Radiografía de una generación
Salud mental, dinero y amigos: todo lo que los jóvenes necesitan para sentirse bien
Un estudio de la Universidad de Sevilla confirma que ansiedad, depresión y estrés son el talón de Aquiles de los adolescentes y los adultos emergentes

Un elevado porcentaje de jóvenes (44%) presentan un nivel grave de ansiedad, según el estudio de la Universidad de Sevilla. / Ferran Nadeu
Olga Pereda
Los adolescentes (de 16 a 18 años) y los adultos emergentes (de los 18 a los 29) necesitan tres cosas para sentirse bien: salud mental, dinero y amigos. Así lo confirma un estudio del Observatorio Social de la Fundación La Caixa liderado por investigadores de la Universidad de Sevilla y de la Escuela Universitaria de Osuna. La investigación revela que ansiedad (41% de los encuestados), depresión (22%) y estrés (22%) siguen siendo el talón de Aquiles de la juventud española.
“Estamos delante de un segmento de la población que tiene unas características propias: búsqueda y consolidación de la identidad. Se encuentran en tierra de nadie, son mayores pero aún no adultos. Es una etapa de vulnerabilidad, pero también llena de posibilidades porque todos los caminos están abiertos. Merece la pena estudiarlos para dar respuesta a sus demandas”, explica Marta Díez, investigadora de la Universidad de Sevilla y coautora del estudio, realizado con una encuesta a jóvenes de todas las comunidades autónomas.
La salud física no está, ni mucho menos, entre las prioridades de la juventud. La docente universitaria explica que es perfectamente normal dado que las personas jóvenes se sienten “prácticamente inmortales”. "El adolescente no tiene miedo a nada. Ni siquiera a la muerte. Pero hay dos cosas que le atormentan: la posibilidad de ser rechazado por sus iguales y no sentirse importante de cara a sus padres", añade Alejandro Rodrigo, orientador familiar con 15 años de experiencia en los juzgados tratando con chavales y autor de 'Adolescencias reales desde dentro' (Plataforma).
Salud emocional
La salud física no les preocupa, pero sí otro tipo de salud: la emocional. Los índices medios de malestar recogidos en el estudio se consideran “moderados” porque, aunque rebasan el umbral de la normalidad, no llegan a ser graves. Sí es preocupante, sin embargo, que el 41% de los jóvenes encuestados consideren que tiene un nivel de ansiedad grave (el estudio no detalla si hay un diagnóstico clínico o se trata de una percepción personal). Solo uno de cada tres no tiene síntomas ansiosos.
Respecto a la depresión, un 22% asegura sufrirla de manera grave, el mismo porcentaje que asume tener niveles graves de estrés. Al igual que sucede en otros segmentos de población, las mujeres sufren estos síntomas más que los hombres. El estudio también confirma que el malestar emocional se da, sobre todo, entre los jóvenes con una situación económica más precaria frente a los que tienen una cuenta corriente más saneada.
“Tranquilidad y estar bien emocionalmente” es la respuesta que la mayoría de los encuestados escribieron cuando los investigadores les preguntaron por sus necesidades vitales. “Estar bien conmigo mismo” y “sentir menos ansiedad” fueron otras de las respuestas. Respecto a la situación económica, los encuestados aseguraron que desean “estabilidad financiera” y “dinero para comprar objetos que hagan la vida más sencilla”. “Mantener el empleo” es otra frase recurrente entre los encuestados de mayor edad.
Relaciones sociales
El tercer pilar de la vida de los jóvenes son las relaciones sociales, básicas especialmente entre los adolescentes. “Que mi familia esté feliz y que siempre haya buen humor en casa”, “mis amigos son un pilar fuerte en mi vida” y “estar con mi pareja relajada” fueron algunas de las respuestas que dieron los encuestados.
“Las jóvenes se sienten más competentes en el ámbito privado y en las relaciones de pareja. Ellos, sin embargo, se sienten más seguros en la esfera profesional, también en la apariencia física y en los deportes”
Optimistas respecto a su futuro
Curiosamente, los jóvenes y los adultos emergentes son más optimistas respecto al futuro propio que cuando se les pregunta por el futuro de su generación. Aquí aparecen también los estereotipos de género: los hombres muestran mucha más confianza que las mujeres. “Ellas se sienten más competentes en el ámbito privado y en las relaciones de pareja. Ellos, sin embargo, se sienten más seguros en la esfera profesional, también en la apariencia física y en los deportes”, subraya la investigadora de la Universidad de Sevilla, que trabaja en el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación.
El estudio usa el término 'florecimiento' para hablar de la combinación de sentirse bien (bienestar hedónico) y funcionar con eficacia (bienestar eudaimónico). Los niveles de florecimiento de la juventud española se consideran altos y no hay mucha diferencia entre hombres y mujeres”, explica la investigadora Díez, que, sin embargo, destaca que el florecimiento es mayor entre los adultos emergentes que entre la población de 16 a 18 años. “Una primera explicación puede ser que los mayores de 25 años están empezando ya a entrar en el mundo laboral y están experimentando mucho más que los de 16 a 24 años, que están más encorsetados en sus casas”, concluye.
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