Magdaleno, el hombre que desapareció cuando vivía en la residencia de Plasenzuela y que apareció sin vida junto a la cantera de la localidad. 

Su búsqueda continuó el viernes por tierra, agua y aire. Se sumaron a las batidas equipos de especialistas acuáticos y aéreos y prescindieron de los vecinos. Ya durante el fin de semana, la Guardia Civil continuó recabando pruebas e indicios y centraron sus esfuerzos en la investigación, sin descartar un nuevo despliegue de medios si lo considerasen necesario. De esta forma, le buscaron en los ríos Tajo y Almonte el pasado 15 de febrero, pero tampoco obtuvo el resultado deseado. Por último, el equipo Pegaso retomó el pasado viernes las labores, que se prolongaron durante poco más de media hora y tampoco tuvieron éxito.

El Gobierno central se compromete con la búsqueda

El delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana, estuvo presente en la última batida, se comprometió con las labores de búsqueda y ratificó el compromiso del ejecutivo central para no dejar este caso en el olvido. Las autoridades aprovecharon también para conocer las tareas que realiza el equipo Pegaso, que se centró exclusivamente en una batida aérea con los drones de la Guardia Civil desde la zona aledaña al cementerio municipal, prácticamente a la salida del pueblo. Quintaná alabó la labor de los agentes para tratar de localizar al vecino y esperó que «el trabajo que se está realizando dé pronto sus frutos».

Todas las hipótesis aún están abiertas

En torno a la marcha de Vicente hay varias incógnitas. Por el momento, se desconoce si corresponde a una huida voluntaria o puede tratarse de una desaparición forzosa, tal y como sostuvieron personas de su familia. En los primeros días de su búsqueda, allegados apuntaron que en el domicilio en el que residía encontraron su teléfono móvil, un dispositivo que siempre llevaba consigo, y dejó la cama sin hacer.

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