El buque del Instituto Español de Oceanografía (IEO) Ángeles Alvariño prolongará hasta este jueves las labores de rastreo en busca de Tomás Gimeno y su hija de un año, Anna. Así lo anunció el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, en uno de los actos en los que acompañó en Las Palmas a la ministra de Economía, Nadia Calviño.

Este caso podría alargarse 20 años si no aparece el cuerpo del padre, según confirmaron a Efe fuentes judiciales. El tiempo de prescripción de un delito de asesinato es de 20 años en el supuesto de que la pena que se le imponga o pida para un acusado sea de 15 años o más. La autoridad judicial puede decretar el archivo provisional de la causa, mientras no haya novedades y, en caso de haberlas, podría reabrirla.

Y para que a una persona desaparecida se la declare oficialmente fallecida deben transcurrir diez años desde que se tuvieran las últimas noticias de la misma. La declaración de fallecimiento de alguien desaparecido tiene efectos en la sucesión de bienes. En el asunto de Tomás Gimeno y su hija Anna, la magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar declaró su pérdida de competencia en la causa en favor del Juzgado de violencia sobre la mujer de Santa Cruz de Tenerife, el partido en el que reside la madre de las pequeñas.

Tras una rueda de prensa ofrecida por Calviño y el presidente canario, Ángel Víctor Torres, Pestana informó de que este barco oceanográfico finalizaría este jueves «una casi tercera prórroga de su trabajo en Canarias» en el marco de la investigación judicial abierta tras la desaparición de Tomás Gimeno y sus dos hijas y que ha permitido encontrar hasta el momento el cadáver de la mayor de las pequeñas.

Según Pestana, el barco «apurará al máximo los compromisos de investigación que tiene en otras zonas del país», refirió Pestana, quien agradeció «la generosidad que ha tenido el Ministerio de Ciencia» con la instrucción de este caso de violencia machista y vicaria. A juicio del delegado del Gobierno en Canarias, la intervención «inédita» de un recurso de estas características, junto al gran compromiso del equipo de la Guardia Civil que participa en las labores de búsqueda, han permitido que esta investigación «de sus frutos». «Ha sido una suerte para poder, al menos, y desgraciadamente, despejar dudas y no tener un caso más de desaparición de niños abierto en Canarias», explicó Anselmo Pestana.

La tripulación y los investigadores de la referida embarcación abandonaron el Dique Sur del puerto de Santa Cruz de Tenerife a las 14:30 horas de este lunes en dirección a la zona habitual de inspección, situada a varias millas de la costa de la capital de la Isla.

El buque estuvo alrededor de 48 horas atracado en el citado muelle (desde el sábado hasta ayer), tras 14 días seguidos de trabajo intensivo y continuado, que permitió la localización del cadáver de Olivia, así como una botella de buceo y un edredón nórdico propiedad de Tomás Gimeno.

El robot no tripulado submarino Liropus con el que está equipado el barco Ángeles Alvariño sufrió en la tarde de este lunes un nuevo fallo técnico, por lo que la tripulación de la embarcación se planteó por un momento regresar al puerto de Santa Cruz de Tenerife para intentar reparar el problema. El contratiempo se registró pocas horas después de que el buque retomara su labor de análisis del fondo submarino. Pero poco después se comunicó que el incidente se había resuelto de forma satisfactoria y se continuó con las tareas previstas.