Maestras y maestros de ayer

Juana María Hernández, enseñar y hacerlo desde El Hierro

Estudió Magisterio en el Hogar Escuela María Auxiliadora y toda su vida académica la desarrolló en la Isla del Meridiano hasta que se jubiló en 2015

Juana María Hernández, en una clase.

Juana María Hernández, en una clase. / Domingo J. Jorge

Domingo J. Jorge

La aventura de enseñar, el enorme periplo de la docencia, se hace probablemente más complicado, con más inconvenientes, cuando esa travesía se lleva a cabo desde el precioso Mar de las Calmas, un símil para los canarios de lo que es la querida Isla de El Hierro. Juana María Hernández Armas (El Mocanal, El Hierro, 2 de febrero de 1955) se forja como un ejemplo de ese tipo de maestra, que afronta la tarea de impartir el conocimiento con aquello que su tierra le da, con lo que más necesitan sus alumnos, un aprendizaje activo y cercano a su crecimiento como personas, haciendo más importante la práctica que la teoría y teniendo como únicas herramientas, una pizarra, tizas, las libretas de sus alumnos, y sobre todo, el amor a la docencia. Su primera escuela fue la de Isora en la Isla del Meridiano, a la que llegó en 1978, tras aprobar sus oposiciones a maestra de la escuela pública. No olvida tampoco sus estudios de COU y Magisterio en el Hogar Escuela María Auxiliadora de la calle La Rosa de Santa Cruz de Tenerife. Una historia contada por una mujer que recuerda la belleza de ser maestra en El Hierro.

Juana María Hernández siempre ha disfrutado el momento de estar con sus alumnos.

Juana María Hernández siempre ha disfrutado el momento de estar con sus alumnos. / Domingo J. Jorge

Los maestros y maestras de ayer, con sus relatos, nos describen cómo y de qué manera afrontaban ellos el oficio de la enseñanza en tiempos que nada tienen que ver con los nuestros. Quizás sí tienen que ver, porque lo importante para ellos, los alumnos, también lo son actualmente para quienes han cogido su testigo en esto de seguir enseñando. Así, hoy nos encontramos en nuestras páginas con un nuevo capítulo de la historia de la docencia de siempre, la del enseñar haciendo y animando a que los chicos y chicas hagan, eso es lo que nuestra informante de hoy, Juana María Hernández Armas, ha venido haciendo curso tras curso desde que la destinaron en 1978 a su primera escuela en El Hierro, la Escuela Unitaria de Isora.

En el Hogar Escuela

Pero el amor hacia el arte de enseñar le nace a Juana María dentro de las paredes de la que fue su Escuela de Magisterio en Santa Cruz de Tenerife, la del Hogar Escuela de María Auxiliadora. «Yo estudié Magisterio. Trabajé en mi Isla desde 1978 hasta que me jubilé en 2015. Empecé Magisterio con 18 ó 19 años. Lo terminé en 1977 con 22 años. Con 23 empecé a trabajar. Mi promoción empezó con el Plan Experimental de Magisterio de 1971», asegura esta maestra herreña. «Algunos profesores de Magisterio del Hogar Escuela que recuerdo son Sor Olga, que era la directora; Sor Pilar Chinchilla, Sor Marifé de Historia, de Lengua nos dio clases Consuelo, Miguel de Matemáticas. Eran un equipo de profesores que se desvivían por nosotras para que lográramos ser unas buenas maestras cuando acabáramos. Me especialicé en Ciencias Humanas». Juana María vivía en Santa Cruz en casa de una familia cercana a ella. «Hice también COU en 1974 en el Hogar Escuela, porque no lo había en ningún instituto de mi Isla. Los herreños siempre hemos tenido la suerte de contar con una familia que nos acoja en su casa, cuando hemos tenido que trasladarnos a Tenerife. Viví cuatro años en esta casa. Salir de mi isla tan joven me enriqueció. Claro, las cosas eran distintas a ahora, muy distintas para una estudiante de aquella época».

