El buque Ángeles Alvariño del Instituto Español de Oceanografía permaneció atracado durante todo el fin de semana en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife después de que en la mañana del sábado sufriese una avería en su equipamiento. El buque realizó labores de rastreo de manera continuada durante 13 días y el equipo espera ahora solventar todos los problemas para poder reanudar la búsqueda de Tomás Gimeno y su hija Anna, de un año de edad, a lo largo de esta semana.

Este buque llegó a Canarias desde su base en Vigo el pasado 30 de mayo para incorporarse a la búsqueda por mar de el padre tinerfeño desaparecido el pasado 27 de abril junto a sus hijas Olivia, de 6 años, y Anna. El Ángeles Alvariño tenía previsto abandonar la Isla tras algunas jornadas de trabajo infructuoso cuando el pasado lunes halló en el fondo del mar una bombona de submarinismo y un edredón que se identificaron como pertenecientes a Tomás Gimeno. Todo estos hallazgos motivaron que se prolongara su estancia en aguas canarias para continuar con su labor de búsqueda.

De hecho, el pasado jueves localizó a mil metros de profundidad dos bolsas de deporte atadas a un ancla, en una de las cuales se halló el cuerpo sin vida de la mayor de las hermanas, Olivia. Precisamente el sábado, cuando el barco tuvo que parar su labor de rastreo, se conoció el resultado preliminar de la autopsia realizada a Olivia, según la cual la niña falleció de un edema pulmonar agudo, Ese mismo días, mientras el barco ya se encontraba atracado y se le realizan las arreglos pertinentes, se divulgó el auto de la juez de Güímar que ha pedido una orden internacional de detención contra Tomás Gimeno por dos delitos de homicidio agravado y otro en el ámbito de la violencia de género.