Historia | El debate de la descolonización de las colecciones

Tenerife reclama a sus momias exiliadas

Además de la del Museo Arqueológico de Madrid, hay constancia de que existen restos guanches en Cuba, Canadá, Inglaterra, Francia, Alemania, Austria y Rusia

Almudena Cruz

Almudena Cruz

Tenerife no va a dejar de insistir. Las momias guanches exiliadas en al menos diez instituciones repartidas a lo largo de todo el mundo deben regresar a la Isla. Actualmente, hay constancia de la existencia restos momificados de origen tinerfeño en el Museo Montané de la Universidad de La Habana (Cuba); en el Redpath Museum de la Universidad de McGill, en Canadá; en la Universidad de Cambridge, en Inglaterra; en el Musée de l’Homme, en París; en la Universidad de Göttingen, en Alemania; y en el Museo Kunstkámera de San Petersburgo, en Rusia.

También hay localizados restos guanches de este tipo en el Museo de Historia Natural de Viena, en Austria. A estas hay que sumar, obviamente, la momia guanche expuesta en el Museo Arqueológico de Madrid, que procede del Barranco de Erques (Arico). Este último caso es, sin duda, el ejemplo más sangrante. Y no sólo por el hecho de que forme parte de la colección de un centro estatal con el que, en teoría, la relación debería ser sencilla y fluida. La de Erques es la momia guanche mejor conservada del mundo y «de las mejores que existen, incluyendo las de otras culturas». Las autoridades tinerfeñas llevan tratando de recuperarla infructuosamente casi medio siglo.

Las recientes declaraciones del Ministro de Cultura, Ernest Urtasun, anunciando un proceso de revisión de las colecciones de museos estatales y hablando de la necesaria descolonización de estos centros ha vuelto a traer a la palestra un tema del que en la Isla se ha convertido en una herida que no se termina de curar.

Una labor de muchos años

«Llevamos trabajando en este asunto desde el año 1990. Ha sido un debate permanente», explica uno de los mayores expertos en este campo, el doctor en Medicina y bioantropólogo Conrado Rodríguez, director del Instituto Canario de Bioantropología y del Museo de Naturaleza y Arqueología de Tenerife (MUNA). «Deben estar aquí, que es el sitio de dónde salieron. No nos olvidemos de una cosa, son restos humanos, personas, y aquí explican una cultura, un contexto, un momento muy importante de nuestra historia», añade.

Durante décadas, el Cabildo de Tenerife ha tratado de ponerse en contacto con la mayoría de estas instituciones. Esos intentos han sido, casi siempre, infructuosos. El objetivo es traer de regreso a esas momias, de las que en la mayoría de los casos se desconoce su naturaleza, origen y estado de conservación. Por ejemplo, hay constancia de que también hubo restos aborígenes tinerfeños en Montpelier (Francia) y en la Universidad de Medicina de Ginebra, en Suiza. «Había, pero no sé si habrá ahora mismo», relata Rodríguez. En la mayoría de los casos tampoco existen datos en torno a la cantidad o estado de esos restos. El hermetismo de estas instituciones es tal que ni siquiera han contestado nunca a las comunicaciones enviadas desde Tenerife. «Prácticamente se les ha escrito a todas desde hace muchos años. Nunca, jamás, contestan», lamenta Rodríguez.

La pregunta parece obvia: ¿cómo llegaron esas momias a lugares tan distantes como Cuba o Rusia?. «Pues en algunos casos fueron regalos, como la que está en el Arqueológico Nacional, que se le entregó a Carlos III», continúa explicando el experto. Lo mismo sucedió con las momias localizadas en Rusia, que salieron de la Isla en forma de obsequio a una delegación científica rusa que pasó por el Archipiélago. Sin embargo, la mayoría de ellas fueron, sencillamente, víctimas del expolio.

No obstante, la labor desarrollada durante décadas por los científicos y representantes canarios sí que ha dado algunos frutos. La primera restitución de momias pertenecientes a la población guanche se logró en 2003. Son las conocidas como las momias de Necochea (Buenos Aires, Argentina). Se trata concretamente de dos momias, una femenina de entre 20 y 24 años y otra masculina de entorno a 25 o 29 años. ¿Qué hacían en Argentina? Fueron vendidas.

En 2011 también se recuperaron tres momias del Museo de Antropología Médica-Forense de la Universidad Complutense de Madrid. Son un varón y dos mujeres que probablemente procedían de Candelaria y La Orotava, respectivamente.

Las declaraciones de Urtasun parecen arrojar un nuevo rayo de esperanza a las aspiraciones del MUNA. No obstante, Rodríguez prefiere ser cauto. No es la primera vez que se arranca un compromiso de devolución en el Senado que luego queda en agua de borrajas. En una primera etapa argumentaban que las condiciones de conservación en la Isla no eran las adecuadas. Eso hace muchísimo tiempo que cambió radicalmente. «De hecho, tenemos mejores condiciones que ellos». Después usaron la carta de las dificultades del traslado. «Llegaron a decir que es peligroso. Hoy en día hay métodos y técnicas. Hemos trasladado momias de mucho más lejos; desde Argentina, de hecho. Ninguna ha sufrido daños».

Rodríguez reconoce que, al menos, «la momia del Arqueológico de Madrid está en mucho mejores condiciones ahora que las que tenía en el Museo Nacional de Antropología. Tiene condiciones ambientales específicas y está expuesta dentro del contexto de Canarias». Pero eso no es suficiente. «No es su sitio, tiene que estar aquí, obviamente».

El director del MUNA confirma que se seguirá trabajando para lograr la restitución de todos esos restos. «Es complicado porque las momias son patrimonio de la humanidad y, por ello, la humanidad puede compartirlas; pueden estar en cualquier sitio siempre y cuando se cumplan unos principios de ética, de buen estado de conservación, de un tratamiento científico adecuado, etcétera».

Cautela sobre la devolución

Rodríguez es un hombre de ciencia y la experiencia le hace ser cauto con este tema. «Me remito a los hechos; cuando yo vea que hay movimiento en pro de que esa momia vuelva a Tenerife empezaré a creerlo». «Si se quiere descolonizar el Museo Arqueológico Nacional, o los museos estatales, pues se tendrán que devolver todos los materiales que tiene de otros sitios, entre otras cosas momias y sarcófagos egipcios. Habrá que devolver la Dama de Baza a Granada y la Dama de Elche a Elche, por ejemplo».

Pese a las ausencias, el MUNA cuenta con una importantísima colección bioantropológica integrada por restos esqueléticos y momificados pertenecientes a la etapa protohistórica del Archipiélago. Está constituida en su mayor parte por los fondos procedentes del Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife y por los restos exhumados en excavaciones arqueológicas y donaciones. El centro, que depende del Organismo Autónomo de Museos y Centros, cuenta actualmente con unas 14 momias completas o «casi completas» sobre las que se han elaborado completos estudios genéticos, químicos y forenses.