Un cambio de criterio trunca las nuevas contrataciones de la ULL

El centro se ve obligado a reformular su oferta para adaptarla a la LOSU, lo que repercute en el alivio a las cargas docentes 

Campus de Guajara de la ULL.

Campus de Guajara de la ULL. / E. D.

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Un cambio de criterio de última hora ha obligado a la Universidad de La Laguna (ULL) a reformular las previsiones de contratación de nuevos docentes e investigadores para este año. La noticia ha sentado como un jarro de agua fría a la universidad lagunera que en los últimos 15 años ha perdido un 20% de su plantilla y que pretendía, con la oferta de un total de 237 plazas, aliviar parte de las cargas docentes que ha tenido que asumir la plantilla debido a las jubilaciones masivas que ha sufrido la institución académica. 

Así lo anunció el vicerrectorado de Personal Docente e Investigador en el último Consejo de Gobierno de la ULL, en el que informó sobre los cambios que van a tener que acometer en la planificación y provisión de plazas para adaptarlas a la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU). Y es que la ULL había planificado una provisión de plazas de acuerdo a la interpretación que la mayor parte de la comunidad universitaria había hecho de la Disposición transitoria decimoprimera de la LOSU antes de verano. 

En dicho texto, el Ministerio dispone que «las convocatorias para la cobertura de plazas de personal docente e investigador oficialmente publicadas antes del 31 de diciembre de 2023, podrán regirse por la normativa vigente antes de la entrada en vigor de esta ley orgánica». Es decir, la universidad consideraba que podría ofertar plazas en categorías profesionales que existen en la LOU pero que desaparecen en la LOSU al menos hasta final de año. 

A tenor de esta interpretación, el 18 de julio la ULL acordó junto a los sindicatos una oferta que incluía 22 plazas de profesor ayudante, 19 de profesor asociado a tiempo parcial, 47 de profesor asociado asistencial y 149 de ayudante-doctor en base a los criterios de la normativa anterior, la de la Ley Orgánica de Universidades (LOU).  

La universidad ha perdido un 20% de su plantilla docente en los últimos 16 años, desde 2008

Estas contrataciones previstas ayudarían a reducir la carga de horas lectivas de una plantilla «sobrecargada» por el incesante goteo de jubilaciones que no han sido sustituidas. De hecho, y así lo hace saber la ULL, en 2008 contaba con 1.800 profesores, y en estos momentos solo con 1.450. Un 20% menos en 16 años.  

Sin embargo, los informes desfavorables de la Consejería de Ciencia, la Conferencia de Rectores de Universidades y delos propios servicios jurídicos de la universidad, han truncado la posibilidad de realizar la oferta en las condiciones en las que se había contemplado y, por tanto, afecta al potencial alivio de las cargas docentes. El problema es que en la LOSU no existe la figura profesor-ayudante –destinada a jóvenes investigadores– y disminuye la carga docente adscrita a los ayudantes doctores (de 24 a 18 créditos). 

La ULL ha tenido entonces que reformular su oferta «para no perder las plazas presupuestadas», de tal modo, que los contratos previsto de profesor ayudante pasarán a ser predoctorales –contemplados en la Ley de Ciencia– y las plazas de ayudante doctor pasarán a cubrir solo 18 créditos de docencia, en lugar de los 24 previstos inicialmente. Esto último afecta a 12 profesores y a 10 en curso de contratación, así como 8 plazas de profesor asociado pendientes de firma. La universidad contactará con los afectados y sus departamentos para evaluar «conjuntamente» las consecuencias de estas modificaciones. 

«No tiene sentido sacarlos»

«La interpretación que hacen desde el Gobierno de Canarias es que la transitoria está hecha para permitir que las universidades no paren las máquinas de contratación mientras que no se acaben de regular todos los decretos, pero cuando tomen posesión estas personas, lo tienen que hacer con contratos LOSU», explica el vicerrector de PDI, Alfonso Ruiz, que admite que «no tiene entonces sacar este tipo de contratos si no existen en la LOSU». «No lo hacemos porque queramos, sino simplemente porque después de ese informe que nos ha llegado de la consejería, nuestra propia asesoría jurídica se ha ratificado en esta posición», recuerda Ruíz. 

La situación ha causado revuelo en la comunidad universitaria, en especial entre los jóvenes investigadores que consideran que el cambio de figura contractual va en contra de sus intereses al no considerar que no son «equiparables». En estos términos se ha manifestado el vocal de la Asociación deJóvenes Investigadores de Tenerife (Jinte), Sergio Siverio, quien indica que hay hasta «cinco características que diferencia los contratos de ayudante y los predoctorales. 

Jinte denuncia que los contratos alternativos para jóvenes no tienen las mismas condiciones

Entre estas diferencias se encuentra el salario –es menor en los contratos predoctorales–, la nula promoción interna, el tiempo de contrato (pasa de 5 a 4 años máximo) y las horas de docencia obligatoria. «El contrato de profesor ayudante contemplaba al menos 60 horas de docencia al año y el predoctoral es de un máximo de 180 horas en total, los cuatro años aunque no es obligatoria», incide Siverio, que considera que la decisión de la ULL puede mermar las posibilidades de los jóvenes para promocionar en la carrera investigadora. 

Ruiz, por su parte, argumenta que «si bien ambos contratos no tienen exactamente la misma dedicación que tenían los antiguos ayudantes, las dos figuras se parecen considerablemente». 

Los jóvenes investigadores han sido muy duros con la gestión de la universidad que consideran que «no ha hecho suficiente» para reivindicar su posición con respecto a la disposición adicional. «Creemos que estas figuras se pueden sacar, deberían presionar más al Gobierno de Canarias para que esto salga adelante», insiste Siverio. Y aunque no sea posible, el colectivo considera que desde la universidad se pueden acometer mejoras para equiparar ambas figuras para que no mermar las posibilidades de los investigadores. Asimismo han criticado que la ULL no tenga «en el horizonte» poner en marcha un plan propio de contratos predoctorales como sí tiene la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

La ULLcalcula que tiene un déficit adicional de 245 profesores para cubrir la docencia

Estos cambios de última hora en la contratación afectarán al alivio previsto de las cargas docentes. Con todo, la ULL calcula que tiene un déficit de adicional –aparte de las plazas ya contempladas– de 245 profesores, que serían contratados a través de la figura del ayudante doctor de 18 créditos, es decir, el que contempla la LOSU. El coste de esta contratación se estima en unos 12 millones de euros, y esta información ya ha sido remitida al Ministerio de Universidades. 

La ULL considera que «los efectos» de este cambio de criterio «quedarían mitigados si el Ministerio de Universidades realiza la transferencia a las comunidades autónomas». El Gobierno en funciones de Pedro Sánchez está comprometido políticamente con el refuerzo de la financiación pública y de la autonomía de las universidades, y si esto se formaliza, la ULL cree que podría volver una situación de déficit cero, con una plantilla similar a la de 2008. 

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