Aprobó las oposiciones en 1978. Su primer destino fue la Escuela Unitaria de Isora en Valverde, El Hierro. «Era el año que coincidió que se había hecho un colegio nuevo en Valverde, y empezaba a funcionar. En las escuelas de los pueblos había hasta 6º de EGB, y para que Valverde pudiese acoger a los alumnos que venían de los pueblos, bajaron a los 5º y los 6º, y las Escuelas Unitarias solamente se quedaron con niños de edades hasta 4º», explica. En aquellos años la ratio de alumnos bajó en El Hierro y Juana María vivió ese descenso de natalidad que se sintió igualmente en las aulas. «A mí me tocó la Unitaria de Isora que tenía dos unidades, allí estuve tres años. El último curso me quedé sola, porque bajó la matrícula. Me acuerdo que aquel año en El Hierro cerraron tres Unitarias por falta de alumnado. Nacían menos niños. Tenía conmigo niños de tres y cuatro años de Infantil, no existían la escolarización de hoy, de tres años. Y tenía hasta chicos de hasta nueve años. Cuando éramos dos compañeros, yo daba hasta Infantil y 1ºde Primaria, pero cuando estaba sola los tenía a todos juntos de todas las edades. Vivía en mi pueblo, El Mocanal, no me quedaba a dormir en la Escuela».

Primer día de clase

Juan María llegó a su primera escuela, esta unitaria, con su carrera de Magisterio recién terminada, desconociendo cómo iba a ser su comienzo. Hoy esto sigue ocurriéndole todos los cursos a muchos maestros, pero antes se veía acrecentado por las enormes carencias que tenían las escuelas. «Ese primer día de clase me encontré con que no había libros de texto adecuados a la edades de los alumnos, con niños que no tenían la lectoescritura de su edad superada», comenta. «Lo que te ocurría es que en la Escuela de Magisterio te habían enseñado ideas generales, pero tú nunca las habías llevado a la práctica, aquello se convertía en una verdadera cuesta arriba para la maestra, pero de todo se sale. Gracias a compañeras veteranas, que me dieron consejos, logré salir adelante en aquel primer curso tras la oposición. Me ayudó mucho una maestra con gran experiencia, Inés Delfina. Pero también el trabajo en equipo con programaciones que aprendimos en la Escuela de Magisterio del Hogar Escuela. Ese primer curso hice lo que buenamente creía que era lo mejor para mis alumnos y salí adelante».

Nos recuerda además cómo era su día de trabajo. «Una jornada normal de clase en Isora consistía en acoger a los niños por la mañana. Era un pueblo con un clima frío en invierno. Teníamos actividades de lectura y luego nos íbamos a jugar al patio que estaba al lado de la iglesia», aclara. «No contábamos con maestros especialistas, eso nos llegó bien avanzada la década de los ochenta. Todo lo hacíamos nosotros, el mismo maestro. La jornada era partida. Creábamos nuestras propias fichas para los que estaban empezando con la lectoescritura».

Juana María realizó un largo periplo por otros centros de El Hierro hasta que se jubiló en 2015. Muchos alumnos, muchos cursos y enormes recuerdos que el próximo lunes nos volverá a traer a Maestros y maestras de ayer.

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«Después de Isora me dieron la definitiva en el Colegio de Frontera. Bajaba por la cumbre desde El Mocanal hasta Frontera, no había túnel como lo hay hoy y era un viaje algo largo. Di 1º de EGB con un curso de 33 alumnos. Después de Frontera me trasladaron a El Pinar», recuerda. «Quedaba más cerca de mi casa. Allí di clases de Seguda Etapa. Yo, a pesar de haber hecho el Magisterio por Ciencias Humanas, me había presentado a las oposiciones por Filología Inglesa, en una época donde el estudio de los idiomas era todo escrito. Entonces me pusieron dos años a dar Lengua e Inglés en Segunda Etapa. El Curso 1984-1985 bajé a mi pueblo a El Mocanal y allí fui maestra 31 años, hasta que me jubilé en febrero 2015», apostilla.